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20 de julio de 2016

Los acuerdos con el imperialismo de China

¿Relanzamiento de la asociación estratégica?

 Como parte de la política del gobierno de Macri de subordinación a los distintos imperialismos, una misión encabezada por el ministro de Producción, Cabrera (ex HSBC), acordó el 12 de julio en Pekín los contratos por 25.000 millones de dólares para la construcción de dos centrales nucleares y dos represas hidroeléctricas. También hubo acuerdos sobre planes de energía renovable y la ampliación del comercio de alimentos argentinos. Todos a ser firmados por el presidente Macri en septiembre, cuando se reúna con su par Xi Jinping.
“Se afianzó la asociación estratégica con China y hemos cerrado un acuerdo de negocios, inversiones y de mayor flujo comercial con China que seguramente estimulará a los inversores de Estados Unidos y Europa para que también vayan a la Argentina“, expresó sibilinamente el embajador argentino en China, Diego Guelar, quien durante dos días coordinó los encuentros entre los funcionarios argentinos y los del imperialismo de China
Se definieron, así, los detalles técnicos para que a partir de marzo de 2017 comience la construcción de dos centrales nucleares con la Corporación Nacional Nuclear de China. Una de esas centrales será de agua pesada, tendrá un fuerte componente nacional y se basará en una tecnología canadiense. La otra prevé un reactor de agua ligera, una tecnología nueva para la Argentina, que implicará incursionar en el mercado del uranio enriquecido a bajo porcentaje. Se estima que la financiación por estas obras será de US$15.000 millones, por el 80% del total de los proyectos.
En marzo de 2017 comenzarán, además, las represas hidroeléctricas Cepernic y Kirchner en Santa Cruz, cuyas características técnicas fueron modificadas ante los reclamos de grupos ambientalistas. Por estos dos grandes proyectos China prestará unos US$10.000 millones. Para marzo también estaría habilitada la polémica estación espacial de Neuquén que construye China bajo la supervisión del Ejército Popular de su país.
En el plano comercial, los funcionarios argentinos acordaron con China la ampliación del volumen de comercio de alimentos argentinos relacionados con soja, carnes y la exportación de uvas, arvejas, arándanos y sorgo. Para agilizar los procesos de aprobación fitosanitaria, se instalará una oficina del Senasa en China y el departamento fitosanitario chino Acqsic tendrá oficinas en Buenos Aires.
También se procura destrabar dificultades de acceso para el aceite de soja, el maíz y algunos productos de la pesca, como los langostinos. Y se acordó la incorporación de inversiones chinas en el campo de las energías renovables. Hay un proyecto de inversión de US$5.000 millones para una inminente licitación de 10.000 megas en energía solar y otro tanto en energía eólica en la Argentina.