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05 de enero de 2011

Consiguieron bonificación de $4.000, y básico de $5.000

Los aceiteros rompieron el techo salarial

Hoy 1350 / Puerto de Rosario

Los últimos días de diciembre, previo a las Fiestas, nuestra región fue conmovida por el bloqueo durante dos días y medio de la casi totalidad de las 18 terminales puertos-fábricas. Participaron de estos bloqueos los 3.000 trabajadores aceiteros, más los 9.000 trabajadores con los que se conforma todo el complejo.

Los últimos días de diciembre, previo a las Fiestas, nuestra región fue conmovida por el bloqueo durante dos días y medio de la casi totalidad de las 18 terminales puertos-fábricas. Participaron de estos bloqueos los 3.000 trabajadores aceiteros, más los 9.000 trabajadores con los que se conforma todo el complejo.
Quedaron 15.000 camioneros esperando que, con piquetes y desde abajo, se consiguiera una bonificación por única vez, anual, de $4.000, un salario básico de $5.000 a partir del 1° de enero de 2011, y $200 de premio para todo el personal sin ningún tipo de discriminación, creando condiciones para avanzar en el reclamo de pase a planta permanente de los contratados y de una nueva política de seguridad e higiene.
Esto se da en el marco de una inflación del 25% que no es más que un brutal ajuste, una transferencia del salario al capital y al fisco a través de impuestos en momentos en que la CGT traidora de Moyano venía planteando pacto social y $1.000 de bonificación por única vez.
El gran triunfo de la lucha de aceiteros es que rompió el techo salarial y los pactos gobierno-CGT-UIA, alumbrando el camino para el conjunto del movimiento obrero argentino.
Ha irrumpido y se ha destacado una gran combatividad en los obreros jóvenes, muchos de ellos tercerizados, desbordando muchas veces a la dirección sindical, y produciendo un cambio de tendencia al afiliarse a sus gremios que pasan a ser vistos como un instrumento para la lucha.
Estas terminales portuarias, en su enorme mayoría empresas imperialistas y de burguesía intermediaria, tuvieron a su disposición en el 2010 una cosecha récord de 95 millones de toneladas, de las cuales se exportan 74 millones, una facturación de 25 mil millones de dólares, y tienen el monopolio del comercio y el procesamiento para la elaboración de subproductos (harina, aceites, biodiesel).
Se calcula que han tenido una tasa de ganancia del 18% anual, contra la media del 6%, sólo superado por la minería y con un costo salarial sobre la facturación que equivale al 0,5% con una superexplotación brutal. Hay un pequeño número de trabajadores altamente calificados y efectivos relativamente bien pagos, entre $5.000 y $10.000, y una gran masa con contratos basura (continuo eventual) tercerizados y en negro, no superando los $10,50 la hora, salvo excepciones.
Este polo sojero, el más grande del mundo, fue paralizado en cuatro oportunidades durante el año 2010, conmoviendo al país:
• A comienzos de año paro de los portuarios durante 10 días con bloqueos y piquetes en las puertas de las terminales, paralizando el comercio y el transporte y las operaciones de la Bolsa de Comercio y modificando en un hecho inédito los precios en Chicago.
• Paro de 48 horas de los trabajadores de Urgara (Unión de Recibidores de Granos de la República Argentina) a mitad de año.
• A partir de la muerte en un accidente laboral del compañero Oscar Gónzalez en el mes de noviembre, presidido de ocho casos anteriores de muertes por accidentes laborales y una cantidad de heridos y lesionados como consecuencia de las condiciones de trabajo, se paralizó la actividad en todo el cordón industrial en un paro llamado por la CGT Regional, con una gran concentración en la ciudad de San Lorenzo.
– Esta lucha de aceiteros previa a las Fiestas que volvió a conmover y a demostrar la importancia estratégica que tiene toda esta región desde el punto de vista económico y político.

Se avecinan grandes combates
Como conclusión, va madurando entre los trabajadores la necesidad de unirse y organizarse, se desarrolla cada vez más la conciencia del poder que tienen los obreros, y se va cristalizando un programa que plantea “ningún trabajador por debajo de los $5.000 de salario mínimo” independientemente del encuadramiento gremial que tenga y el planteo de la efectivización del conjunto de los tercerizados, unido a la lucha por justas condiciones laborales.
La lucha continúa y se avecinan grandes combates por estas reivindicaciones unido a un gran sentimiento patriótico y antiimperialista que se expresó en la simpatía y adhesión al “Acto en defensa de la Soberanía Nacional” que se realizó en noviembre en la región en Punta Quebracho, y va madurando una corriente que comprende que las “reivindicaciones salariales y laborales” van unidas a la defensa de las riquezas de la Patria a favor del pueblo.