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02 de octubre de 2010

Los docentes santacruceños vuelven a la calle

Hoy 1214 / Con nuevos reclamos salariales

Tras esperar durante todo el mes de abril una respuesta del gobierno en paritarias al pedido realizado desde el año pasado de $ 1.100 al básico por parte de la Adosac, lo único que recibimos es una propuesta de 5% en mayo, otro 5% en agosto, para llegar sólo en noviembre a los $ 1.100.
A esta situación los docentes de Santa Cruz respondimos con un paro de 24 horas la semana pasada, con casi un 92% de acatamiento, y una marcha de más de dos cuadras.
Esta semana vamos a un paro de 48 horas (martes y miércoles), con reuniones en cada escuela para analizar la situación y cómo sigue el plan de lucha.
Creemos que este plan debe contener la exigencia de un sueldo básico de $1.100, lo que es solo alrededor de $126 más de lo recibido hasta hoy, en camino a un salario por cargo (18 horas) acorde a la canasta familiar (que hoy en la provincia ronda entre los $ 5.000 y $ 7.000 según la zona), la eliminación del mal llamado impuesto a las ganancias, que en realidad es un impuesto al salario; y el pedido de justicia, que incluye cárcel al asesino Varizat, fin del enjuiciamiento a los abogados Janezac, Zaffrani y Gallart y justicia por el caso Sosa, en camino a un poder judicial independiente del poder político.
Sabemos que va a ser una lucha larga, que tanto el gobierno nacional como su cómplice el provincial, va a tratar de hacernos lo mismo que al campo: dividirnos, dilatar el conflicto, acusarnos de cada cosa que pase en la provincia, etc.
Al cierre de esta edición, el gobierno provincial decretaba por segunda vez la conciliación obligatoria.
Debemos estar preparados para esta lucha larga, tal como lo hicimos el año pasado, unidos, y en la calle, que es la única forma en la que podremos llegar a lograr nuestros pedidos, que no son más que tener un salario digno acorde a la canasta familiar, vacaciones pagas y aguinaldo como consta en el art. 14 bis de la Constitución; y calidad educativa para nuestros hijos, con instituciones donde no haya amontonamiento de alumnos por curso, con materiales para el trabajo, concursos transparentes y titularizaciones, y con docentes que no estén obligados a trabajar 36 horas, lo que atenta contra la educación.