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26 de noviembre de 2014

El compañero Miguel Ángel Fernández, dirigente de la Corriente Magisterial Juan Pablo Duarte de República Dominicana, participó de un Encuentro de Educadores de América Latina y el Caribe, en Buenos Aires. En un alto de la reunión conversó con nuestro semanario.

“Los docentes hacen más asistencia alimentaria que educativa”

Miguel Ángel Fernández, dirigente docente de República Dominicana

El compañero Fernández nos  cuenta que trabaja en dos turnos, en educación media, “y los sábados para una universidad privada, como profesor de matemática, en el interior del país, en la ciudad de Mao, a 200 kilómetros de la capital”. Habla primero de su alegría de poder compartir experiencias de docentes de América Latina y el Caribe. “Hemos estado viendo que los modelos educativos que se introducen obedecen a que intereses del capital que no tienen nada que ver con las necesidades propias de los países, de las regiones. Son modelos educativos impuestos y bajo la lógica del capital, bajo esta dinámica de costo, inversión y producción. Despojado, vaciado de contenido social y humanista, vaciado de contenido independiente. Según cambian los modelos, le cambian el patrón a la escuela y han ido arrinconando, han ido limitando la escuela. La mejoran cuando necesitan el obrero calificado para el modo de producción capitalista de acumulación, o la hacen perder calidad y forman ciudadanía acrítica, pasiva, desmovilizada, individualista, desconectada de sus propios procesos nacionales, despolitizarlas o politizándolas a favor de, instrumentalizándola en favor de una cultura clientelar del partido-estado. Esto genera mucha angustia, mucha tensión”.
 
—¿En qué contexto político se da esta situación de la educación 
en la República Dominicana?
—La situación de la familia, de la escuela, del magisterio, está estrechamente vinculada con la pobreza del Estado en materia de disposición de recursos. Alrededor del 44% del presupuesto del año va para pagar servicio de deuda externa o interna y eso reduce los recursos para el desarrollo del país y para atender los derechos de la gente a la salud, a un sistema de seguridad social o a un empleo dignamente bien pagado, y lógicamente afecta a la escuela. Hay una corrupción muy grave, impunidad. Hay un gobierno que ya tiene cuatro períodos consecutivos que se ha estado imponiendo sobre la base de aprovechar los recursos del Estado para la suma clientelar electoral, como una finca propia, como un botín de guerra. Hay mucho dispendio y la presencia de las transnacionales y por los modelos económicos el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, la privatización despojó al Estado de muchísimos medios. 
El sistema de seguridad social fue privatizado, todos los bancos crearon una ARS (aseguradoras de riesgos de salud). Con la nueva ley de seguridad social, tienen intermediarios entre prestadores de servicios –médicos, clínicas, laboratorios- lucran del paciente y lucran del prestador, lo que encarece el servicio de salud. El campo ha sido desmantelado con los tratados de libre comercio y el mercado local se ve invadido de productos del extranjero, especialmente de Estados Unidos, con sus excedentes agrícolas. Es una economía que se basa principalmente en los servicios de brindar mano de obra barata para las instalaciones de zonas francas, servicios de turismo, y otros. Allá se vive de las remesas porque hay una población importante en el exterior, que si no fueran por ellos, la mitad de las familias morirían de hambre.
 
—Cuéntenos cómo es en su país
el panorama en educación
—La República Dominicana tiene sus particularidades, la educación es estándar, nacional, a diferencia de Argentina, y el presupuesto es centralizado. Hay un solo sindicato nacional que se llama Asociación Dominicana de Profesores y Profesoras. Nosotros venimos representando a una de las corrientes magisteriales, la Juan Pablo Duarte. Hay otras fuerzas de derecha, o de medio… Pero nosotros somos una fuerza de la izquierda revolucionaria que ha construido ese tinglado de docentes a nivel nacional y es la segunda fuerza interna. Nosotros en particular somos presidentes de una provincia, de una seccional. 
Entre las amenazas más serias está la seguridad social del magisterio. Hay un proceso de desacreditar la carrera docente, de hacer al docente culpable de los pobres resultados escolares. Hay procesos de acreditación y calificación docente con fines punitivos. La evaluación no como proceso para introducir mejoras, clínicas profesionales, sino para penalizarte. Ese pensamiento autoritario, excluyente y abusivo quiere descargar las responsabilidad que tienen los Estados en los procesos de acumulación capitalista sobre todo el deterioro de la vida social de la gente y de la escuela y responsabilizar a los docentes. En ese proceso de desmejorar la calidad docente, dejan unos salarios miseriosos, y así resulta que el docente tenga que multiemplearse en tanda matutina, tanda vespertina y tanda nocturna. 
 
—¿Cómo son los niveles 
de educación?
—El sistema preuniversitario, que es toda la educación formal antes de ser superior tiene tres niveles fundamentales: el nivel inicial para chicos de 3 a 5 años, sin embargo no hay cobertura, no hay aulas ni maestros para niños de 3 y 4 años, ni suficiente para los de 5. Está el nivel básico, que es primaria, de 1 a 8º. Luego le sigue el nivel medio, el bachillerato –o secundario, aquí- que es de cuatro años. También está la modalidad de técnico profesional.
En todos los niveles, donde mejor están los docentes es en nivel superior, sobre todo si son docentes de la universidad estatal. Porque los docentes de las universidades privadas sufren mucho por sus bajos salarios. 
Se están produciendo de manera arbitraria reformas en relación a la ley de educación. Estamos en el segundo año que se discute el 4% del PIB para Educación, luego de tener más de 17 años con una obligación de ley de que se ejecutara, y sin embargo no se ha ejecutado; lo que ha producido los déficits y los deterioros más graves, la falta de inversión en educación. 
Hay un problema muy sensible que se está generalizando que es el de las jornadas extendidas que consiste en ampliar el horario de clases de 4 a 8 horas, donde se permanece todo el día en el centro sin que éstos sean debidamente habilitados ni en infraestructuras, espacios de los talleres, en duplicar el personal para la ampliación curricular. La jornada extendida la han convertido en un campo de concentración, donde se le da más importancia a la comida, al almuerzo; los maestros sufren mucho, los muchachos también siendo República Dominicana un país de altas temperaturas, no están habilitados los espacios físicos para permanecer todo ese tiempo.
Las autoridades lo aprovechan con fines electorales, clientelares, aprovechando la pobreza de tantas familias que ven con mucho agrado enviar a sus chicos durante todo el día a la escuela, más por comida que por una escuela de calidad. Hace una tarea más de asistencia alimentaria que educativa, lo cual desnaturaliza el propósito de la jornada extendida. 
 
—El sindicato ¿tiene presencia activa en las calles?
—Sí, nuestro sindicato tiene una dirección de 21 dirigentes permanentes que tienen una conducta condicionada por la participación política de sus jefes. Actualmente está tomado por el oficialismo y no tiene una posición de cuerpo. Sin embargo, en algunos lugares del país donde las corrientes magisteriales revolucionarias tienen hegemonía, se articula a las comunidades, con las familias y el entorno escolar, y producen movilizaciones importantes, lo que oxigena la lucha del magisterio y la hace ser más integral. 
Entre estas demandas está el propio bienestar estudiantil. La Ley General de Educación crea dos institutos: el Instituto de Bienestar Estudiantil que debe prestar servicios de libros, de bibliotecas, de laboratorios, de excursiones, de kit escolar y deportivo, transporte. Está solo en letras muertas, cuando tú lo incorporas y le dices a las familias que sus hijos tienen derechos, a no estar caminando en la carretera 4, 5, 6 kilómetros para llegar al centro, y que deberán tener el servicio de transporte público; cuando tú ves que no pueden inscribirse porque no tienen zapato escolar, o no tienen la utilería; tú les dices que la ley está, que el Estado le tiene que dar el kit escolar para que su chico vaya temprano a la clase; la mejoría en el desayuno escolar, que debe ser segura y con cierto balance alimenticio, igual el almuerzo… todas esas cosas más los servicios de electricidad, que si afecta a la escuela es porque todo el entorno está a oscuras; si en el centro falta agua es porque en la comunidad también falta agua. 
 
—¿Frente a esta situación, cómo son las luchas del pueblo dominicano?
—Permanentes. Hay un gran esfuerzo por unir las fuerzas de izquierda, las fuerzas revolucionarias, establecer alianzas. Ha habido mucha dificultades, lógicamente, pero se hacen ingentes esfuerzos por construir una alternativa, de acumular fuerza electoral en la medida que otros métodos están aplazados por las circunstancias. Tú puedes tener capacidad de acumular a un paro y lograrlo pero no así lograr una importante votación en un proceso electoral porque hay como un desfase entre todo lo que tú puedes acumular en fuerza política y movilización popular. Esto no se expresa necesariamente en los procesos electorales y la derecha sigue teniendo una gran hegemonía y una gran manipulación, aparte de que los procesos no son transparentes en la medida de que se quiebran voluntades, se cobran votos hasta en la misma fila de votaciones. En todo caso, el esfuerzo continúa y estaremos haciendo el esfuerzo que siempre los revolucionarios hacemos en todos los escenarios.