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17 de mayo de 2023

La coronación del Carlos III fue una celebración del imperialismo y el colonialismo

Los piratas tienen un nuevo rey

El sábado 6 de mayo Carlos III fue coronado como rey del Reino Unido de la Gran Bretaña (Inglaterra, Escocia, Gales) e Irlanda del Norte y de 13 países integrantes de la Mancomunidad de Naciones (Canadá, Jamaica, Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Bahamas, Belice, Granada, Australia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón y Tuvalu).

La ceremonia fue toda una demostración de que el imperialismo británico, que ocupa militarmente nuestras islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, no renuncia a sus aspiraciones como potencia global.

La coronación de Carlos y su esposa Camila Parker Bowles mostró toda la rancia y reaccionaria tradición medieval y la reivindicación de su pasado colonial, hoy disminuido, pero para nada extinguido. Recordemos que Carlos fue también coronado como jefe de la Iglesia Anglicana, la religión oficial del Reino Unido.

El primer ministro inglés, Rishi Sunak, del Partido Conservador y que está enfrentando una ola de huelgas inmensa por parte de amplios sectores de trabajadores por su política de ajuste e inflación, ordenó una gran represión contra los manifestantes en Londres, que reclamaban el fin de la monarquía.

Carlos III pertenece a la dinastía Windsor, en el trono desde el siglo XVIII, y su coronación exaltó todas las tradiciones coloniales y esclavistas. Los grandes medios de las clases dominantes, en nuestro país y en todo el mundo, desbordaban de infames informes mostrando las joyas que ostenta la corona, robadas en India y África.

En Gran Bretaña rige un sistema de gobierno que no es ni siquiera una democracia burguesa. Porque la monarquía, además de regir en todo el ámbito del Reino Unido, elige una mitad del parlamento, la denominada Cámara de los Lores. A los ingleses de a pie les queda reservada la Cámara de los Comunes.

En nuestro país la embajada británica recibió, según informó, a 300 empresarios/as, funcionarios/as, personajes del mundo del espectáculo, “periodistas”, etc., que cantaron junto a la embajadora pirata y sus funcionarios el himno “dios salve al rey”. Una nueva muestra de servilismo hacia una parte del poder real, de los dueños de la Argentina.

Porque se sabe que, además de usurpar nuestras islas en el Atlántico Sur, y de magnates como Joseph Lewis con sus propiedades que incluyen Lago Escondido, los británicos tienen gran cantidad de estancias, empresas e inversiones en varios sectores de la economía (minería, energía, finanzas, petróleo y un largo etcétera). Y conocemos también la histórica relación de sectores de nuestras clases dominantes locales con los intereses del imperialismo británico.

En estos momentos que crecen los factores de guerra entre las grandes potencias imperialistas, Gran Bretaña, como parte fundamental de la OTAN, es una de las grandes proveedoras de armamento a las fuerzas armadas ucranianas. A tanques y sistemas de defensa, agregó recientemente el envío de misiles de largo alcance, con un alcance de 250 km. Además, los imperialistas británicos, pese a su separación de la Unión Europea, mantienen miles de soldados en los países del este europeo.

En el Atlántico Sur, los piratas han reforzado la presencia de tropas y armamento, incluidos submarinos nucleares, en la base que tienen en nuestras Malvinas.

 

Hoy N° 1962 17/05/2023