Lidia fue parte de la lucha del Astillero Río Santiago como integrante de su Comisión de Familiares. Esta tuvo sus inicios a fines de la dictadura y tomó un importante protagonismo en las grandes luchas de los ´90 en defensa del Astillero.
Lidia también jugó un papel en el movimiento de mujeres y en sus Encuentros Nacionales. Pero sobre todo fue parte de esas “viejas” que llegaron al Partido a través de sus hijos, como Marta Rusconi, como Cheli, Elisa y tantas otras. Ellas fueron la retaguardia del Partido en La Plata en medio de los asesinatos de la lucha antigolpista y la persecución de la dictadura. En sus casas nunca faltó un plato de comida, una cama, un abrazo para los y las camaradas que lo necesitaron. Fueron “abuelas” de nietos propios y ajenos en los momentos más difíciles. En su nombre vaya nuestro recuerdo y homenaje para todas ellas.