En el proceso de ruptura producido en el Partido Comunista hacia 1922, los llamados “frentistas” lograron importante adhesión tanto en el Congreso partidario, como en el Comité Ejecutivo y en la recientemente creada Federación Juvenil Comunista.
En una carta entregada en Moscú al Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, Pedro Presa y Cosme Gjivoje, dirigentes de esta fracción, plantearon que “la causa verdadera” de su expulsión del Partido estaba en la actitud sectaria de la dirección del mismo hacia el trabajo con los socialistas. También acusaron a “los encargados de los asuntos gremiales del Comité Ejecutivo del PCA (seis camaradas encabezados por Greco) por haber propuesto una carta orgánica de criterio sindicalista, con el apoyo de Rodolfo Ghioldi y Penelón. Acusaron a Pedro Romo (acusación que sería retomada años después por los llamados “chispistas”), secretario general del Partido, por haber traicionado una huelga del gremio al que pertenecía, acusación que fue comprobada por una comisión designada por el Congreso del Partido, que llegó a la conclusión que Romo “había sido krumiro”. Y acusaron a Romo de haber expulsado luego del Partido a los miembros de esa comisión”, escribe Otto Vargas en El marxismo y la revolución argentina, tomo 2.
El episodio alrededor de la Carta Orgánica se refiere a la participación de dirigentes gremiales del PC en la redacción de este instrumento de la central Unión Sindical Argentina (USA). Decían los “frentistas” que esta línea sindicalista contradecía lo pregonado anteriormente por Penelón, uno de los principales dirigentes sindicales comunistas, quien en la USA había “sido protagonista en un encendido debate cuando pertenecía a las filas del socialismo, justamente porque defendía la unificación de aspectos sindicales con los políticos para el trazado del plan de lucha”, señala Víctor Augusto Piemonte.
El enfrentamiento con los “frentistas” tuvo gran repercusión en la FJC. En la organización juvenil del PC, la mayoría de la Junta Ejecutiva apoyó a los fraccionistas, que habían sido expulsados. El Comité Ejecutivo del Partido desautorizó a la mayoría de la dirección juvenil y dictó medidas disciplinarias. La Junta Ejecutiva de la FJC desconoció esta resolución y a su vez expulsó a los dirigentes juveniles que seguían a la línea de Codovila, Ghioldi y Penelón. Una parte de estos “frentistas” se reincorporó al Partido Socialista, otra dejó la militancia y algunos volvieron al PC.
Hoy N° 1725 11/07/2018
