Los Acuerdos de Madrid
Tras la derrota de la batalla por Malvinas del 14 de junio de 1982, estos acuerdos significan la rendición de los sucesivos gobiernos ante la prepotencia colonialista británica. Negociados por Caputo-Alfonsín, firmados en 1989 por Cavallo-Menem fueron mantenidos luego por los sucesivos gobiernos. Así nos impusieron la fórmula del “paraguas de soberanía” y luego el control de policía por parte del Reino Unido sobre los sistemas de defensa argentinos y la supervisión de todos los movimientos y compras de nuestras fuerzas armadas. La Argentina tiene derecho a denunciar estos Acuerdos, como está previsto en uno de sus artículos. Su persistencia es perjudicial para los intereses soberanos de la nación.
La línea de masas
“Nuestra línea es la línea de masas. La línea de generalizar y elevar al combate a las masas hasta llevarlas a un nivel revolucionario. Toda nuestra lucha económica, política e ideológica se subordina y tiene como objetivo estratégico a la revolución democrático-popular, agraria y antiimperialista en marcha ininterrumpida al socialismo. Esa es una revolución social y en esa dirección privilegiamos la lucha política, porque ésta apunta a la conquista del poder y el poder es la llave para conseguir las transformaciones revolucionarias a las que aspiramos. Para el triunfo de esta revolución social la política debe ser protagonizada por las masas explotadas y oprimidas. Y el poder debe ser conquistado y ejercido por esas masas”. Estatuto del PCR. Introducción.
La lucha interna
“El arte de una dirección leninista está tanto en descubrir la esencia burguesa o pequeño burguesa, de determinadas opiniones que surgen en el Partido, como en evitar que las mismas se conviertan fatalmente en tendencias y estas en fracciones. Cuando esas opiniones devienen en opiniones antiproletarias de carácter antagónico, el arte de dirección está en garantizar que sean derrotadas por el conjunto del Partido”. Rosendo Irusta: ¿Qué fue la Revolución Cultural Proletaria China?
Hoy N° 1955 22/03/2023