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02 de julio de 2021

Los 100 años del Partido Comunista Chino

Lo único cierto detrás de la desmesura festivalera en China es que, efectivamente, hace 100 años un pequeño grupo de revolucionarios fundaba el Partido Comunista Chino. ¡¡¡Un Centenario glorioso!!! Y un dilema. ¿De qué hablar en la presente nota? ¿Rememorar el recorrido que llevó a la conquista del Poder y la construcción del Socialismo? ¿O denunciar la afrentosa instrumentación de quienes usurpando títulos y honores pretenden enmascarar su degradación?

Hubiera preferido escribir sobre Mao, la Larga Marcha, sus aportes al marxismo leninismo, el 49 en Pekín, sus desvelos ante el peligro de restauración capitalista en la URSS socialista y en la propia China socialista. Momentos todos de una gesta imperecedera.

Debo en cambio adentrarme en el otro aspecto de la cuestión. El del tremendo daño que ocasionan los usufructuarios de la  “marca” PCCh en la vida de los propios chinos. Y en el imaginario de los pueblos del Mundo.

 

Los festejos

Toda la carne al asador. Un pretencioso programa para darle rango de apoteosis a la celebración. La segunda economía mundial se puede dar esos lujos. Gigantismo audiovisual en Shangai y Beijing. Una estética siglo XXI plagada de banderas rojas, hoces y martillos y de fondo los acordes de La Internacional.

La apropiación de los símbolos más caros al proletariado revolucionario. Bajo estos estandartes millones lucharon, fracasaron y volvieron a luchar. ¿Cuántos habrán dado sus vidas sin vacilar? En cada una de estas luchas, incluso las “fracasadas” anidaban la semilla de la anhelada Victoria. Que finalmente ocurrió.

 

¿Una gavilla de renegados empecinada…

… en retener para sí la bandera del “socialismo” y el mote de “comunistas”? Ninguna extravagancia. Una carambola a varias bandas. Porque persiste en la memoria del proletariado y el Pueblo los logros del período verdaderamente socialista. Y porque se curan en salud. Los abruma el “peligro” de que ese viejo fantasma (del que hablaba el Manifiesto de Marx y Engels) retorne redivivo y se encargue de poner las cosas en su lugar.

La actual cúpula del PCCh es absolutamente conciente de que restauró el capitalismo. Se ufana de haber “salvado” a China del maoísmo. Son profundamente anticomunistas. Pero, ¿cómo enredar las patas a tanto antiimperialista suelto en un Mundo donde todos los “benefactores” a la mano son potencias Imperialistas? Por ahora, la solución adoptada es recubrirse de insignias ajenas. Nada nuevo bajo el Sol. Mentir, mentir, que algo quedará.

 

Debate abierto

Una acertada caracterización de China, ¿contrapunto entre doctrinarios? ¿Frivolidad sin las menores implicancias? Jamás subestimemos la propaganda china. Lo cierto es que ha penetrado en amplios sectores. Para contrarrestarla no sirven las simplificaciones.

Capitalista pero no imperialista… Capitalista y por ende imperialista… ¿Cómo va a ser imperialista si ni siquiera es capitalista? Así el abanico de las opiniones en danza.

Muchos que dan por consumada la restauración capitalista prefieren evitarse cualquier motivo de conflicto con China. Por ello se desentienden u ocultan todo rasgo de política imperialista.

 

La tesis del ni-ni

Ni capitalista, ni socialista. El énfasis está puesto en descartar que China haya vuelto al capitalismo. “Evitó el suicidio de socializar la pobreza”. Para ello reintrodujo, desde 1978, “algunas” relaciones mercantiles. El secreto del éxito radicaría en la virtuosa convivencia del Mercado con la gestión planificada.

Bombo y platillos por el crecimiento de la economía china. “Consecuencia natural de la preexistencia del socialismo”. De falacia en falacia van construyendo una “realidad” virtual. Alguien ya dictó las conclusiones. A remar para hacer que se verifiquen.

Imposibilitados para negar las relaciones capitalistas, entonces las relativizan. “Existen, pero no predominan”. Serían aspectos secundarios. A no preocuparse porque quien tiene el control de la situación es el PCCh. ¡Toda una garantía!

China, segunda economía mundial, generó en estos 40 años, fabulosos excedentes financieros. Para los negadores de la restauración capitalista, tanto “ahorro” es motivo de admiración. Obvian aclarar cuál sería la fuente para semejante capitalización. La realidad tras el “milagro” económico chino: una despiadada extracción de plusvalía. Niveles brutales de explotación. Por tanto, ¿qué festejan los que festejan?

 

Enriquecerse es glorioso

Tanto en la lucha revolucionaria como en la construcción del socialismo, Mao debió enfrentar una interna. Lo confrontaba una corriente de derecha con peso en la propia dirección del PCCh. Tras la fundación de la República Popular subsistió la lucha de clases y por ende la lucha de líneas. La presa dorada de dicha puja era el propio Partido. Con la Revolución Cultural se impone transitoriamente el maoísmo. Los derrotados se agazaparon a la espera de mejores tiempos. Muerto Mao, sacaron pecho. Y para 1978 eran hegemónicos.

A Deng Xiaoping le llevó 4 años sincerar su objetivo. En 1982 pronunció sus tres palabras mágicas… “Enriquecerse es glorioso”. La cúpula del PCCh no fue salvaguarda contra la restauración, sino su artífice y beneficiaria.

Durante la vigencia del socialismo, el Estado fue la dictadura de una mayoría de la sociedad sobre los sectores minoritarios. Por el contrario, el Estado tal cual lo venimos sufriendo desde hace milenios, es la dictadura de una ínfima minoría sobre las mayorías. Lo fue con Deng y ahora con Xi Jiping. La capa alta de la Nomenklatura es indiferenciable de la casta de los grandes propietarios.

El maridaje entre grandes burgueses y grandes burócratas es absoluto. Como así también la unidad de objetivos entre el sector privado de la economía y aquel otro bajo la administración estatal. Los devotos de la teoría del limbo ven coexistencia pacífica entre capitalismo y socialismo bajo el desempate virtuoso del PCCh. La propiedad privada y el capitalismo de Estado funcionan al unísono. ¿Existen las contradicciones al interior de este entramado? Por supuesto. De vez en cuando sobreviene alguna purga. Una banda reemplaza a otra. Algún corrupto es acusado de corrupción por otro corrupto que retiene el Control.

 

“Socialismo con características chinas”…

…(del discurso de Xi Jiping 01/06/21). Traducción del mandarín: CAPITALISMO. Xi se ufana de haber terminado con la pobreza extrema. Traducción del mandarín: tras 40 años de crecimiento a “tasas chinas” nuestros pobres (700 millones) ya no están en la miseria.

Unos 1.000 (mil) chinos poseen patrimonios superiores a los mil millones de dólares. Numerosos magnates son miembros del Comité Central del PCCh. Jack Ma, dueño de Alibaba, el hombre más rico de China, es un afiliado dilecto. El PCCh transformado en una obscena maquinaria al servicio del capitalismo.

Obreros y empleados soportan habituales arengas instándolos “al patriotismo, la disciplina, el colectivismo y el espíritu de trabajo”. Algunos alcanzan la gloria haciéndose rico. Otros deberán deslomarse para que su patronal y la “Patria” prosperen.
Pese a las exhortaciones el proletariado resiste. Así el movimiento contra el 996. La negativa a trabajar de 9 a 21, 6 días por semana. Como respuesta surgió la consigna 955. Tras 150 años vuelve renovada la lucha por la jornada de 8 horas. Mal que les pese a los sindicatos del régimen y a la represión duras huelgas han triunfado sobre los monopolios.

El sistema impositivo chino es uno de los más regresivos del Mundo. Las empresas privadas, locales o extranjeras, pagan menos impuestos que las empresas estatales. Provocaría la envidia de “nuestra” AEA.

La penetración del capitalismo en el campo es otro rasgo. El ocaso de las comunas en beneficio del agronegocio. Cien mil cabeza de dragón (así su denominación) intermedian la producción de 300 millones de campesinos.

 

Capitalista, ¿pero imperialista?

¿Puede semejante potencia capitalista sustraerse a las reglas del juego? El Imperialismo es la fase actual en la que se desenvuelve el capitalismo. Durante éste se subliman las peores manifestaciones de la opresión. La injusticia, la desigualdad, la irracionalidad, el daño ambiental, la crueldad de denegar los avances tecnológicos a miles de millones. Todos estos rasgos están a la orden del día en China.

¿Solo magia pudiera alejar a tamaña economía de la búsqueda desenfrenada por mercados, por fuentes de materia prima, y plazas estratégicas? En un Mundo totalmente ocupado la puja por un nuevo reparto es feroz.

 

¿El “buen” imperialismo?

“De acuerdo… China es imperialista. Pero no me la vas a comparar con los otros imperialismos”. Para muchos amigos del campo popular, el Imperio queda en Washington.

Hace más de 100 años Lenin rebatía la teoría del ultraimperialismo. La confluencia de todos los imperios en uno. O siquiera la empatía entre ellos. Se podrán poner de acuerdo en algún tema. Pero el margen para las gentilezas es mínimo. Lo que prima son las peloteras.

China no es un recién llegado al club de la disputa. Pagó su membresía hace ya cuatro décadas. ¿Existen evidencias para considerarlo un imperialismo comprensivo y benevolente? Por donde se mire, NO.

Proveedores indiscutidos de cuanto artículo de consumo se nos ocurra. Promueven  nuestra desindustrialización. El Programa Made in China 2025 aborda 10 sectores estratégicos. Transporte naval, ferroviario, aéreo y espacial; maquinaria agrícola, medicina y, por supuesto, automación. Cada innovación apta para su uso dual (pacífico y/o bélico).

17.000 pesqueros piratas depredan la riqueza marina de terceros países. El 5G, campo de batalla estratégico entre EEUU y China. Más nos vale despabilarnos. Antes nos invadían las cañoneras. Hoy les bastará un botón para dejarnos sin economía, sin comunicaciones, sin luz ni agua.

China implementó el mayor plan global de infraestructura de la Historia. La Ruta de la Seda involucra países en los 5 continentes. Su característica principal ya la vivimos. Como los trenes ingleses, todo el entramado arranca o converge sobre China. ¿Filantropía? Pura conveniencia. Como reciprocidad Biden impulsó en el G7 un refrito del Plan Marshall a ser solventado con impuestos a los grandes conglomerados refugiados en paraísos fiscales.

 

China, factor interno

En nuestro país empresas chinas compraron a Barrick el 50% de Veladero (oro y plata). Y van por Pascua Lama. Poseen minas de litio, cobre, hierro. En petróleo se quedaron con ESSO, (Standard Oil). Asociadas en Pan America con British Petroleum y Bridas. Activa en Vaca Muerta, Malargüe y Salta. Financia centrales hidroeléctricas, eólicas y nucleares. Dos Bancos entre los 10 mayores. Varias de las grandes exportadoras de nuestra producción agrícola. La desmesura de las chancherías que pretenden instalar. Una base bajo control militar (Neuquén).

Al igual que las otras potencias nos imponen la Deuda, más el cambio de nuestra matriz productiva. Los mayores estigmas de la dependencia. Todas las potencias jugando a primarizarnos.

Todo imperialismo que se precie se asocia con burgueses locales. Obviamente los chinos también. La avidez de mojar el pancito… China además cosecha simpatías en sectores populares. ¿Alguien esperará que sea nuestra retaguardia segura en la lucha contra los yanquis? Xi Jiping estaba en Brasil en los días del golpe proyanqui contra Evo. Y no dijo ni mu. Tampoco Putin que lo acompañaba.

 

¿Diversificar la Dependencia?

Estar bien con Dios y con el Diablo. Los sectores dominantes son pragmáticos. Macri prefería a los yanquis pero no hacía asco a negociar con China. La cancillería china había designado a Papá Franco como “Consejero Senior para Inversiones en Latinoamérica». Flexibilidad lacayuna.

En condiciones de alta asimetría podemos negociar con todo el Mundo. La condición necesaria radica en no desguarnecernos ante ninguna de las potencias que pujan por nuestro pellejo. Y, cuando se atiza la disputa entre ellos utilizar a nuestro favor sus contradicciones. Independencia y Soberanía. Hete aquí nuestra brújula.

Conocer al enemigo. Caminar con los amigos. Respetarlos en sus fortalezas como en sus vacilaciones. Con estos recaudos se nos abre un amplio abanico de tácticas.

¿Será la razón de Estado la que explique la participación de Alberto Fernández en los actos del Centenario del PCCh? ¿O una incorrecta valoración de los contenidos de la celebración?

Hubo una vez dos Sistemas sociales. Un tercio de la Humanidad construía el socialismo. Esto es pasado. Se restableció un mercado único mundial. El capitalismo exhibe el peor de los fracasos para resolver las demandas de la Humanidad. La pandemia despejó su descarnado rostro.

Somos antiimperialistas. Por tanto somos antiyanqui, antiinglés, antirruso, antichino.

Un Mundo complejo. Una situación difícil. ¿Nuestros objetivos? JAMÁS IMPOSIBLES.

 

Escribe Sebastián Ramírez