Muchos de nosotros participamos en esa lucha, algunos estuvimos con nuestras organizaciones, otros lo hicimos sueltos y desorganizados.
Al calor de la rebelión agraria se creó la necesidad de que los pobres tengamos una organización nacional que nos permita unirnos, coordinar nuestras necesidades, luchas y programas, confluyendo con otros sectores del campo con los que podemos unirnos y con otros que podemos golpear al gobierno juntos, con independencia.
Algunos amigos están confundidos
El gobierno quiere enfrentar a los campesinos pobres y a los originarios contra la lucha agraria diciendo que todos son oligarcas, metiendo a todos en una misma bolsa.
Mientras, con su política se favorecen los más grandes oligarcas. Cresud pasó a tener de 200 mil a 600 mil hectáreas, Grobocopatel de 15 mil a 150 mil hectáreas y Urquía de 50 mil a 200 mil hectáreas. Esos defienden esta política sojera.
Está abierto el final de esta lucha agraria nacional y está en discusión si la terminan dirigiendo los de más arriba o los de más abajo.
Esta última es la condición para poder triunfar.
Chaco,
16 y 17 de mayo de 2009