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02 de octubre de 2010

El corresponsal de hoy conversó con jóvenes sobre su situación, durante el bloqueo a la Terminal de Cargill en el Gran Rosario. Esto decían…

Los jóvenes del campo

Hoy 1208 / Es imposible acceder a la tierra

Pablo, de Maciel.
Yo soy hijo de un correntista rural. Lo que antes se llamaba correntista, después de algunos problemas, pasamos a ser prestadores de servicios. Lo que uno hace ahora es recolección de cereales mecanizado, es decir cosechar. Se cosecha en la zona de mi pueblo, Maciel, y se lleva a la provincia de Buenos Aires. En Santa Fe que es chica, no se ven las grandes extensiones, tenés la cooperativa, contención, es más fácil agruparse. En Tandil, por ejemplo, donde sí ves megaestancias con cierta cantidad de hectáreas importantes, contratistas hay un montón, y cada vez es más problemático.
La misma estancia te lleva a que vos te actualices en fierros, y después no te quieren pagar lo que te costó equiparte con tecnología. Un caso que nos pasó es una gente que nos decía: “¿por qué no te ponés monitoreo satelital?” “Y sí, bueno…, pero vos ¿cuánto más me vas a pagar la hectárea?” Me contestó: “$ 0,60 más por hectárea, más de eso no”. Negocio para ellos, nada más. Lo mismo te pasa cuando agarrás un pool de siembra. Es sencillito, el que va al precio más bajo es el que va a trabajar. Estuve hablando con un pibe de Rauch y me decía “ojalá nosotros tuviéramos una agrupación juvenil como FAA, como la que tienen ustedes dedicada a la juventud”.
En Maciel, depende lo que pase o lo que vaya a pasar, nos reunimos una vez por semana o cada quince días, pero más de ese tiempo no pasa. Ahora, con el tema de los mensajitos por celular, se va pasando el aviso: “Hoy nos juntamos”, o el viernes, o el jueves, cuando sea…
Es importante juntarse, porque uno intercambia ideas y de ahí se forma la idea entre todos, y casi siempre suele ser la más adecuada.
El gobierno K mete la idea de que el más beneficiado ha sido el campo, en el mismo pueblo te dicen: “por qué lloran ustedes, si están bien”. Y no estamos bien. Hoy por hoy, los insumos están caros, ves un listado de los repuestos de las cosechadoras y no estamos tan bien como ellos dicen. Una cosechadora o cualquier herramienta en el campo no la vas a arreglar con $ 2. Los que sí se benefician con esto son las megaempresas, los pooles de siembra, los fideicomisos. Esos no te van a ayudar jamás. Un pequeño productor, si te pasa algo, te da una mano. Pero una de esas empresas grandes, no. Ellas son las que se están beneficiando con las exportaciones y todo lo demás.
En la provincia de Buenos Aires, ellos agarran todo y van a Bolsa; ninguna cooperativa, nada. El planteo es que no se arme la pelea entre los productores y el pueblo. Que el pueblo entienda que uno está mal. Que uno pelea por algo justo. Y esto del trigo es un choreo, no hay otra forma de llamarlo. La expectativa que uno siempre quiere es que cambie la cosa para bien.

Lucas, de Chabás
El joven que deja de estudiar para ir a laburar con su padre, no puede hacerlo, por la poca cantidad de tierra que hay. Entonces salen a macerar cosechadoras, camiones; teniendo tierras propias, que por ahí con una ayuda o una buena política se podrían laburar. Los alquileres de tierra están muy caros, la competencia es con grandes tipos que trabajan con grandes extensiones de tierra, y no te dejan participar.
Los pooles no te dejan que vos hagas un microemprendimiento o algo por el estilo, te pisan la cabeza. En Santa Fe se ve mucho esto. Las mismas casas cerealeras salen a alquilar campos, a la vez que acopian el cereal, te subsidian los herbicidas. Por ahí alquilan de a 1.500 hectáreas.
Fijate que en Chabás hay todas chacras de 40, 50 hectáreas; siempre van cosechando y pagando y volviendo a sacar, los cerealistas te vuelven a apretar. Se hace una cadena como en un supermercado: fiás, pagás, volvés a fiar… Yo creo que se benefician los grandes tipos, los que más tienen, como siempre.
Otro tema es lo que pasa con el trigo. En Chabás, están los que venden directamente al molino, creo que están cobrando esa diferencia que hay. Pero cuando entregás a los cerealistas no, porque te lo absorbe el exportador. Si vos entregás a la casa cerealera no te lo recompensa, tenés que entregar directo al molino.
Nosotros el año pasado armamos un centro juvenil; hicimos charlas sobre el tema de las retenciones.
Somos doce o trece, hacemos una reunión cada quince días. Los pibes del campo o trabajan con el viejo en el pedazo de tierra que tienen, y se la rebuscan como pueden; o salen a laburar con otra persona, salen con la cosechadora. Están dos, tres meses sin ver a la familia, no tienen la alternativa de hacer otra cosa en su propio campo. No hay subsidio, no hay política a favor del pequeño agricultor, está complicada la situación.
Yo veo que al ser chacras tan pequeñas, cuando se entran a dividir los hijos, los nietos, va ser cada vez peor la situación. Hoy un hijo de un productor no tiene posibilidad de comprar más tierras; es imposible, por el valor que se maneja. Los grandes compran a gran cantidad, alquilan a gran cantidad, pagan donde un agricultor no puede pagar ellos pagan. Se le hace muy difícil al joven acceder a tierras, hacer un microemprendimiento con animales. Está muy complicado.
Yo creo que tendría que haber una medida muy fuerte de FAA junto con la presidenta de la Nación o con el que esté de turno, y darles oportunidad a los jóvenes, darle subsidios, créditos; sean para animales o para trabajar el campo. Pero tiene que ser una política muy fuerte, con mucha decisión de la gente que nos representa.

Juan, de Chovet
La situación es un poco complicada en todo lo que es el interior, porque no se dan las oportunidades necesarias a todos los jóvenes para poder desarrollarse. La realidad es que nos concentramos en todos los centros urbanos buscando oportunidades. Está la gente que le gusta el centro urbano y le gusta quedarse, y tiene todo el derecho a hacerlo, pero hay muchos chicos que desearían volver, y por esa falta de oportunidades no se le dan las condiciones para hacerlo.
La concentración de tierras es cada vez más grande; y la tecnología y la especialización hace que cada vez sea menos la cantidad de mano de obra necesaria. Y a la vez, esos recursos que esta gente está sacando no pasan por los pueblos. Entonces, un montón de dinero que antes se concentraba en estos pueblos, hoy no está. Es decir, ese dinero no se invierte en ninguna parte. La escasez de oportunidades, la falta de trabajo, se expresan en la falta de desarrollo local.
Un sector del campo se ha beneficiado con la política de Kirchner; pero se ha profundizado mucho la concentración. Es decir, veníamos de una crisis dónde se había comenzado la concentración. Este modelo demuestra que la favorece; y no al pequeño y mediano productor. Limita el acceso a las tierras. Nosotros estamos en una cultura, con una forma de vida en el campo; los grandes inversores están usando el campo como una ruleta, allí ponen las fichas hoy, pero mañana no saben qué pasa. Por lo tanto, las familias del campo desaparecen.
Para un joven es imposible acceder a la tierra, ni siquiera trabajarla, por la competencia y los medios que hoy no lo permiten. Muchos productores chicos están sufriendo la descapitalización de sus campos. Eso los lleva a no poder competir con el resto, que están pagando alquileres que se fueron a un 80% del valor histórico, los sacan del circuito económico. Una vez que un productor deja de seguir trabando su tierra, es muy difícil en un futuro poder retomar.
Yo participo de la Juventud de Agricultores Federados, particularmente fui el presidente de la Juventud el año pasado, fue un crecimiento muy importante. Creo que es una herramienta muy útil, porque uno en los pueblos, está en su casa, en su campo y le parece que la problemática es de uno únicamente y que es uno solo el que la está sufriendo. Y es muy importante poder compartirla, ver que somos muchos. Los medios no nos permiten ver, nos entretienen con Gran Hermano, con huevadas que no nos dejan ver nuestra realidad, los que nos está pasando de fondo.