Durante su acto de campaña electoral el viernes 20 en La Rioja, la presidenta aludió al movimiento de jóvenes “indignados” que se movilizan en Madrid y otras ciudades españolas. “Yo creo que lo que están pidiendo estos jóvenes es tener esperanza y construcción de futuro, que es lo que hemos hecho y estamos haciendo aquí en estos años felices”, dijo.
Durante su acto de campaña electoral el viernes 20 en La Rioja, la presidenta aludió al movimiento de jóvenes “indignados” que se movilizan en Madrid y otras ciudades españolas. “Yo creo que lo que están pidiendo estos jóvenes es tener esperanza y construcción de futuro, que es lo que hemos hecho y estamos haciendo aquí en estos años felices”, dijo.
Los jóvenes de España no piden “esperanza” sino trabajo no esclavo, salario no comido por “recortes” ni por la inflación, y principalmente una democracia no truchada por políticos, dirigentes sindicales, partidos, legisladores y jueces subordinados a los monopolios.
En estos “años felices” —felices para los grupos económicos que integra o respaldan a la presidenta—, se mueren chicos por desnutrición en Salta y en la misma La Rioja donde dio su discurso; el gobierno y los monopolios se comen en semanas con el “impuesto inflacionario” los ajustes salariales que cuesta meses de lucha conseguir; se lanzan bandas de matones para apalear o balear a trabajadores y originarios; se mantiene y profundiza la entrega de recursos, fábricas y tierras al capital imperialista; se mantienen leyes y se aprueban otras para condicionar e impedir la presentación de partidos y candidaturas opositoras al sistema.
Pero atención. Porque los vientos del “Mayo español” podrían reavivar las brasas de aquel Argentinazo en que millones de compatriotas, también “cabreados” por el hambre, la desocupación y el saqueo imperialista, exigieron “que se vayan todos” los que aún están.