1.Estalló la crisis
Estalló la crisis económica mundial que se venía incubando. Como un terremoto, golpea al conjunto de la economía capitalista-imperialista, y con virulencia a Estados Unidos. “Aún no hemos atravesado lo peor”, dijo el usurero Soros (Perfil, 21/9). “Este es un tiempo humillante para Estados Unidos”, se sinceró Henry Paulson, secretario del Tesoro yanqui. (La Nación, 22/9).
Luego de la unificación del mercado capitalista mundial, amasadas en la infame superexplotación de una enorme masa de obreros que ganan 1 o 2 dólares diarios, se crearon fortunas que se volcaron a una timba financiera desenfrenada. El resultado fueron gigantescas burbujas de papel pintado de verde (dólares), o sino simples anotaciones en las computadoras de las Bolsas de Valores y los bancos. Esto se desplomó. Cayó la mentira de la “globalización”: cada Estado imperialista busca salvar a sus bancos y empresas.
Nadie sabe lo que va a pasar en los próximos meses o años. Recuerdan la crisis del 30, que durante años provocó graves sufrimientos para las masas: hambrunas, el nazismo y la Segunda Guerra Mundial. Esas masas se alzaron contra sus burguesías imperialistas con revoluciones socialistas en un tercio de la humanidad y la liberación de un centenar de naciones.
La economía yanqui, desde la crisis de 1930, nunca salió de las crisis cíclicas sin guerras. La 4° Flota yanqui navega cerca de Brasil. Inglaterra pretende colonizar el Atlántico Sur y la Antártida. Venezuela, con razón, enfrenta las provocaciones de los yanquis. También la flota rusa del Ártico inició su viaje hacia el Caribe, en donde realizará ejercicios conjuntos con la Marina venezolana. “No solo Venezuela, sino toda América Latina necesita ahora de amigos como Rusia”, dijo Hugo Chávez (La Nación, 20/9). Es un grave error creer que, frente a la amenaza yanqui, la Rusia imperialista puede ser “amiga” de Latinoamérica. Vienen por sus intereses, no por los nuestros. Hay que recordar lo que le pasó a Cuba, cuando el jerarca ruso Jruschov negoció sacar los misiles de Cuba por los de los yanquis en Turquía; y luego, cuando otro jerarca ruso, Yeltsin, rompió de un plumazo los acuerdos con Cuba.
2. Mendigando en Nueva York
La presidenta argentina hizo discursos ridículos sobre “la fortaleza” del “modelo K” mientras se derrumbaba el “primer mundo”. Debió ser autocrítica y no soberbia, ya que ella sostuvo que la Argentina estaba “desacoplada” de la crisis mundial, en medio de la corrida que derrumbó al quinto banco de inversión de Estados Unidos, Bears Stearns. Dijimos entonces que ese hecho confirmaba “la gravedad de la crisis económica que azota al corazón del sistema capitalista-imperialista mundial”, y señalamos que “las ilusiones sobre un supuesto ‘desacople’ de las economías de países como la Argentina, se fueron al diablo” (Hoy N° 2008, 17/3/08).
Todo el gobierno argentino se fue una semana a Estados Unidos: Cristina y Néstor Kirchner, Zanini, De Vido… viajaron a tratar de convencer a los usureros imperialistas que le refinancien la deuda externa. Se reunieron con empresarios de Wall Street, con los del grupo Rockefeller del Consejo para las Américas, con jerarcas imperialistas del Club de París, con el Consejo Judío Mundial (CK recitó en la ONU el “catecismo” de la CIA y el Mossad contra Irán).
Acosado por el fantasma del default (cesación de pagos), el gobierno ya había hocicado ante el Club de París. Pero este club de usureros le impuso como condición negociar con los bonistas que quedaron afuera del canje en el 2005. Ahora, volvió a hocicar: negoció con un banco inglés, el Barclays (asociado para esto con el yanqui Citi y el alemán Deutsche), la renegociación de la deuda con los bonistas. A cambio, esos bancos renegociarían parte de la deuda que vence en el 2009 que marchaba al default. En medio del derrumbe financiero mundial, los bancos se sacan de encima papeles de deuda argentina incobrable, por otros papeles, por más dólares, a futuro. Para la Argentina, es una bola de nieve que el kirchnerismo crece con su política pagadora. Además, “los K” buscan destrabar créditos para sus negociados, como el del “tren bala”.
A medida que se conocen las cifras de la deuda externa real queda claro que sin repudiar la deuda fraudulenta, usuraria, e ilegal será imposible mejorar las condiciones de vida de las grandes masas populares. El reconocimiento y pago de la deuda del Club de París y con los bonistas (deuda de la dictadura y de negociados) son claras señales de que el gobierno está al servicio de grupos de burguesía intermediaria, terratenientes, y monopolios imperialistas, atados a las reglas de la dependencia y el latifundio, a costa del hambre y la entrega.
3. Avanza el ajuste “K”
Antes de viajar, CK firmó un decreto de necesidad y urgencia –esos que había jurado que nunca iba a firmar–, para ampliar el proyecto de presupuesto del 2009, que viola la reglamentación del Banco Central para posibilitar el pago al contado al Club de París, y para otros pagos de deuda en el 2009. Esto abre el camino para que la Justicia yanqui considere que las divisas del Banco Central también pueden ser usadas para amortizar la deuda con los bonistas que no entraron en el canje del 2005. El presupuesto es un gran ajuste cargado al pueblo.
El gobierno dio un tarifazo en el gas y prepara el de la electricidad. Hizo un acuerdo para poner la garrafa de 10 kilos a $ 16, después que pasó el invierno, en el que nadie podía conseguir la “garrafa social” y debía pagarla $ 40. ¿Pasará lo mismo ahora?
¿En qué ahorran los Kirchner? En el plan Jefes y Jefas de Hogar que bajó de más de 2.000.000 a 570.000. Según el gobierno, 752.000 consiguieron empleo; la realidad es que han dado de baja a miles que consiguieron changas de semanas o algunos meses, y después quedaron sin recibir nada. Otros 347.000 fueron pasados al plan Familia, 92.500 al Seguro de Capacitación y empleo, y 438.500 fueron dados de baja. El plan para jóvenes desocupados solo alcanza a ¡¡10.000!! Y no dicen nada de que mantienen esos planes a $ 150 que no alcanzan para nada.
El proyecto de “movilidad previsional” es un “ajuste” a los jubilados: usan la plata del Anses para pagar la deuda, y patean para el 2009 aumentos muy por debajo de la inflación real.
Las mentiras del IndeK son usadas para falsear las cifras de la pobreza, que castiga a 11.300.000 personas, las del hambre (o como le llaman “indigencia”) que golpea a más de 4.000.000. Hay 165.000 niños desnutridos de menos de cinco años, “reconocidos”, son muchos miles más.
La inflación se comió los salarios, jubilaciones, y el presupuesto social, de educación y salud. Para esto no hay plata.
El gobierno dio $ 26 millones miserables para “ayuda” a las regiones castigadas por una sequía, la mayor en décadas. Se duda que la cosecha de trigo alcance para el consumo interno (la anterior fue el triple). Se perdió el 7% del ganado vacuno (otros dicen que un millón de vacas). La falta de agua demora la siembra de maíz y girasol, causando pérdidas del 25% de la producción. La situación es desesperante para los trabajadores rurales y los chacareros.
CK, reunida con empresarios de la UIA, reconoció la inflación y criticó las presiones para devaluar. Pero no hace nada contra la avalancha de importaciones de China y Brasil, que liquida a ramas enteras de la industria nacional, ni para frenar la extranjerización de empresas y campos. Contra esto, el gobierno no hace nada.
Todo cambió
Luego de la lucha agraria, se rompió la Concertación Plural, se fracturó el PJ, en la práctica está dividida la CTA entre “borocotizados” y autónomos, se partió la CGT: Barrionuevo pide paritarias, Moyano y Barrionuevo piden juicio por Rucci, Etchegaray disciplinó al PC a la batuta del Credicoop (Carlos Heller dice que “este es un gobierno en disputa y nosotros lo apoyamos para que vaya más a la izquierda”). El PO, cubriéndose con palabrería “antipatronal”, no diferencia entre un obrero de la soja, un chacarero pobre, un pul de siembra y un terrateniente oligarca, apoyando en los hechos a CK.
Todo cambió. Si no se tiene en cuenta esto no se puede defender los intereses obreros y populares.
3. La ley de las calles
Sigue la lucha de los estatales, docentes y trabajadores de la salud de numerosas provincias, y de los profesores universitarios. Cada vez son más los gremios que plantean reabrir las paritarias y la discusión salarial, o reclaman aumentos hasta fin de año. Sigue la lucha de los desocupados por la ley de emergencia social, y la de los jubilados por aumentos y contra la ley de movilidad previsional. Crece la lucha de los estudiantes por aumento del presupuesto. Sube la bronca en el campo por la falta de respuestas del gobierno. Hay luchas de los originarios.
Hay un gran debate político. El gobierno trata de impedir el estallido de las luchas. Sus rivales dentro del sistema y gran parte de las direcciones sociales tratan de sacar las luchas de las calles y las rutas y llevarlas al Congreso. Pero los 127 días en las rutas de los chacareros fueron los que forzaron al Congreso a rechazar el proyecto de ley antiagrario, y derrotaron al gobierno. Nada de esto cambió.
El debilitamiento del gobierno y las contradicciones que hay dentro del Congreso, pueden ser aprovechadas sobre la base del estado de movilización, asambleas y multisectoriales que le dio fuerza a la lucha chacarera.
Desplegando las luchas, será posible avanzar en la confluencia de los múltiples afluentes de esos combates, uniendo el reclamo de reapertura de las paritarias con el rechazo al proyecto de presupuesto hambreador, entreguista y con “superpoderes”. Uniendo fuerzas en un paro nacional activo, obrero, campesino, estudiantil y popular, como plantea la declaración del PCR, se podrá impedir que el gobierno pague la deuda externa y concrete sus negociados como el del “tren bala”, a costa del hambre del pueblo.
La crisis económica mundial, cuyas consecuencias profundizarán todo lo que ya asoma en la Argentina, solo podrá ser descargada sobre los que se enriquecieron en estos años por el camino del Argentinazo y la rebelión agraria.
