El miércoles 2 de septiembre marcharon los trabajadores del Ferrocarril Sarmiento; se concentraron a las 13 hs. en el hall de la Estación de Once, y de allí marcharon hasta calle Alem, sede del Ministerio de Trabajo de la Nación.
El miércoles 2 de septiembre marcharon los trabajadores del Ferrocarril Sarmiento; se concentraron a las 13 hs. en el hall de la Estación de Once, y de allí marcharon hasta calle Alem, sede del Ministerio de Trabajo de la Nación.
Cientos de ferroviarios marcharon encabezados por el Cuerpo de Delegados y la Unión Ferroviaria Seccional Gran Buenos Aires Oeste, con carteles de los distintos sectores (almacenes, boleteros, señalamiento, talleres) y una gran batucada. La CCC de la Zona Oeste acompañó la movilización con carteles desde Once.
Esta movilización fue aprobada en asambleas ante la negativa a discutir las normativas paritarias y reconocer a los delegados paritarios del Sarmiento, y ante el intento del gobierno de dividir a los trabajadores y debilitar la organización sindical impulsando la firma de diferentes convenios en el Ferrocarril (Convenio Ferrovías y Convenio Sofse).
Hubo una importante participación de mujeres ferroviarias en la marcha que están luchando por el cupo femenino para trabajar en todas las especialidades, para no ser discriminadas en ninguna tarea del Ferrocarril, incluida la de maquinistas. También fue grande la movilización de trabajadores tercerizados del ferrocarril que están peleando la equiparación salarial y la estabilidad laboral. La marcha tuvo el acompañamiento de los delegados de la Línea 60.
Al llegar la marcha al Ministerio, una delegación fue recibida por autoridades. Luego de una larga reunión, y muchas idas y vueltas, se logró firmar un acta en el que se compromete el Ministerio a recibir a los delegados próximamente, en Relaciones Laborales, en la sede de Callao para discutir toda la problemática de paritarias y normativas. A la salida, los delegados plantearon que había sido un primer triunfo arrancarle al Ministerio la apertura de esta discusión paritaria, pero que no había que confiar en ningún funcionario del gobierno y, que solamente si se mantenía la lucha, la unidad y la movilización de los trabajadores, se podía ganar.
Fue una gran movilización de los ferroviarios, y una contundente demostración de la voluntad de lucha y unidad para enfrentar el intento del gobierno de demonizar a los trabajadores, de aislar y debilitar a este Cuerpo de Delegados, como se evidenció ante el paro de los guardas el 11/8, y en la respuesta provocadora del gobierno con las patotas privadas de Seguridad en el Sarmiento.
