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02 de octubre de 2010

(extractos)

Los ignorados*

Cuaderno 154 / Otto Vargas

"El que no investiga no tiene derecho a hablar".

Sobre el problema de la investigación es útil recordar una opinión del camarada Mao Tsetung. Hoy vamos a leer varias citas de él. Ustedes conocen que en el Partido Comunista de China hubo una lucha de muchos años contra una tendencia doctrinaria que trataba de aplicar mecánicamente a China la línea de la Internacional Comunista, y rechazaba todo lo que era investigación concreta para tratar de integrar el marxismo con la realidad de la revolución china; realidad que era muy diferente a la de la revolución rusa, o a la de otras revoluciones. En esas polémicas el camarada Mao, en el Prefacio y Epílogo a Investigaciones rurales dijo: "… toda persona que se encargue de un trabajo práctico debe investigar las condiciones en la base. Semejante investigación se hace especialmente necesaria para quienes tienen sólo conocimientos teóricos y no se hallan al corriente de las condiciones reales; sin hacerla, no podrán vincular la teoría con la práctica. ‘Quien no ha investigado no tiene derecho a opinar’ (subrayado de O.V.). Aunque esta afirmación ha sido ridiculizada como ‘empirismo estrecho’, hasta la fecha no me arrepiento de haberla hecho; al contrario, sigo insistiendo en que sin haber investigado nadie puede tener derecho a opinar. Hay muchos que, ‘apenas descienden de su carroza’, comienzan a vociferar, a lanzar opiniones, criticando esto y censurando aquello; pero, en los hechos, de cada diez personas así, diez fracasan, porque sus comentarios o críticas, que no están fundamentados en una investigación minuciosa, no son más que charlatanería. Innumerables son los daños que han causado a nuestro partido semejantes ‘enviados imperiales’, a los que encontramos aquí y allá, casi en todas partes (Mao se está refiriendo aquí a los enviados de la Internacional o a los miembros de la dirección del Partido que aplicaban mecánicamente las instrucciones de la Internacional Comunista, O. V.). Con razón dice Stalin que la ‘teoría deja de tener objeto cuando no se halla vinculada a la práctica revolucionaria’. Y con razón agrega que ‘la práctica es ciega si la teoría revolucionaria no alumbra su camino’. Sólo se puede acusar de ‘empirismo estrecho’ a los ‘prácticos’, que andan a tientas y carecen de perspectivas y previsión".1
Esto tiene importancia. Nosotros hemos tenido durante muchos años un enfoque doctrinario de la revolución en la Argentina que hizo mucho daño al partido. Dimos batalla contra esa desviación en el período de la lucha antigolpista.2
En ese mismo artículo Mao se refiere a aquéllos que hablan de Grecia, traen citas de Grecia (en realidad está diciendo que traen citas de la Revolución Rusa) y las pretenden aplicar mecánicamente a las condiciones existentes en China. Por eso habla de los que "bajan de la carroza y dan órdenes"… querían aplicar en China las tesis de la insurrección en las ciudades para hacer la revolución; ésa era la línea fundamental que aplicaban y llevaban a cabo una línea de frente único con la burguesía primero seguidista, liquidacionista del Partido y luego ultraizquierdista, que no tenía en cuenta las condiciones concretas de China.
Esto es para nosotros en general y para los compañeros de cada provincia en particular. Porque cada provincia, siendo parte del todo, tiene sus características particulares que deben ser estudiadas y conocidas por los compañeros. Y dentro de cada provincia hay diversidades muy grandes, como pueden ser las que existen entre el sur y el norte de Santa Fe; o el sur de Mendoza y la zona de la vitivinicultura que rodea el gran Mendoza, por ejemplo. Entonces es muy importante tener en cuenta esto que dice Mao.

El materialismo dialéctico ¿Cómo investigar?
En primer lugar, 
nosotros somos materialistas; es decir, partimos de que la materia, el mundo exterior, es independiente de la conciencia y de la experiencia; la conciencia es un reflejo de ese mundo exterior. Uso esa palabra "reflejo" (que suscita el rechazo de muchos filósofos y psicólogos), porque es la única que permite expresar con justeza aproximada la relación entre la materia, es decir, la realidad objetiva que existe fuera de la conciencia del hombre y con independencia de ella, y la imagen subjetiva de esta realidad. Tenemos que diferenciar la realidad de la idea que nosotros tenemos de ella; y comprender que el reflejo de la realidad en nuestra conciencia no se da de un modo inmediato y simple sino como resultado de un proceso complejo de confrontación, a través de la práctica social, entre el mundo objetivo y nuestra imagen subjetiva.
Tenemos que tomar a la naturaleza tal como es. Esto tiene importancia incluso en cómo se transmiten las informaciones en el Partido; porque a veces se dice sobre lo que está pasando en tal lugar: "allí está pasando tal cosa", pero no se dice lo que está pasando; se dice lo que el camarada cree que está pasando. Por ejemplo, ¿qué está pasando en Ford? En Ford "pasa tal cosa"; pero no es el relato de los hechos, no se parte de ahí, sino de lo que el camarada cree que está pasando. Ese es un típico método de análisis que no parte de la realidad objetiva.
En segundo lugar, nosotros consideramos que todo en la naturaleza y la sociedad está en estado de permanente movimiento. De nacimiento y de muerte. De cambios incesantes. Es decir, somos dialécticos. Entendemos que todo se desarrolla de lo inferior a lo superior, de chico a grande; que el movimiento está impulsado por las contradicciones internas, contenidas en la esencia misma de los objetos y los procesos; es decir, que lo fundamental son las causas internas y no las externas. Concebimos el cambio como un proceso de transformación de la cantidad en calidad a través de saltos y no evolutivo; en ruptura con las concepciones reformistas revisionistas, con la concepción evolucionista propia del reformismo, que usa siempre la palabra transformación; palabra que usan mucho el alfonsinismo, los teóricos del P"C" y de la socialdemocracia, quienes solamente ven lo cuantitativo y no lo cualitativo; se oponen y consiguientemente no ven los cambios a través de saltos. Sin embargo, todo en la vida, en la naturaleza, se desarrolla a través de este proceso de cambio de la cantidad en calidad, desde el agua que a partir de determinado calor hierve y se transforma en vapor, o se congela y se transforma en hielo. La vida por ejemplo, que va pasando por distintas etapas o fases, desde la niñez a la pubertad, adolescencia, madurez, vejez y muerte; y esto es inexorable. Todo está en proceso de cambio y de desarrollo permanente.
La unidad de los contrarios es condicional, relativa y temporal. Lo absoluto es la lucha de contrarios que se excluyen recíprocamente. Esto es lo que hace del marxismo-leninismo la única doctrina verdaderamente revolucionaria, porque considera absolutamente todo, incluido el propio marxismo e incluido el comunismo por el que luchamos como una fase que va a ser superada y dejada atrás por un desarrollo incesante de la humanidad hacia adelante. Por lo tanto todas son estaciones de tránsito para el marxismo, y ninguna es estación de llegada. Esto es lo que hace del marxismo la única teoría revolucionaria de transformación de la sociedad. Para la dialéctica marxista "en la naturaleza y en la sociedad todos los límites son condicionales y móviles… no existe un solo fenómeno que no pueda transformarse, en determinadas condiciones, en su opuesto. Una guerra nacional puede transformarse en imperialista y viceversa".3 Lo que ha sucedido en los ex países socialistas del Este europeo y Asia lo prueba acabadamente. Esto dependerá, desde ya, de la existencia de determinadas condiciones.
Nosotros partimos del enfoque dialéctico de que todo en la naturaleza está regido por el principio de la unidad y la lucha de los contrarios, y consideramos a la dialéctica como el estudio de la contradicción en la esencia misma de los objetos. Antes di un ejemplo, al pasar, del agua que hierve a una determinada temperatura; pero el agua hierve porque tiene determinadas características internas, propias de ella, que la hacen hervir.
Como dice Mao, así como el calor permite transformar el huevo en pollo, el calor no transforma la piedra en pollo, ni a la piedra en vapor de agua. Esto es fundamental. Por lo tanto nosotros debemos estudiar la contradicción en la esencia misma de los objetos; teniendo presente que la contradicción existe en el desarrollo de toda cosa. En una célula del Partido, en una zona, en un matrimonio… Estamos hablando de los rasgos más generales de la concepción del mundo. La tendencia que nos meten las clases dominantes durante siglos y siglos de opresión es la de no ver que toda relación es, en sí misma, una contradicción. Por eso dije al pasar lo del matrimonio. Siempre que hay una relación hay una contradicción. Por ejemplo, en una escuela hay una contradicción entre los alumnos y el profesor. Un matrimonio no es una relación de dos personas que están unidas porque todo es común; es al revés, es una relación entre dos personas, obviamente, diferentes; por lo tanto es una relación contradictoria.
Todo debe ser enfocado a partir de que toda relación, en sí misma, encierra una contradicción. Lo mismo una célula partidaria de tres personas implica una contradicción. Por lo tanto, el problema está en cómo enfocamos nosotros esa contradicción objetiva para resolverla. Porque es distinto el método que tenemos que aplicar para resolver una contradicción en la célula que para resolver una contradicción con el enemigo, etc.; cuestión que hace a otro aspecto que estudiarán en filosofía posteriormente. Quiero dejar afirmado que en toda relación existe una contradicción y que hay que tratar de establecer cuál es el elemento principal y cuál el secundario, y cuáles son los métodos específicos de resolución de cada contradicción particular.
Desdoblar la unidad y conocer sus partes contradictorias, he aquí el fondo, la esencia de la dialéctica, decía Lenin. Al concebir el desarrollo como una unidad de contrarios nuestra atención va a la fuente de la "auto"dinámica de ese desarrollo y deja de trasladarlo al exterior (a Dios o algo semejante).
En tercer lugar, tenemos que considerar todo el conjunto de las múltiples relaciones de cada cosa con todas las demás. Ningún proceso se da en forma aislada, sino que se desarrolla a partir de contradicciones internas y en relación con otros procesos que lo condicionan. Estas relaciones, como hemos visto, son también contradicciones. O sea que al analizar una cosa o al estudiar un fenómeno tenemos que tener en cuenta todo el proceso de su desarrollo y sus múltiples conexiones con las otras cosas y fenómenos.
En cuarto lugar, nosotros consideramos que sólo la práctica social permite tener ideas correctas. Por práctica social entendemos la práctica en la producción, la práctica en la lucha de clases y la práctica en la experimentación científica. Sólo la práctica puede verificar la veracidad de un conocimiento adquirido. Discutir si algo es verdad o mentira al margen de la práctica que demuestra qué es verdad o mentira es una discusión totalmente absurda, no tiene sentido. Es decir: a través de cualquiera de las tres prácticas comprobaremos la verdad, porque la práctica es el único criterio válido de verdad. Por lo tanto, para conocer hay que participar en la práctica, en la transformación de la realidad. Por ejemplo, aquí hay un compañero que era de un pueblo, se fue a estudiar, se alejó y volvió a ese pueblo a realizar trabajo político; sólo a través de la práctica el compañero, entiendo, pudo conocer a ese pueblo, hasta donde lo conoce. Otro caso de un camarada con muchos años de residencia y trabajo político en un pueblo, cincuenta años de práctica revolucionaria; después de los últimos trabajos del Partido dice "…y ahora conozco de manera diferente el pueblo, no lo conocía todavía". Porque una determinada práctica social permite conocer a un pueblo, un campesino, un obrero rural, una familia.

Hacer un análisis histórico
Entendemos que todo en la vida está en un proceso permanente de nacimiento, desarrollo y muerte; por lo tanto, es necesario en cada momento ver qué es lo que surge y qué es lo que se desarrolla. Qué llegó a su cúspide y qué es lo que va a declinar. Ver qué es lo que hoy es aparentemente pequeño y por una serie de factores concretos e históricos está en proceso de desarrollo y qué es lo que hoy aparece fuerte y poderoso y en definitiva está condenado a declinar y desaparecer. Tomar todo en su movimiento que, en definitiva, expresará la contradicción de cada cosa; ya que todas las cosas son contradictorias en sí; hay un lazo universal que une a todo con todo y el conocimiento es el proceso por el cual el pensamiento se aproxima, eterna e infinitamente, al objeto.
Nosotros tenemos que hacer siempre un análisis histórico. Analizamos siempre al objeto, persona o proceso como es, pero debemos también estudiar cómo era, cómo va a ser.
Por ejemplo, la burguesía nacional es un tema que ustedes han estudiado mucho, sobre el que hay un debate muy grande con estas nuevas posiciones del P"C" sobre capitalismo dependiente,4 que hace que corrientes del P "C" y otras organizaciones consideren que la revolución en la Argentina es una revolución socialista que opone la burguesía al proletariado, habiendo modificado las concepciones tradicionales que tenía el P "C" sobre esto. A partir de eso hay toda una valoración de la burguesía nacional.
La burguesía nacional tuvo su momento de esplendor en los años 46/47, cuando ganó el gobierno el general Perón, como expresión política de esa burguesía. Era la época en que esta burguesía tenía un exponente típico: Miguel Miranda, que fue el industrial del peronismo. Esta burguesía desarrolló una industria liviana que fabricaba hojalata, textiles, estufas, cocinas, etc. Siempre se desarrolló con el apoyo estatal; por ejemplo, en ese entonces el gobierno promulgó una resolución por la que había que envasar tomates en latas de tal tamaño, que "justo" eran las que fabricaba Miranda; por lo tanto Miranda se desarrolló, y así otros como él. Esa fue la burguesía industrial que surgió con el peronismo. Después Miranda cayó en desgracia.
Hubo otro representante: Lago-marsino, que fabricaba sombreros. Fue un momento de esplendor de la burguesía argentina. Después Jorge Antonio, un hombre de origen humilde, pasó a ser testaferro de los capitales que Perón había obtenido en alianza con sectores de esa burguesía, etc. Representantes máximos de la burguesía nacional fueron los Di Tella, de origen socialista, que en determinado momento tuvieron la empresa Nº 2 de América Latina: Siam Di Tella; ocupaba a miles de obreros. Por el año 60 pasó a ser la empresa N° 16, no de América Latina sino de la Argentina; y en la década del ‘70 fueron liquidadas, quebraron, sus empresas fueron traspasadas al Estado, y ahora, hace poco, se asistió a la privatización de la empresa Siam. Estos exponentes máximos de la burguesía industrial argentina exportaban a toda América Latina. Asociados a los ingleses, a la Westinghouse yanqui; muy ligados posteriormente, a través de distintos negocios, con el sector prosoviético ahora se han transformado en criadores de ganado; tienen estancias en Salta, donde crían miles de cabezas "a corral". Esa ha sido la evolución en este caso concreto: los Di Tella. La burguesía nacional ha seguido un proceso.
Este es todo un proceso de la burguesía nacional, hasta llegar a la época actual en que han desaparecido muchos representantes de esa clase social, y tenemos una extensa capa de pequeños y medianos empresarios que emplea a la mayoría de los asalariados (más del 50%) en el país, por un lado, y, por otro, tenemos a los "capitanes de la industria", que en su mayoría son burgueses nacionales transformados en intermediarios de capitales europeos, yanquis, rusos, etc. Los "capitanes" y los "coroneles" de la industria.
Entonces no podemos analizar, simplemente, qué es la burguesía nacional, sino que tenemos que saber qué fue, cuál es su historia, para saber qué es, y cuál es su perspectiva. Porque han cambiado muchas cosas en la Argentina. Una cosa era América Latina en la crisis del ’30, cuando la burguesía aprovechó para desarrollarse, y otra cosa es la crisis actual, con una crisis en el mundo capitalista que está determinada por un gran cambio en los medios de producción con la modernización y la llamada revolución industrial y científico-técnica. Situación que también está caracterizada por un enorme desarrollo de las "transnacionales", que todos los días nos aporta novedades. Por ejemplo, la semana pasada la Compañía General de Electricidad Francesa compró la ITT yanqui, pasando a ser mayoritario el grupo francés. En este mundo moderno, en la Argentina, el mercado interno ya no lo maneja más la burguesía nacional como en los años de la Segunda Guerra Mundial y la inmediata posguerra, o no tiene ninguna posibilidad de manejarlo; entonces esta burguesía nacional pasa a tener características diferentes que las que tuvo en el año 46. Después cada uno saca sus conclusiones de esto. El P"C" saca la suya y nosotros sacaremos las nuestras.
Otro caso es el grupo italiano, por ejemplo. No se puede entender la política argentina de fines de la década del ’60 y comienzos de la década del ’70 al margen del grupo italiano, que fue un grupo muy, pero muy fuerte. Aliado con los yanquis, contra los ingleses. Cuando se habla de "azules" y "colorados" en la política argentina –ese enfrentamiento militar del año 62– ahí se dio una alianza de fuerzas en torno a los llamados "azules", en donde se unieron los proyanquis ligados al Departamento de Estado de los Estados Unidos con sectores europeos, los italianos y los sectores prosoviéticos que tenían emboscados a sus agentes en este grupo militar, contra un sector ultrarreaccionario, los "colorados", donde había un grupo de gente vinculada a otros monopolios yanquis, y fundamentalmente a los ingleses. Los italianos eran muy fuertes. Hubo de correr mucha agua bajo los puentes y hubieron de por medio secuestros como el de Sallustro para que el grupo italiano pudiese ser subordinado en el año 73; en una relación donde predominaron los sectores prosoviéticos con Gelbard y compañía. Los italianos, que eran muy fuertes, tienen hoy el segundo puesto con el 10% (el primer grupo inversor extranjero son los yanquis con el 40 y pico por ciento). Hay que aclarar también que el llamado "grupo italiano" no es homogéneo; hay monopolios muy vinculados a los yanquis y otros –al menos aquí en la Argentina a los rusos. El grupo italiano de 1986 en relación al grupo italiano de 1966 es muy diferente. Y esto determina comportamientos políticos de dirigentes políticos y sindicales vinculados a ese grupo. Estos, si bien siempre fueron oscilantes y propensos a la subordinación, hoy lo son mucho más; y a la subordinación al grupo hegemónico prosoviético en el último período, determinado por la pérdida de fuerzas del grupo italiano (cuando hablo de inversiones extranjeras me refiero a las inversiones directas).
Es decir que el grupo italiano que siempre fue un imperialismo "de segunda", que oscila, y se alía a uno u otro imperialismo mayor, refuerza esas características. El imperialismo italiano, en la Primera Guerra Mundial osciló y al final fue "de arrastre"; en la Segunda Guerra fue de arrastre de Hitler y los nazis; es decir, está en permanente oscilación. El grupo italiano está constituido por monopolios muy ligados a los soviéticos en determinadas ramas, y en otras muy ligados a los yanquis; van como imperialismo segundón. Esto tiene gran importancia en la política argentina, porque este grupo ha tenido mucha fuerza, sobre todo dentro del peronismo y en las Fuerzas Armadas, donde hubo sectores como el de Massera en la Marina (sector al que llamaron "de los tanos") muy ligados al grupo de capitales italianos.
El otro caso que ustedes han estudiado en detalle es el caso del socialimperialismo ruso. Porque cuando nosotros hablamos en el año 73 de Lanusse, Gelbard y Cámpora como hombres del grupo prosoviético, y del peso hegemónico que tenían en el gobierno peronista, el diario La Nación sacó aquel editorial político diciendo que estábamos "borrachos de vodka". Ahora en la política argentina son muy pocas las personas con conocimiento que puedan negar que Lanusse es un hombre muy estrechamente ligado, un empleado, de los rusos. Pero cuando nosotros dijimos eso en el año 73 nos llamaron "delirantes", "locos", "borrachos de vodka", etc.; porque tampoco estaba tan claro como está hoy el peso de los rusos en la política argentina. Por ejemplo, los otros días hubo una polémica por radio entre el presidente de la Juventud Radical, Raimundi, y Pablo Unamuno, en la que Unamuno hablaba sobre la necesidad de la unidad frente al imperialismo yanqui, y Raimundi le contestó que ya en América Latina hablar del imperialismo yanqui no basta, porque América Latina, como es evidente tanto en América Central como en América del Sur, se ha transformado en el campo de batalla de las dos superpotencias. Evidentemente, ¿quién puede negar que los rusos están activos en la política latinoamericana?
Otra cuestión sobre el análisis histórico a tener en cuenta para evitar las simplificaciones. Nosotros hoy tenemos un gobierno constitucional, pero antes tuvimos una dictadura militar; esta dictadura no fue barrida en forma revolucionaria. Esa dictadura militar tuvo una característica que unificaba el gobierno, integrando las tres fuerzas. Por lo tanto iban a una repartija de posiciones que significaba 33%, 33% y 33%, para cada fuerza. Esto sucedió en todas las ramas de la política y la economía, donde el Estado tenía injerencia. Esto tiene importancia. Ustedes pueden decir que esto se acabó, y no es así. Así que hay que tener en cuenta ese 33-33-33. Eso es como en Fatre,5 a la que no se puede entender si no se tiene en cuenta eso. En algunos gremios la proporción era 60 y 40, como en textiles, donde un amigo de los marinos tenía al lado a un amigo de los "verdes" (el Ejército). En Fatre, por ejemplo, la Aeronáutica tenía algunos representantes, la Armada otros y la mayoría la tenía el Ejército. En determinado momento, en uno de esos líos que había entre ellos durante la dictadura, la Aeronáutica tomó la dirección de Fatre; entonces los prosoviéticos, con el apoyo del servicio de información del Ejército, organizaron un Congreso de rurales en Santa Fe, con Rodríguez, y obligaron a renunciar al interventor de la Aeronáutica, ante "el levantamiento de las bases de Fatre"; en realidad era empujado por el Ejército. Por ejemplo, "X" y "X" han sido "hombres de la Marina", y mientras no hubo acuerdo con la Armada no hubo acuerdo con ellos; porque ellos tenían posiciones en el Issara. Eso sigue hasta ahora; por lo tanto, si no se tiene un enfoque histórico de Fatre, no se puede entender qué representa cada uno en la dirección de Fatre. Después ya vendrá, para investigaciones más profundas, qué hay detrás de cada una de las Fuerzas Armadas.
Entonces debemos tener en cuenta todo esto, que aún está presente en la política. Después detrás de la Marina operaron intereses europeos, fundamentalmente alemanes e italianos; secundariamente yanquis y un poquito los rusos; y en el Ejército jugaron predominantemente los rusos y en forma menor los europeos y los yanquis. Pero esto hace a que cuando nosotros analizamos un pueblo, una provincia, un proceso, tenemos que tener cuidado con las simplificaciones.
En la Argentina esto es muy importante. También lo fue en la China prerrevolucionaria. Si ustedes leen los Inéditos de Mao verán cómo subraya las diferencias entre China y la India. La Argentina es muy parecida a la India, desde el punto de vista de las relaciones capitalistas, pero es muy parecida a China anterior a la revolución desde el punto de vista de que es un país disputado por varias potencias imperialistas. Por lo tanto, en la política diaria argentina se expresa esta contradicción, en todos los terrenos y en todos los sectores, desde la Universidad hasta el movimiento agrario, etcétera. Y en la época de la dictadura esto se expresaba en una pugna entre tal o cual sector militar. Hoy persiste esta situación.

Notas

* Conferencias de Otto Vargas pronunciadas en el mes de julio de 1986 (corregidas y revisadas por el autor) y editadas en 1992.

1. Mao Tsetung, Prefacio y Epílogo a Investigaciones rurales, Obras Escogidas, Pekín, Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1976, tomo III, pág. 9.

2. Período de la lucha antigolpista: Otto Vargas se refiere al período iniciado con la Resolución del Comité Central del PCR de noviembre de 1974 y que finalizó con el triunfo del golpe fascista del 24 de marzo de 1976. En el Balance del trabajo del Partido a partir del Tercer Congreso, editado en la clandestinidad en mayo de 1977, se señala (pág. 29): "La lucha para definir a favor de una u otra fuerza el control del poder; la ruptura en los hechos del frente de fuerzas burguesas y terratenientes que habían apoyado al FREJULI; la creciente unidad de los sectores prosoviéticos con monopolios yanquis y sectores proyanquis en favor de un golpe de Estado proimperialista que derribara al gobierno peronista; la preparación visible de dicho golpe, y por tanto, el acercamiento del momento del desenlace que había planteado nuestro Tercer Congreso; todo ello había introducido profundos cambios en la situación política nacional analizada por el III Congreso; cambios que se debían reflejar en la línea política de nuestro Partido, por lo que se hizo necesario introducir determinados ajustes en la misma."El Comité Central de noviembre ajustó la línea partidaria a esos cambios y trazó, como eje fundamental de nuestra táctica, la lucha contra el golpe de Estado prorruso o proyanqui y la defensa, frente a este golpe, del gobierno de Isabel Perón. El CC de noviembre de 1974 colocó como consigna táctica central del Partido la de: "¡No a otro 55! ¡Unirse y armarse para aplastar el golpe!"" (Nota del editor).

3. V. I. Lenin, Acerca del folleto de Junius, Obras Completas, Buenos Aires, Cartago, 1960, tomo XXII, pág. 324.

4. Se refiere a las posiciones del Partido "Comunista" en su XVI Congreso (1987), cuando adoptó como propia la caracterización de la Argentina como un país de tipo "capitalista-dependiente". Esta caracterización considera que el desarrollo capitalista argentino es más determinante de nuestra formación económico-social que el carácter de país dependiente del imperialismo, al que consideran sólo un rasgo de esta formación, de menor importancia para la lucha revolucionaria que el mencionado desarrollo capitalista. Consiguientemente, golpean a la burguesía (incluida la burguesía nacional) en bloque como enemiga, ya que el tipo de revolución que estaría planteada para la Argentina sería la revolución socialista de inicio. La teoría del capitalismo dependiente revisa el proceso histórico nacional y considera a las colonias españolas en América, y en especial al Virreinato del Río de la Plata, como sociedades en las que predominó el capitalismo desde el inicio, negando la importancia de los resabios precapitalistas en el campo.

5. Fatre: Federación Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (hoy Uatre: Unión Argentina de Trabajadores).