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06 de septiembre de 2017

Los Macri luego de la dictadura

Los Macri (9)

En 1984 Franco Macri fue designado “empresario del año”, en 1985 “ejecutivo latinoamericano del año”, en 1987 el “empresario de Latinoamérica” y “empresario de la década en 1989”. Recibió la “orden al mérito de la república italiana” en el grado de comendador en 1990. 

En 1984 Franco Macri fue designado “empresario del año”, en 1985 “ejecutivo latinoamericano del año”, en 1987 el “empresario de Latinoamérica” y “empresario de la década en 1989”. Recibió la “orden al mérito de la república italiana” en el grado de comendador en 1990. 
Durante la dictadura, junto al desarrollo interno, el grupo comenzó a expandirse por los países latinoamericanos. Con los fondos del vaciamiento del Birp, la «plata dulce» de la dictadura y durante los 80 el soporte de Sevel, compraron terrenos y edificios en todo el continente. 
Cuando el boom del petróleo convirtió a Venezuela en un importante mercado inmobiliario, a través del nexo que ofició Gianni Agnelli, amigo personal del entonces intendente de Caracas Diego Arría, montaron una planta de producción de casas prefabricadas y levantaron un barrio privado. Hicieron caminos en Colombia, una planta nuclear en Perú y una represa en Bolivia. Compraron varios edificios en México, una isla en Brasil para construir un centro de vacaciones en puerto Paratí.
Habían logrado capturar el último espacio grande frente a la costa de Manhattan. Pretendían construir conjuntamente con el grupo Trump un edificio de 150 pisos: ¡un bocado grande! Esto generó las tensiones dentro de Sevel por los fondos derivados para este tipo de emprendimientos. Pero el proyecto Lincoln West no prosperó y tuvieron que ceder la opción de compra del terreno a Trump. Esta cesión no fue lograda de buenas formas, fue forzada y muy tensa. Tanto que Franco Macri llegó a sospechar que el secuestro de Mauricio, varios años después, podía ser una devolución de Trump. 
Sin embargo, Trump empezó a visitar a sus amigos argentinos y alojarse en la quinta Los abrojos: “me encanta Buenos Aires, es una hermosa ciudad. Conozco grandes hombres de negocios en la región, como macri. Es un buen tipo”, confesó Trump en 2012 al diario La Nación, “conozco a los dos (Macri), al padre y al hijo… Me caen bien y creo que son una gran familia…”. Entre mafiosos la amistad surge de formas originales.
Además de ser una de las mayores constructoras, controlaban la principal empresa automotriz argentina: Sevel. La que habiendo ajustado su plantilla laboral y estatizado su deuda en medio del genocidio, aumentó su producción durante toda la década del 80. Así fue con la llegada del Fiat Regata en 1985, el Duna en 1988, el Fiat Uno en 1989 y la Fiorino en 1990. Por el lado de Peugeot, el 504 siguió en producción y el 505 fue reemplazado por el 405 en 1992. En 1985 hacen un acuerdo con General Motors para producir las camionetas Chevrolet C-10, ensambladas en la planta cordobesa para transporte pesado.
Mantuvo el control de Manliba (recolectora de residuos) y de otras 40 empresas. El complejo diversificado, que más creció durante los 80, el que contrataba la mayor cantidad de mano de obra. Hasta que en 1996 Fiat cancela las licencias a Sevel y su desarrollo meteórico se frena… pero sólo sería una pausa, como veremos.