El Indec publicó las cifras de desempleo correspondientes al período julio/septiembre de este año. Reconoce que la cosa va para atrás comparando con el año pasado: el desempleo sube (del 6,9 al 7,5%), el subempleo sube (8,7 al 9,2%), la tasa de empleo baja (del 42,2% de la población al 41,3%). Este tipo de datos incorporan las maldades a las que estamos acostumbrados, la más notoria de ellas es que sólo se considera “desocupado” a quien no haya trabajado ni una hora por semana, con lo que para la estadística alguien que sólo consigue una changa de pocos minutos es un ocupado.
Sin embargo, con este gobierno hay que revisar si existen falsedades nuevas. Especialmente porque el área del Indec que elabora estos índices es una de las más fuertemente intervenidas. Y quien mira los datos con atención sí encuentra que algo huele a podrido: la llamada “tasa de actividad”. Veamos esto.
Si se observan los datos de cerca se encuentra lo siguiente. Los cálculos se hacen sobre una encuesta que es representativa de alrededor de 26 millones de argentinos que viven en ciudades. Más exactamente: 26.610.000 en este tercer trimestre de 2014. Hace un año, la población de referencia era de 26.395.000; se registra entonces un crecimiento poblacional de 215.000 argentinos. Dentro de estos, las personas ocupadas se computaban en 11.138.700 en 2013, mientras que en 2014 la cantidad de ocupados ha bajado a 11.002.000, o sea 137.000 menos. ¿Y las desocupadas? Se pueden computar en 825.000 para 2013 y en 895.000 en 2014, 70.000 más.
Esto no cierra. ¿Cómo es que hay 137.000 puestos de trabajo menos para una población que sumó 215.000 personas más y los desocupados solamente son 70.000 más?
La respuesta está en la “tasa de actividad”. Para que a una persona se la considere desocupada, esta tiene que ser “activa”. No sólo debe ser alguien que carezca de trabajo, sino que además debe haber “buscado activamente”. Si alguien no tiene trabajo pero no lo buscó “activamene”, no es un desocupado. Es un “inactivo”. Y resulta que “en los papeles” los inactivos se han multiplicado (la “tasa de actividad” ha bajado este año a su mínimo).
El Indec está diciendo que la gente que perdió el trabajo, o no consigue, sencillamente se queda en su casa. ¿Tiene sentido esto? No parece haber una explicación lógica a este comportamiento. ¡Están truchando los datos, diciendo que la gente no busca trabajar llamándolos “inactivos”, así no aparecen como desocupados!
Si calculáramos la desocupación para este año utilizando la tasa de actividad del año pasado (o sea, considerando que los que no tienen empleo buscan trabajar con la misma dedicación que hace un año), computaríamos 1.052.300 desocupados. Y llegaríamos a la conclusión de que la tasa de desempleo pasa del 6,9% al 8,7%, pues los desocupados serían entonces 157.000 más que el año pasado, no 70.000 como dice el Indec. Esto si seguimos considerando la población de 26 millones de personas urbanas de 2013, pero si lo ampliamos al total de la población urbana del país, para 2014 la cuenta da 221.400 desocupados adicionales redondeando un total de 1.483.800 desocupados. Cifra que no incluye lo que pasa en el campo, donde los problemas de trabajo son más graves. Y, por supuesto, esto dando por válido que los datos no son una falsificación total, escenario en el que este análisis “fino” carecería de sentido (y, francamente, esto no es improbable, dado que la información incluye datos bastante estrafalarios como son el desempleo del 0,2% en Chaco, o del 1,6% en Formosa). En lo que va de 2014, la CCC estima en 600.000 el número de nuevos desocupados en el total del país.