El lunes 10 de septiembre, en una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo provincial, quedó en claro lo que todos temíamos: que el acta firmada el 1º de agosto entre la empresa Giorno SA (empresa de Mar del Plata con congeladores españoles), los delegados de las 8 cooperativas negreras que cortan pescado para ella, y el Ministerio de Trabajo, se había convertido en letra muerta.
Ese acta, fruto del heroico corte de 17 días con bloqueo total del Puerto durante 14 días, había establecido: un garantizado de $ 800 por mes aunque no haya trabajo; un plazo de 100 días corridos para blanquear y efectivizar a los trabajadores; que además del SOIP participarían los delegados de los trabajadores de Cooperativas (más de 50) en las negociaciones; y el compromiso de no tomar ningún tipo de represalias, ni laborales ni judiciales, con los participantes de la lucha.
Apenas firmada, comenzó la revancha de las empresas: negativa rotunda a blanquear; despidos y aprietes de todo tipo; impulso a la formación de Pymes, forma encubierta del trabajo en negro; etc. El pago del garantizado de $ 800 se hizo sólo por el mes de julio.
La principal negativa al blanqueo provino de Giorno, que “marcó” el camino para el resto. El malestar y la indignación de los trabajadores fue creciendo. Se habían cumplido ya 40 días de negociaciones y nada se concretaba. Reuniones, papeles, la impotencia sumisa del delegado de Trabajo “por la poca predisposición que veía en los empresarios” y el silencio cómplice de la dirección traidora del SOIP. Frente a las empresas Moscuzza, Pyda y Arehpez (de los chinos), se plantan carpas, con quema de gomas y ollas populares, y más de 100 trabajadores irrumpen en el hall del Ministerio de Trabajo ratificando la decisión de movilizarse y paralizar el Puerto.
Entramos a nuestra casa, el SOIP
Decenas y decenas de trabajadores, el frío y lluvioso martes 12 recorrieron las plantas, exhortando a los compañeros a dejar de trabajar y sumarse a la columna. A media mañana nos topamos con la Guardia de Infantería, que quiso interrumpir la marcha “en defensa de la libertad de trabajo y de los comerciantes”, como dijo el comisario de la 3ª. La firmeza de los trabajadores “en defensa de la libertad de comer y mantener a sus hijos”, los obligó a abrir el paso.
La gran columna de casi 800 obreras y obreros, empapada pero orgullosa, encabezada por la bandera argentina que ya había flameado en el corte y en las carpas de Moscuzza y Pyda, se dirigió al SOIP, para exigirle a los Salas-Verón que se pongan al frente de los reclamos. Al encontrase con el Sindicato desierto, prácticamente abandonado, los trabajadores entraron a su casa y se hicieron cargo del gremio hasta que viniera el secretario Salas. Este, junto con sus asesores, los hermanos Verón, escondidos no se sabe donde, dijeron que no vendrían “porque no estaba garantizada su seguridad”.
A la tarde, nutridos grupos de trabajadores siguieron recorriendo las plantas y fueron reprimidos por la Guardia de Infantería, con gases y balas de goma. Fue imponente la lluvia de piedras con que respondieron los trabajadores. Un policía y dos compañeros tuvieron que ser curados de sus heridas en la Salita cercana, tres trabajadores fueron detenidos y luego liberados tras una marcha a la comisaría.
Es posible triunfar
Los trabajadores siguen día y noche en el SOIP, custodiados amenazantemente por la Policía y tropas de Infantería venidas de Bahía Blanca y otras localidades. Se funciona y resuelve todo en asambleas diarias. La solidaridad es creciente: trabajadores del Inidep, de la Salita de salud, de la “Comisión por los Obreros del Pescado Detenidos-Desaparecidos”, de la Multisectorial de la Mujer y otros.
Va creciendo la certeza de que el que debe y puede resolver esto es el gobierno nacional y que también tiene que responder el intendente Katz, hoy premiado por su kirchnerismo con el segundo puesto en la lista de diputados que encabeza Felipe Solá. Es grande el rechazo a los partidos, los candidatos “promeseros” y su trampa electoral.
Se va preparando una gran marcha de obreros del Pescado, rodeados y acompañados por todo el pueblo. Los dueños de las pequeñas Cooperativas negreras, que argumentan “que no les da para efectivizar”, en lugar de pedir “más seguridad y más palos”, deben exigir al gobierno un subsidio para blanquear y efectivizar: en ese camino tendrán el apoyo de los trabajadores, como también en el justo reclamo de expulsión definitiva de la flota congeladora (mayoritariamente extranjera) de nuestras aguas, para defender el recurso, el trabajo y la soberanía nacional.
Y si los Cuerpos de Delegados se unen (el que representa a los efectivos y el de los trabajadores en negro), se podrán desbaratar todas las maniobras divisionistas, recuperando definitivamente el SOIP y así convertirlo en lo que siempre debió ser: la herramienta de unidad y de lucha, fiel a las obreras y obreros del Pescado.