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02 de octubre de 2010

Tras la inmediata, masiva y contundente respuesta de los trabajadores, la automotriz aceptó la conciliación obligatoria dando marcha atrás con los 500 despidos sin causa que había efectuado.

Los obreros le torcieron el brazo a General Motors

Hoy 1240 / Santa Fe: las luchas crecen en medio de la crisis

El viernes 24, los obreros de la planta automotriz General Motors Argentina ubicada en Alvear, a 20 Km. de Rosario, se movilizaron hasta el Ministerio de Trabajo provincial para denunciar que recibieron 500 telegramas de despido sin causa. Asimismo, revelaron que la empresa había decidido adelantar el cierre de la planta, que estaba programado para el lunes 27 y que duraría hasta el 3 de noviembre. Los afiliados del Smata cortaron la calle y quemaron cubiertas en la esquina donde está ubicado el Ministerio, para repudiar el atropello y la brutalidad de la patronal.
La inmediata, masiva y contundente respuesta de los trabajadores obligó a la empresa a acatar la conciliación obligatoria por 15 días hábiles. El anuncio fue formulado por el ministro de Trabajo Rodríguez, luego de la reunión que mantuvieron las partes en la sede de la Gobernación.
Dos días antes, los trabajadores habían impulsado un paro por tiempo indeterminado para exigir la reincorporación de un operario despedido días atrás, y la empresa, lejos de acatar la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio, respondió brutalmente cerrando la planta, no dejando entrar a los trabajadores y enviando los despidos al día siguiente.

Si no volvemos a trabajar, tomaremos la planta
En medio de la protesta, el secretario gremial de Smata, Gabriel Bianucci, mientras recolectaba los telegramas de despido para realizar las acciones legales, explicó la grave situación: “Esto ya es ilegal, porque no acataron la conciliación obligatoria. Y nosotros el día 3 de noviembre cuando termine el receso, tenemos que volver a trabajar todos, si no volvemos a trabajar tomaremos la planta, haremos las acciones legales y gremiales que correspondan tanto como las hicieron ellos. Si ellos fueron duros, porque esto fue un golpe muy bajo, nosotros vamos a ser tan duros como ellos”.
Refiriéndose a la baja de las ventas, Bianucci explicó que es un ardid de la empresa para justificarse y agregó: “Nosotros tenemos resortes en el convenio que amortiguan cuando hay una caída de volumen. Existe un banco de horas. No es echar así porque sí a 500 trabajadores.
“Ellos actuaron muy mal; nosotros también le vamos a actuar mal dentro de la planta. Si no cambian la actitud, tampoco vamos a cambiar. Esto no tiene vuelta atrás, los compañeros tienen que estar todos adentro. Si quieren negociar, negociaremos con la gente adentro”.
En cuanto a la magnitud de las cesantías, precisó: “Hubo de todo, gente contratada, eventual, efectiva, con carpeta médica. Esto es gravísimo, la gente se lesionó ahí dentro trabajando, es algo que no tiene razón de ser”.
Esta contundente respuesta del Smata hay que vincularla al grado de organización y combatividad que demostraron los obreros de GM que desde hace tiempo se vienen preparando para esta lucha. Es que hace un mes hubo una comunicación oficial de la empresa que anunciaba la paralización de sus actividades entre el 27/10 y el 3/11 para hacer readaptaciones en la planta y para ajustar stock, ya que se dejará de fabricar el Gran Vittara y se robotizará el sector de pintura.
Pero los trabajadores también sabían que los efectos de la crisis económica mundial, más temprano que tarde, comenzarían a sentirse. Como consecuencia de esto se produjo una disminución de las ventas de autos marca Corsa, tanto en el mercado interno como en Brasil, al cual se destina el 70% de la producción, lo que impulsó la semana de receso de la fábrica.
Los trabajadores de GM lograron un importante triunfo pero siguen en estado de alerta y movilización ante esta situación, que consideran injusta y amenazante; y están dispuestos a defender su fuente de trabajo y volver todos a la planta el próximo 3 de noviembre.
Hay mucha bronca y preocupación en el movimiento obrero, que percibe que las crisis del capitalismo siempre la terminan pagando los trabajadores. Además, ya calaron que los dichos de CK que “la crisis económica mundial no afectaría a la Argentina”, son otra mentira del kirchnerismo.
Situaciones como ésta, que en breve podrían repetirse en otras terminales automotrices y fábricas de la Argentina, están creando las condiciones para un paro nacional activo, obrero, campesino, estudiantil y popular, que unifique las luchas ya.

Corresponsal


Así paga el diablo

El 30 de agosto de 1995, a través de una carta de intención, la empresa GM manifestó su interés de radicarse en territorio santafesino. Esta carta suscripta por el entonces gobernador Reutemann, la Comuna de Alvear y la empresa Prevencorp SA, fue ratificada por Ley 11.286 del 2 de noviembre de ese año.
En la referida carta, la Comuna de Alvear otorgó la franquicia del ciento por ciento y “sin plazos” de las tasas de Derecho de Registro e Inspección, Inmuebles, ocupación del Dominio Público y suministros de Servicios Públicos.
La provincia, por su parte, concedió exenciones del ciento por ciento de los impuestos a los Ingresos Brutos, Sellos e Inmobiliario y también del aporte patronal Ley 5.110 y la patente única sobre vehículos.
Además, la provincia proporcionó a la automotriz los siguientes privilegios: traslados de los residuos líquidos desde la planta de tratamientos hasta su disposición final; se construyeron y se pavimentaron nuevos caminos de acceso a la planta y los perimetrales; se facilitó el uso de escuelas públicas para la capacitación del personal; se comprometieron créditos para edificar casas para personal gerencial, se otorgó el 25% de descuento para transporte de carga en los peajes de la autopista Rosario-Santa Fe y el Túnel Subfluvial.
Finalmente, en el inciso 2.3 de la Carta, se establecían “Bonificaciones tasa de interés y honorarios hasta la suma total de 53.000.000 dólares” que serían computadas a la fecha de otorgamiento de una o más líneas de préstamos que GM obtuviese para sufragar los costos y equipamientos de sus plantas. Sin embargo, al poco tiempo, nos enteramos por boca del ministro de Producción de la provincia, que esa cifra había sido muy superior: Roberto Ceretto confesó ante los medios que: “el Estado puso 85 millones de dólares en efectivo en subsidio de las tasas de interés para los créditos que tomó GM con el fin de levantar el complejo industrial del Gran Rosario”.
Estas escandalosas concesiones al capital extranjero fueron ratificadas por una serie de decretos y resoluciones firmados por el gobierno de Reutemann, dejando en evidencia el peso y la penetración del imperialismo. Sin embargo, y a pesar de las prebendas, ante la menor adversidad a estas empresas no les tiembla la mano para llevar adelante inhumanos ajustes. Como comúnmente se dice así paga el diablo.

Oscar Ainsuain