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19 de agosto de 2015

Reproducimos un texto publicado por el compañero Ramiro “Vasco” Berdesagar, uno de los dirigentes de la toma de tierras en Abasto.

“Lo hago porque estoy convencido”

Reflexiones luego de las PASO

 
Claro… no le entraba en la cabeza al “proyecto de puntera” que se movía de escuela colgando en el pecho el cartón que decía: fiscal general. Porque tuvo que preguntarle dos veces a la compañera “¿cuánto te pagan por ser fiscal?” y la compañera con todo el orgullo le respondió calma: “Nada, yo lo hago porque estoy convencida que se pueden cambiar las cosas. Gratis”.

 
Claro… no le entraba en la cabeza al “proyecto de puntera” que se movía de escuela colgando en el pecho el cartón que decía: fiscal general. Porque tuvo que preguntarle dos veces a la compañera “¿cuánto te pagan por ser fiscal?” y la compañera con todo el orgullo le respondió calma: “Nada, yo lo hago porque estoy convencida que se pueden cambiar las cosas. Gratis”.
Al otro compañero, protagonista de una de las luchas más grandes de los últimos años en la región y que le costó el puesto de laburo, también le preguntaron lo mismo. Y él, con esa serenidad y convicción que siempre lo acompaña le respondió: “Nada, lo hago porque estoy convencido”.
Entonces, desde el domingo a la noche me quedé pensando. Caliente, con bronca de cómo votó el pueblo, porque a mi humilde entender se equivocó porque la mayoría terminó eligiendo a variantes de las clases dominantes que se preparan para seguir ajustando, con devaluación e inflación. Y me quedaron flotando en la cabeza esas dos anécdotas. Ahí nomás me acordé de Hilda, de Susana, de Francisca, de Lili, de Sandra y de todos esos compañeros que a pesar de tener necesidades deciden aferrarse a la convicción de cambiar las cosas, involucrándose. 
Eso nos lo enseñó nuestro Partido Comunista Revolucionario cuando en las noches más oscuras de la dictadura, decidió quedarse en el país atando su destino al del pueblo: nos lo enseñaron nuestros mártires cuando en la mesa de tortura supieron darle el silencio protector de compañeros a los genocidas. 
Entonces, sigo pensando que el camino puede ser sinuoso, largo, con dificultades pero que más tarde o más temprano la victoria será del pueblo porque tenemos ejemplos actuales que llenan de esperanza. Más que nunca seguimos diciendo: aguante el Frente Popular.