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02 de octubre de 2010

Frente a la ofensiva colonialista inglesa, se preparan actos patrióticos en el Cenotafio, ante la embajada inglesa, en el Astillero Río Santiago, y en muchos lugares del país.

Los piratas vienen por más

Hoy 1209

El próximo 2 de abril tendrá un contenido particular: Inglaterra anunció su disposición de colonizar 3.000.000 de kilómetros cuadrados de plataforma submarina argentina. Para eso, presentará el en la Comisión de Límites de las Naciones Unidas, un relevamiento de la región, antes de la fecha tope que es mayo de 2009.
Esta ofensiva colonialista del imperialismo inglés es continuidad de su diplomacia, que logró la ratificación por el tratado de Lisboa de la incorporación de Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur como "territorios de ultramar", y su proyección a la Antártida, ratificando lo que había establecido la Constitución Europea. Esa Constitución fue frenada por algunos parlamentos del viejo continente, pero en Lisboa, Inglaterra logró que todos los gobiernos de la Unión Europea avalen con su firma la ofensiva pirata.
La taimada diplomacia inglesa acumula argumentos para su expansión colonialista en el Atlántico Sur y la Antártida. Además de los dos hechos mencionados se suman otros: permisos en puertos argentinos a barcos que vienen o van a Malvinas (como el caso del Endurance), también para vuelos chárter desde aeropuertos argentinos, la falta de protestas argentinas sobre la base militar de la OTAN en Malvinas, el pedido de visas por parte de argentinos para la visita a las islas, y la instalación de un aeropuerto por una firma inglesa, en Río Negro, a dos horas de vuelo de Malvinas, en el que pueden aterrizar aviones de gran porte.
De lograr éxito en su ofensiva colonialista, al "instalarse" Inglaterra en el Atlántico Sur, los derechos antárticos de la Argentina y de Chile quedarán hechos pedazos.

El futuro energético
Las reservas petroleras y gasíferas argentinas, en el territorio continental, son limitadas. En la medida en que avance el siglo 21, el futuro energético del país está atado al petróleo de la plataforma submarina. Brasil ya está recurriendo a su petróleo de alta mar. Con el oro negro arriba de los 100 dólares su explotación en alta mar es rentable.
Lo fundamental de las cuencas petroleras marítimas argentinas está en la plataforma submarina que Inglaterra marcha aceleradamente a inscribir bajo su soberanía colonial. Si la Argentina pierde esa región, dependerá cada vez más de la importación de energía. Las ganancias de los monopolios imperialistas que explotan nuestros yacimientos, como Repsol y Panamerican, son gigantescas. Aún así, el gas que se importa cuesta cinco veces más que el producido en el país; el gasoil que se importa vale el triple y el fueloil el doble del argentino. Si Inglaterra nos roba las reservas y crece la importación, las tarifas se van a encarecer, incluyendo a la electricidad (que se produce con gas, gasoil o fueloil), y en definitiva, toda la producción necesita energía. En la actualidad, en Brasil, que importa casi todo su gas y mucho petróleo, una familia paga mensualmente $ 150 por la misma electricidad que en la Argentina cuesta $ 30.
Al tema del petróleo se le suman los del agua dulce (cuya principal reserva mundial es la Antártida), la pesca, y los minerales del fondo marino.

Una política patriótica
Mientras Inglaterra suma avales a su posición y lanza su nueva ofensiva, el gobierno argentino "mira para otro lado". Se refugia en los tratados entreguistas firmados por Menem que establecen un supuesto "paraguas" de soberanía, que los piratas han roto con su ofensiva colonialista. Inglaterra gana aliados para su colonialismo en la región, mientras el gobierno argentino se limita a reclamar "negociaciones". Es la línea que instalaron Menem y Di Tella: reclamos de los que hace años que los piratas se burlan.
Frente a la ofensiva colonialista la respuesta debe ser: 1) denunciar el carácter colonial de la usurpación por la fuerza de Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur; 2) denunciar la presencia de una base de la OTAN en Malvinas exigiendo su retiro; 3) rechazar toda presentación sobre la plataforma por parte de Inglaterra por no ser "país ribereño" en el Atlántico Sur; 4) considerar nulos los tratados de Madrid y Londres, y el de garantías a las inversiones británicas por las violaciones realizadas por Inglaterra; 5) anunciar que ante cada hecho colonialista se responderá con sanciones, tales como la nacionalización de empresas inglesas (Panamerican, HSBC, American Gold, etc.); 6) reconstituir el apoyo de los países de América Latina y el Tercer Mundo para llevar a votación en la Asamblea General de las Naciones Unidas los reclamos argentinos (fue Menem el que los dejó de hacer); 7) establecer acuerdos con los países latinoamericanos, de apoyo a los reclamos argentinos, asociándolos en los beneficios de la explotación conjunta de las riquezas de la región.

Vamos a los actos del 2/4
Si los ingleses lograran éxito, convertirían en un lago propio al Atlántico Sur, una región estratégica por ser el paso obligado de los grandes barcos, en primer lugar los petroleros, que por su porte no pueden pasar por el canal de Panamá. Pero Inglaterra no podría sostener la posesión de semejante extensión marítima sin una apoyatura en el continente. Por eso, trabaja para "independizar" la Patagonia, convirtiéndola en un país títere. Ya hubo maniobras en esa dirección del ex gobernador de Neuquén, Sobisch, el asesino del maestro Fuentealba. También, impulsa el enfrentamiento de los criollos argentinos con los mapuches y tehuelches. Los piratas son viejos colonialistas y saben que la unidad de argentinos y los pueblos originarios es una necesidad para enfrentar y derrotar los planes imperialistas y oligárquicos y luchar juntos por la liberación de nuestros pueblos y naciones, para decidir después, en libertad, el futuro.
Desde ya que otras potencias imperialistas rivales también tienen planes para el Atlántico Sur y para la Patagonia: todos a costa nuestra. Pero son contradicciones que podemos aprovechar, con una política que vaya a fondo en la lucha nacional liberadora.
Por eso el próximo 2 de abril tiene enorme importancia. La presidenta Cristina Fernández aún no ha anunciado ningún acto oficial. Por el contrario, preparó con meses de anticipación un viaje a Londres, invitada por el primer ministro pirata Gordon Brown. Será otra afrenta a nuestros caídos y a quienes enfrentaron con las armas al colonialismo imperialista inglés. Y será un argumento más, a favor de los ingleses, más allá de alguna declaración informal con el que se intente "cubrir las apariencias".
La situación es grave. De ahí la gran importancia de los actos en los que se honrarán a nuestros caídos y combatientes, y se denunciará la nueva ofensiva pirata inglesa. El acto de sectores patriotas y veteranos de la Guerra Nacional de Malvinas el 2, en el Cenotafio de la Capital Federal. También el 2 el que aprobó el Plenario Nacional de la CCC, escrachando a la embajada inglesa. Y el 1°, el de los trabajadores del Astillero Río Santiago.
Hoy más que nunca la causa de Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, la Antártida Argentina, las aguas y la plataforma submarina, está en manos de la clase obrera y las fuerzas populares, patriotas y democráticas.