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10 de abril de 2013

Los portuarios de Buenos Aires

Crónicas proletarias

El puerto de Buenos Aires, a comienzos del siglo 20, concentraba la salida de productos agropecuarios y la entrada de productos manufacturados, que habían moldeado la Argentina dependiente forjada por las clases dominantes. Los trabajadores del puerto, junto con los ferroviarios, eran la columna vertebral del movimiento obrero por aquel entonces. Los portuarios fueron uno de los puntales de la primera huelga general, en 1902.

El puerto de Buenos Aires, a comienzos del siglo 20, concentraba la salida de productos agropecuarios y la entrada de productos manufacturados, que habían moldeado la Argentina dependiente forjada por las clases dominantes. Los trabajadores del puerto, junto con los ferroviarios, eran la columna vertebral del movimiento obrero por aquel entonces. Los portuarios fueron uno de los puntales de la primera huelga general, en 1902.

Distintos gremios confluían en el puerto de Buenos Aires. Para 1908, se contabilizan 11 mil estibadores, 6 mil harineros y foguistas, 2.500 peones carboneros, 2.200 en los Talleres Navales, 1.500 peones del Mercado Central; estos eran los gremios más numerosos. Sumaban un total de 26 mil trabajadores.

Bialet Massé, en su  Informe sobre el estado de las clases obreras, consignaba que un estibador, en una jornada de 8 horas, cargaba sobre sus hombros 70.000 kilos de los productos que posibilitaron, en ciudades como París, dichos como “más rico que un argentino”, en referencia a nuestros oligarcas.

Bialet Massé registra que las condiciones de trabajo en las bodegas de los barcos, con altas temperaturas, atmósferas llenas de polvillo de los cereales, azúcar y carbón, y terribles ritmos, causaban en los trabajadores no sólo las consabidas lesiones musculares, sino respiratorias, trastornos en la piel, y pérdida de visión.

La importancia del movimiento obrero organizado en el puerto fue de tal magnitud, que a la previsible represión y persecución por parte de los gobiernos oligárquicos, se le sumaron la creación de las primeras asociaciones obreras “patronales”. Hubo un primer intento en 1903, y en 1905 surge una Asociación de protección al trabajo libre, para proveer de rompehuelgas a las empresas. Hubo varios enfrentamientos entre esta Asociación y las Sociedades de Resistencia de Estibadores, o la de Maquineros y Foguistas, por ejemplo en 1906, en el curso de una dura huelga, en la que también se enfrentaron con la Prefectura. La huelga, que se extendió a los puertos de Rosario, Montevideo y Asunción, triunfó logrando aumento de salarios, las 8 horas para todas las secciones, y el descanso dominical “para los trabajadores cuyas tareas lo permitiesen”.

Las sociedades de Marineros y Foguistas se unen en enero de 1907 en la Liga Obrera Naval, con secciones en Rosario, Zárate y Posadas.

Luego de nuevas divisiones, en 1910 surge la poderosa Federación Obrera Marítima (FOM), de la que hablaremos en otras columnas.