Hablando de quienes confunden los deseos con la realidad, en el artículo que escribió Alejandro Horowicz en El Argentino (5/6/2012), dice que la ley en la provincia de Buenos Aires implica el “incremento del impuesto inmobiliario rural para terratenientes multimillonarios, mantenimiento de la alícuota para productores medianos, y disminución en el pago para los pequeños (¡sic!)”. Y dando eso por hecho, agrega que “esta vez el sector no dispone de ‘error’ oficial. La 125, que no distinguía entre pequeños, medianos y grandes productores, no existe”. Así en sus cuentas sobre la carga tributaria a la producción agropecuaria, indiscriminada también en las elevadas retenciones que afectan por igual a grandes, medianos y pequeños, se “olvida” que el gobierno nunca atendió al reclamo de retenciones segmentadas según la capacidad tributaria de cada sector. Carga impositiva que ahora se acentúa con el revalúo inmobiliario indiscriminado por tipo de productores (aunque se lo diferencie por zonas, dentro de cada zona golpea por igual a grandes, medianos y pequeños productores), con lo que eso implica además de aumento en el impuesto nacional por Bienes Personales (a los que alquilan su tierra) o Ganancia Presunta (a los que explotan directamente su tierra).