En Atenas, convocada bajo el lema de “Un respiro para la dignidad”, se congregaron unas 15.000 personas en la plaza de Syntagma. Las manifestaciones, convocadas por diversos agrupamientos y movimientos sociales, se desarrollaron en puntos emblemáticos del país, como la plaza Syntagma de Atenas y la Torre Blanca en Salónica, así como en otras localidades de la Grecia continental y varias islas. Los actos coinciden con la celebración de la reunión extraordinaria del Eurogrupo sobre Grecia. Esta reunión tiene fecha de finalización el 16, y hasta ahora, los gobiernos europeos, encabezados por Alemania, se niegan a llegar a algún acuerdo que disminuya el peso de la deuda griega y las medidas de ajuste que han llevado al pueblo griego a una situación caracterizada por el KOE (Organización Comunista de Grecia), de verdadera catástrofe humanitaria. Los gobiernos pretenden prorrogar las medidas de ajuste después de la fecha del 28 de febrero.
Las manifestaciones y asambleas populares del 11 de febrero fueron llamadas a través de las redes sociales a partir del movimiento que se generó la semana pasada, de no aceptar los bonos griegos como garantía en las operaciones de refinanciación. En aquella ocasión cerca de 7.000 personas salieron a la calle en Atenas para cerrar filas en torno al gobierno de Alexis Tsipras y protestar contra lo que denominan ‘chantaje’ de la Unión Europa. El KOE da gran importancia a estas movilizaciones, que levantan el programa de democracia real, independencia y soberanía de Grecia, y resolver la catastrófica situación que las medidas de ajuste provocaron al pueblo griego.
Estas manifestaciones culminaron el domingo 15 con actos en 20 ciudades y 15 países, como España, Portugal, Reino Unido, Francia, Italia, Dinamarca, Finlandia, Holanda o Brasil. Serán importantes en los países del sur de Europa, más afectados por la crisis. Como un modo más de presión, el gobierno griego reclama a Alemania el pago de indemnizaciones por la ocupación nazi. Estas en su momento fueron disminuidas por concesiones de Inglaterra y EEUU a Alemania. Muy especialmente reclaman por un “préstamo que Alemania, cuando ocupaba Grecia, se hizo dar por bancos griegos.
La victoria electoral de Syriza ha sido una victoria de todo el pueblo, pero, lejos de delegar en el gobierno elegido, de acuerdo al sistema político vigente, con la convicción de que en muchos casos, la propia sobrevivencia está en juego, el pueblo griego está tomando en sus manos la lucha por una nueva Grecia y requiere toda nuestra solidaridad.
Los gobiernos europeos, y muy particularmente el de España, amenazado por un triunfo electoral de Podemos, tratan de mantenerse inflexibles en sus políticas de ajuste, ya que temen que las victorias del pueblo griego sean tomadas como ejemplo en toda Europa.
Syriza en el gobierno
Syiriza, cuya traducción es Coalición de la Izquierda Radical, está integrada por una serie de partidos y movimientos: Synaspismós, Coalición de la Izquierda (que ahora se llama Coalición de la Izquierda, los Movimientos y la Ecología), y es el partido de Alexis Tsipras, el actual primer ministro; la Organización Comunista de Grecia (KOE) con la que nuestro PCR tiene relaciones fraternales, y otras organizaciones de izquierda, ecologistas, y trotskistas.
El nuevo gobierno lanzó el 8 de febrero 11 medidas en el denominado “Plan de Salónica contra la pobreza y la exclusión”, y que forman parte del programa de Syiriza que reproducimos en hoy de la semana pasada. Entre las medidas más importantes se encuentra la disposición de dar ayuda alimentaria y electricidad gratuita a 300.000 familias –hay que tener en cuenta que las empresas proveedoras vienen cortando el servicio por falta de pago al menos a 30.000 personas por mes. Junto a estas medidas, se ha resuelto una suba gradual del salario mínimo desde los 586 euros actuales hasta los 751 euros. En España el salario mínimo es de 648 euros. Junto con esto, el primer ministro anunció la suspensión de los desalojos hipotecarios.
Se han tomado medidas que hacen a reducir gastos superfluos de gobierno, como la venta de uno de los aviones presidenciales y la reducción a la mitad de la flota de coches.
Una de las medidas más reclamadas por el pueblo griego fue la reincorporación de empleados públicos despedidos en los últimos tiempos por exigencia de la troika. Se calcula que son cerca de 3.500 personas, entre ellas las 595 empleadas de la limpieza del Ministerio de Finanzas que llevaban más de un año protestando por su despido, lucha que es emblemática contra el ajuste. Además se reabrirá la televisión pública, cerrada en el 2013 por el gobierno de Samaras.
Con respecto a la salud, se derogó la exigencia del pago de cinco euros que los griegos deben pagar para ser atendidos cada vez que acuden a un hospital y de un euro por cada receta médica, en el camino de una sanidad universal y gratuita.
Se anunció que se derogarían medidas como la venta o alquiler de hasta 70 islas para atajar el déficit, la venta a capitales chinos del puerto del Pireo, y la venta de una parte de PPC, empresa propiedad en un 51% del gobierno que controla la mayor parte del mercado minorista de electricidad en Grecia.
El “Plan de Salónica” se completa con el otorgamiento de la nacionalidad griega para hijos de inmigrantes (medida tomada pese a la oposición del partido nacionalista con el que Syriza se alió para poder formar gobierno), la recuperación de la paga extraordinaria para pensiones de menos de 700 euros, eliminada por el gobierno de Antonis Samaras, y medidas de lucha contra la evasión fiscal, exceptuando del impuesto a la renta a aquellas personas con ingresos menores a 12.000 euros anuales.
Putin tienta a Tsipras
El nuevo gobierno expresó su disconformidad con la condena a Rusia por parte de la Unión Europea, por el recrudecimiento de los enfrentamientos en Ucrania. El gobierno ruso, teniendo en cuenta los lazos culturales y económicos (Rusia es el primer importador en Grecia), trata de llevar a Grecia a su órbita. Putin ha ofrecido ayuda económica, la renegociación de acuerdos, e incluso ha invitado a Tsipras a asistir a Moscú el 9 a la celebración del “Día de la victoria” contra los nazis en la segunda guerra mundial.