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02 de octubre de 2010

Los Kirchner, sin poner un peso, son dueños de una parte de YPF

Hoy 1206

Eskenazi compró, sin poner un peso, el 14,9% de la mayor empresa argentina: YPF. Eskenazi es un testaferro de Kirchner. Testaferro es el que pone su nombre, en un negocio, para ocultar el del verdadero dueño de la inversión. Kirchner, sin poner un peso, se adueñó el 14,9% de YPF.
Se creía, erróneamente, que Kirchner-Eskenazi había invertido 300 millones de dólares, y luego se dijo que eran 100 millones de dólares. Ahora se sabe que no puso un peso. Veamos los números.
El 14,9% de las acciones se negoció por 2.235 millones de dólares. Esa fortuna será
“pagada” así:
1) 201,15 millones de dólares que Eskenazi pagó con los dividendos que pagaron las
acciones compradas una semana antes.
2) 1.015 millones de dólares de un préstamo otorgado por la empresa vendedora, Repsol, al vendedor. Ese crédito lo irá pagando Eskenazi con los nuevos dividendos que, dos veces por año, reciba por las acciones, hasta febrero del 2018.
3) 1.018,85 millones de dólares con prestamos de los bancos Credit Suisse (601 millones), Goldman Sachs (100 millones), BNP Paribas (175 millones), e Itaú (150 millones). La empresa de Eskenazi, Petersen Energía, no tiene el capital propio que exige la Unión Europea para pedir créditos semejantes. La clave está en que uno de los bancos de Kirchner-Eskenazi, el de Santa Cruz, es el operador de los fondos que la provincia tiene en el extranjero, y una parte sustancial de esos fondos están depositados en el Credit Suisse. De ahí
que la garantía de esos créditos son los fondos de Santa Cruz.
Pese a todo el saqueo del que fue objeto la YPF estatal por los gobiernos de turno y la
llamada “patria contratista”, fue la empresa que resolvió lo fundamental del abastecimiento energético de la Argentina. Durante el gobierno de Menem, los Kirchner, Néstor y Cristina, fueron lobistas para su privatización: Cavallo, ministro entonces, les pagó con más de 1.000 millones de dólares por supuesta “mala rendición de regalías”. Esa plata es la que la provincia de Santa Cruz, gobernada por Kirchner, colocó en bancos en el extranjero.
Aunque no hay cifras oficiales, por lo que trascendió, los Kirchner lograron otro
“milagro”, convertir a los más de 1.000 millones de dólares de Santa Cruz en alrededor de 500 millones. Esa plata de los santacruceños es la que ahora le permite a la familia Kirchner hacer este milagro de adueñarse de una parte de YPF.
De ahí que el reclamo del movimiento del petróleo por la reestatización de YPF, con
control de sus trabajadores, es una consigna que no le cae bien a los Kirchner.