Lo concreto es concreto, porque es la síntesis de muchas determinaciones, porque es, por lo tanto, unidad de lo múltiple. En el pensamiento lo concreto aparece, consiguientemente, como proceso de síntesis, como resultado, y no como punto de partida, a pesar de que es el punto de partida real y en consecuencia, también el punto de partida de la intuición y de la representación. En el primer camino la representación completa se volatiliza en una determinación abstracta; en el segundo las determinaciones abstractas conducen a la reproducción de lo concreto por el camino del pensamiento. De ahí que Hegel cayera en la ilusión de concebir lo real como resultado del pensamiento que se concreta en sí mismo, profundiza en sí mismo y se mueve a partir de sí mismo, mientras que el método de elevarse de lo abstracto a lo concreto sólo es la manera que tiene el pensamiento de apropiarse de lo concreto, de reproducirlo como un concreto mental. Pero esto no es de ningún modo el proceso de génesis de lo concreto mismo.
Ver sobre este tema “Los ignorados”, de Otto Vargas, Cuadernos de Edit. Agora , Pág.15 y ss.