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20 de diciembre de 2017

Libertad para Victoria, justicia para Selene

Oberá Misiones

La sentencia del juicio contra Victoria Aguirre y Rolando Lovera por la muerte a golpes de la hijita de ella, se conocerá recién esta semana. El Tribunal Penal de Oberá aceptó pasar a un cuarto intermedio hasta el jueves 21, luego de que la fiscal Estela Maris Salguero de Alarcón pidiera una pena de prisión perpetua para ambos, y de esa forma, agravara la imputación al considerar que actuaron con “alevosía”. 

La sentencia del juicio contra Victoria Aguirre y Rolando Lovera por la muerte a golpes de la hijita de ella, se conocerá recién esta semana. El Tribunal Penal de Oberá aceptó pasar a un cuarto intermedio hasta el jueves 21, luego de que la fiscal Estela Maris Salguero de Alarcón pidiera una pena de prisión perpetua para ambos, y de esa forma, agravara la imputación al considerar que actuaron con “alevosía”. 
“Lo que corresponde es la absolución de Victoria Aguirre”. Lo dijo Roxana Rivas defensora junto a Eduardo Paredes de la joven obereña presa desde enero del 2015. “No hay manera de sostener la hipótesis de que Victoria era una mujer violenta que terminó matando a su hija”, advirtió. Asimismo, organizaciones sociales y dirigentes de derechos humanos acompañan el pedido de absolución de Victoria.
A casi tres años de la muerte de Selene Aguirre, la pequeña hija de Victoria Aguirre, la causa volvió a debate oral la semana pasada. En julio último el juicio debió anularse primero por las recusaciones presentadas por el entonces defensor de la joven, Roberto Bondar y después por las inhibiciones de los integrantes del Tribunal.
Rolando Lovera, pareja en ese momento de Victoria, es juzgado como el autor material de la muerte de Selene, hecho que habría ocurrido en el marco de la extrema violencia ejercida por él contra ambas.
“No hay manera de sostener la hipótesis de que Victoria era una mujer violenta que terminó matando a su hija”, sostuvo Roxana Rivas abogada defensora de Victoria Aguirre, quien insistió en que en el expediente no hay elementos que puedan sostener la culpabilidad la joven.
Remarcó además que el testimonio es coherente, creíble y no tiene elementos que puedan generar dudas. “No hay incoherencia en la conducta y el relato de Victoria, nada que nos haga presumir que ella está mintiendo, o esté ocultando algo” y volvió a mostrar que aún en la violencia extrema en la que se encontraba ella y su hija, Victoria hizo lo posible para pedir ayuda y para lograr asistencia para Selene.
“No se explica cómo se investigó esta causa partiendo de una hipótesis tan grave como el homicidio doloso adjudicado a la madre, hecho que además ni siquiera se buscó probar porque los testimonios que están en el expediente apuntan más a construir la imagen de una mala madre que a describir el hecho en sí, que es la muerte de Selene”, dijo Rivas.
La defensa de Rolando Lovera planteó que necesitaba tiempo para reformular su alegato: hasta ese momento la acusación era por “homicidio simple” para él y agravado por el vínculo, para Victoria. La fiscal otra vez no tuvo en cuenta el contexto de violencia que denunció Aguirre que vivía y que le impidió pedir ayuda para proteger a Selene en esos días en que Lovera, según dijo, las mantenía secuestradas. 
“Si los jueces resuelven con perspectiva de género, ella tiene que ser absuelta”, planteó a Página 12 la abogada Gabriela Stefani, del Observatorio de Prácticas del Sistema Penal de la Asociación Pensamiento Penal, quien actúa como veedora en el juicio. Para Stefani, se pudo demostrar con testigos que declararon, entre ellos una médica y un médico, que Aguirre no era una “mala madre” –como pretendió instalar la defensa de Lovera y la fiscal–, que antes de que estuviera con él, nunca Selene había recibido ningún tipo de violencia, y que las lesiones que tenía databan de 6 a 7 días antes de la muerte. También surgió que Lovera había sido denunciado por violencia de género por su esposa, en 2011, y que cuando acompañó a Aguirre al hospital con Selene, días antes de su muerte, la médica que la atendió se sintió intimidada por sus gritos, que lo mostraron como un hombre violento. Y sobre todo, que la joven buscó pedir ayuda, cuando pudo, al cruzarse con un conocido de su padre en un mercado –y quedó fuera del alcance de la vista de Lovera– pero no tuvo eco: “Me siento arrepentido porque si yo hubiera avisado tal vez esto no hubiera pasado”, dijo el hombre, Juan Alfonso Amarilla, cuando declaró ante el tribunal. 
La visibilización de esta historia se hizo gracias a la intervención del movimiento de mujeres de Misiones que tiene varios espacios como referencia desde la Coordinadora 8 M pasando por la Mesa por la Absolución de Victoria, el Espacio de Género de la CTA A. Además de una campaña nacional que incluyó a diversas organizaciones y partidos de izquierda y hasta el colectivo Ni una Menos.