La compañera Peñailillo nos decía, sobre la situación de los hermanos originarios frente a la pandemia del Covid19: “Somos una población en extremo vulnerable, aunque por el propio desarrollo del contagio hasta la fecha tenemos comunidades que están en mayor peligro. Inclusive está llegando en barrios urbanos originarios, también en las barriadas populares de CABA y el Gran Buenos Aires, donde viven centenares de hermanos originarios. La extrema pobreza, el hambre, la desnutrición, la falta de agua potable, casas pequeñas con hacinamiento, la pobreza global agudizada en los últimos cuatro años, enfermedades endémicas como Chagas, dengue, la parálisis de la economía, la discriminación de los gobiernos que hace que haya un aparato de salud elemental, sin complejidad, ni con unidades complejas de traslados, difícil comunicación, en muchos lugares, nos deja totalmente desprotegidos.
“Las medidas que tomó el presidente frente al Covid19 fueron acertadas, pero insuficientes hacia los pueblos originarios, porque somos tan o más vulnerables que las personas consideradas por el Ministerio de Salud como tal.
“La pandemia agravó más nuestra situación económica, aunque alguna medida tomada por el gobierno le ha llegado a una parte de la población originaria, (IFE, Tarjeta alimentaria, AUH).
“La solidaridad de las organizaciones sociales, iglesias, y privados ha permitido el funcionamiento de comedores y merenderos que nos ayudan a paliar el hambre de nuestras comunidades.
“Frente a la apertura de la cuarentena es mayor el peligro de que el contagio del virus llegue a las comunidades de las distintas provincias, donde hasta el momento no hubo contagios.
“Por eso nuestra gran preocupación es que el Estado nacional, provinciales y municipales, pongan el foco de políticas específicas para la población originaria, sacando de la postración que tiene el sistema de salud en los territorios o ciudades cercanas, acciones que nos garanticen agua potable en forma inmediata y módulos alimentarios. El control sanitario de las cuadrillas de trabajo agrario donde muchos de nuestros hermanos son parte, y la ayuda con semillas, forrajes, leña, para enfrentar las bajas temperaturas que se acercan”.
A la pregunta de cómo se organizan los pueblos y naciones originarias, la compañera Margarita, miembro del Comité Central del PCR, nos decía: “Desde el principio de la pandemia estamos informados y coordinados. Hemos peleado integrar los comités de crisis en todos lados, que se constituyan donde las autoridades no los constituían o no le daban participación a las organizaciones o comunidades. En todos lados tratamos de extremar los cuidados, nos ofrecimos como voluntarios organizados en áreas de salud, participando activamente, trabajando en comedores y merenderos, en la fabricación de tapabocas y de barbijos complejos, para salud.
“También en muchos lugares hemos sido voluntarios en los retenes de control de ingreso y salida de nuestro territorio, donde hay comunas y pueblos. Es decir, hemos puesto nuestro esfuerzo arriesgando nuestra salud, pero es nuestra responsabilidad y la Constitución Nacional nos ampara.
“Claro que también hemos sido brutalmente atacados en algunos lugares como en el Mollar en Tucumán, por parte del juez Velásquez que disolvió represivamente un retén de la comunidad diaguita, y procesó con prisión preventiva a varios hermanos diaguitas y a la hermana Margarita Mamani. Hoy peleamos nacionalmente por su desprocesamiento y su libertad”, finaliza Peñailillo.
Hoy N° 1815 20/05/2020