El 11 de septiembre, el Concejo Deliberante, con votos del oficialismo (Passaglia – kirchnerista) y del massismo, aprobaron el segundo aumento al boleto en lo que va del año, mostrando que están unidos a la hora de definir quién tiene que pagar la crisis. Lo novedoso de este ajustazo es que el boleto estudiantil se duplicaba, pasando de $0,50 a $1,00. Quedaban 10 días hábiles para que Pasaglia promulgara o vetara la medida.
El 11 de septiembre, el Concejo Deliberante, con votos del oficialismo (Passaglia – kirchnerista) y del massismo, aprobaron el segundo aumento al boleto en lo que va del año, mostrando que están unidos a la hora de definir quién tiene que pagar la crisis. Lo novedoso de este ajustazo es que el boleto estudiantil se duplicaba, pasando de $0,50 a $1,00. Quedaban 10 días hábiles para que Pasaglia promulgara o vetara la medida.
Como respuesta, la Multisectorial por el Transporte Público decidió armar petitorios exigiendo el veto al aumento y una movilización a la Municipalidad el martes 23/09. Los petitorios empezaron a circular por cada escuela y cada plaza, jugando un papel destacado el PCR, la JCR, el MUS, ATE y los centros de estudiantes de varias escuelas, como la EEST N° 2, el Instituto Pompeya, la Media 3 y la EES 9 (ex Nacional). El martes 23 al mediodía, justo a la hora que tenía que salir la marcha de las escuelas, se largó a llover, pero eso no fue suficiente para calmar la bronca de los pibes que salieron con banderas y batucada, copando el centro hasta la Municipalidad. Sin embargo, Passaglia se negó a recibir a los representantes de las escuelas.
La reacción inmediata fue una asamblea donde los chicos y chicas decidieron unánimemente volver al otro día. El miércoles, entonces, le redoblamos la apuesta, ya que aproximadamente 100 estudiantes volvieron a marchar y a plantarse frente a la Municipalidad, cortando algunas de las calles más transitadas de la ciudad. El intendente ya no podía mirar para otro lado: tuvo que mandar a dos funcionarios a recibir a los chicos y chicas, que presentaron los petitorios y recibieron la confirmación de que se vetaba el aumento al boleto escolar. Al recibir la noticia, la alegría era inmensa, y se llamó a estar atentos frente a cualquier movida oportunista por parte del gobierno local y a seguir peleando por el boleto gratuito.
Hacía mucho que no se daba algo así en San Nicolás, fue una experiencia que deja lecciones y abre caminos. Mostró que donde pudimos hacer jugar al cuerpo de delegados con centros de estudiantes combativos, pudimos ganar a la masa de pibes y salir a pelear, sobre la base de que el kirchnerismo está llevando al pueblo a una situación agobiante. Además, fue una práctica que nos cambió muchas ideas: mientras el balance del martes fue que “se puede luchar”, el del miércoles fue “luchando se gana”, dándonos a todos más ánimos para torcerle el brazo al ajuste K.
