Beatriz Rojkes responsabilizó a los padres de Mercedes Figueroa, por dejarla sola a la hora de la siesta. La niña de 6 años fue apuñalada durante la tarde del primero de mayo y hasta ahora los únicos implicados en la causa son dos menores de 13 y 17 años.
Beatriz Rojkes responsabilizó a los padres de Mercedes Figueroa, por dejarla sola a la hora de la siesta. La niña de 6 años fue apuñalada durante la tarde del primero de mayo y hasta ahora los únicos implicados en la causa son dos menores de 13 y 17 años.
El miércoles, nuestra provincia de Tucumán amaneció conmocionada por la noticia del asesinato de Mercedes del barrio Villa Muñecas. Durante todo el día los medios se encargaron de informar y desinformar sobre el hecho, por ahora los únicos implicados en la causa son dos menores de 13 y 17 años.
Lo más indignante fue no sólo el hecho mismo sino las declaraciones de la senadora, esposa del gobernador Alperovich, que dijo, en un encuentro de construcción de perspectiva de género de la legislatura, que “no podemos tener al señor Estado a la par de una familia que está borracha” y como si fuera poco, responsabilizó a sus padres por haberla dejado jugar a la niña a la hora de la siesta tucumana.
Ahora me pregunto, esta señora tendría que ser un poco más humana antes de andar desparramando culpas y responsabilidades, como si fueran los bolsones y colchones que sí desparrama para la época electoral. Primero debería dar sus condolencias ante una madre, una abuela, una familia que acaba de perder a su hija en las peores de las formas.
Lo que dijo Beatriz Rojkes de Alperovich es una linda estrategia para disipar lo que realmente se debe discutir. Pobreza, señora, se llama pobreza. Pobreza que el gobierno que su marido y usted llevan adelante durante estos 12 años, ha acrecentado. Pobreza es la que viven muchas familias tucumanas, devastadas sin trabajo, sin salud, si educación, o ¿usted se cree que todos tenemos la suerte de que nos paguen 30.000 mil pesos por mes para solamente levantar la mano según le indiquen?
Pobreza, señora, es lo que viven nuestros hijos e hijas inundados en nuestros barrios de droga, pobreza señora es lo que cada día tenemos que soportar. Parece que usted cree o se comió el verso de que con asfalto e inauguraciones de cordones cunetas sirven y alcanzan como política pública para revertir la pobreza. Que alguien le avise a esta senadora que después del cordón y la cuneta, hay familias, hay personas.
Las declaraciones de la senadora son base y fundamento para que después se carguen las culpas sobre las familias y no se debata realmente sobre el eje y la problemática, que pasa en este país. ¿Qué pasa en esta sociedad que un niño de 13 años, niño, señora, es un niño, y un adolescente de 17, si es que en realidad fueron -de esto se encargara la Justicia que para eso está- llegan a estos extremos? Hay una responsabilidad indelegable del Estado de asegurar y garantizar cada uno de los derechos que la Constitución declara, Constitución que usted, su partido y su gobierno se encargan de modificar a su antojo y bienestar.
Sus dichos son base para que después se salga a pedir baja de imputabilidad para nuestros jóvenes y adolescentes, son base para que después los medios digan que todos somos unos vagos conformistas que no queremos trabajar, son base de discriminación.
Pobre es lo que somos, pobres, no borrachos, no irresponsables, ni abandónicas, con familias desestructuradas, empobrecidas. Familias abandonadas, pero por el Estado de esta provincia.
Señora, usted que pregona la equidad y la justicia social, que se llena la boca hablando de perspectiva de género y de modelo inclusivo, le digo: lea, aprenda bien los conceptos, asesórese antes de hablar y decir tamaña estupidez.
Hable de trabajo genuino y real. Trabajo para las familias que la dignifiquen, trabajo que les asegure un bienestar, trabajo con salarios dignos y no meros parches de trabajo. Señora, no se paga en cuotas como lo hace su gobierno en esta provincia, más que Estado parecen ser una sucursal de alguna tarjeta de crédito, “le damos aumentos en cómodas cuotas sin interés”. Educación, señora, que es más que andar haciendo escuelas, y llenarlas de matriculas, educación y no sólo becas y comida como si fueran comederos. En vez de escuelas, educación, señora, que nos hace libres y responsables como ciudadanos.
Salud, hable de salud ¡Ah cierto! tenemos salud, porque vamos a los CAPS (Centros de Atención Primaria de la Salud) que están superados en demanda, pero tenemos Amoxidal para todos y todas, si nos enfermamos de otra cosa, seguro es culpa de las familias por andar enfermándonos. Vivienda digna, señora, hable de los palomares que nos hacen de casa para que podamos vivir, no importa si somos 2, 5, 11 o 15 personas en la familia, vamos todos al mismo departamento de 2 x 2.
Hable, señora, con conocimiento de causa, hable de la verdad, sus dichos sólo reafirman su mirada sobre el pueblo tucumano, mejor dicho una parte de este pueblo, el más sufrido. Para usted somos todos una mangas de borrachos irresponsable que encima dejamos jugar a nuestros hijos e hijas en la vereda, usted está diciendo que en Tucumán no se puede andar a la siesta, que tenemos que estar guardados cual presos en nuestras casas.
Usted, antes que nada debería ser humana, pero cómo pedirle algo así a alguien que con tanto énfasis profundiza este modelo, modelo que se encargó durante décadas y se encarga de deshumanizarnos, modelo que no tiene rostro humano, modelo basado en el individualismo, el consumismo, el desempleo y la exclusión, modelo que se asienta en que pocos tengan mucho para que muchos tengamos nada.
Señora, usted no es digna de representar a nuestro pueblo, ganó las elecciones a base de colchones, zapatillas, bolsones, remises y mentiras, ganó esa representación seguramente con el voto que la familia de la niña también emitió, familia que usted ahora critica. Usted debería salir a pedir aunque sea disculpas.
Nuestros hijos, nuestras hijas, señora, son lo más preciado que tenemos, lo único que tenemos, porque usted nos robó la dignidad. A nuestros hijos, nuestras hijas, los mata usted cada día cuando viola y no defiende cada día, cada uno de sus derechos.