El compañero Ruiz comienza contando las conquistas de fin de año que reflejamos en el periódico anterior, por las que los trabajadores obtuvieron una bolsa de mercadería de 70 productos, el pago de días por las Fiestas para los distintos turnos, y un bono de $4.000. Tras contar el recorrido de esta lucha y en particular las discusiones con el nuevo gerente, que viene de Costa Rica “Estamos en la Argentina y los derechos de los compañeros, los delegados los hacemos valer le guste o no. Nos metimos en los comedores para que la gente decida y se vote. Y resolvimos tomarlo de esa forma como resolvieron los compañeros cerrando el año. Un año satisfactorio, quizás faltó un poco más pero tenemos todo un camino por delante”.
—Desde que asumieron ¿Qué cambios ves en los trabajadores de la planta?
—En mi caso es la primera vez que soy delegado. El primer cambio que veo es que el que quiere ser escuchado es escuchado sin sectarismo, se aceptan todas las palabras; soy un fiel pensante que de la palabra del compañero nosotros también construimos, así sea positivo o negativo. Nosotros no somos dueños de la verdad. Esto día a día va cambiando y los que marcan el camino que hay que recorrer son los compañeros. Nosotros como delegados tenemos que ser responsables de cómo llevarlo y armar algo de todas las palabras de ellos. Cerramos un año en que el compañero dijo lo que quería y cerramos como el compañero quería.
Nosotros garantizamos que los compañeros se expresen, este camino se construye dialogando y escuchando. El día que estemos frente a la pared y si no escuchamos vamos a golpear a 2.000 compañeros. Somos garantía mediante este trayecto, de que tenemos que participar y debatir, es una Interna que escucha, que los compañeros le digan las cosas como son.
–Perspectivas para este 2017 ¿Cómo ven los compañeros este momento?
—Tenemos un objetivo muy difícil que es la paritaria. El gobierno habla de un 17%, va a ser muy peleada y también se habla de cambio de convenio, la nueva flexibilización laboral con la cual esta Comisión Interna no está de acuerdo. Será cuestión de esperar el momento porque no hacemos futurología, no sabemos qué puede pasar mañana. Somos un grupo de 11 compañeros muy luchadores, con ideales; sabemos que vamos a ir al frente cuando sea necesario y nunca vamos a retroceder.
Terminamos un año con despidos, suspensiones y cierres de fábricas y eso es gente en la calle. La expectativa de este gobierno es que el trabajador tiene que estar a látigo. Tenemos que estar preparados y hacer hincapié en el avance de las automatizaciones; hoy las empresas planifican un sistema donde en una línea con 30 trabajen solo dos. Tenemos que tener la capacidad porque hay una realidad, no podemos impedir la modernización pero la discusión es modernizar pero con la gente adentro. La gente tiene que tener el puesto de trabajo.
Me encantaría decir que hay expectativas con este gobierno porque sabemos qué pasa cuando hay un estallido social, tenemos memoria de lo que pasó y después de un cambio brusco, levantarlo es complicado. Las recetas son siempre las mismas pero tenemos que estar preparados para esos cambios, sacar egoísmos y darle a la juventud un nuevo proyecto para que el trabajador siempre esté bien. Tenemos un país muy rico y podemos cubrir las necesidades básicas para vivir dignamente millones de argentinos que hoy pasan hambre. Tenemos que levantar la bandera de Argentina contra cualquier imperialismo.
—¿Hace cuánto trabajas en la planta? ¿Por qué te metiste en el sindicalismo?
—Hace 11 años que trabajo en la planta en el Turno Noche. Me metí en el sindicalismo en el conflicto del 2009, con compañeros que quizás no nos metíamos en nada y que viendo el accionar de la empresa en lo mezquina que era, cómo nos trataba, cómo nos excluía, porque la verdad cuando éramos contratados nos tenían con el dedo en el tujes. A raíz de todo eso me fui interiorizando, fui hablando con los compañeros, armando mi propio espacio y comencé a trabajar, a juntarme con algunos compañeros, escuchando ideas, reclamos y un montón de cosas pero siempre desde mi lugar, no dividir; siempre me gusta escuchar y llevar adelante la voz de lo que dice el compañero. No podemos ser delegados si no nos escuchamos, si no tenemos sentido común, si no podemos dar un ejemplo. A raíz de eso fuimos trabajando con diferentes ideas y salió este proyecto de armar una Interna de diferentes ideales, y al día de hoy somos delegados.
Mi viejo se jubiló en Cadbury-Stani (hoy Mondelez-Planta Victoria) con 36 años de fábrica y siempre me contaba todo lo que pasaba. No hablábamos mucho de política pero me inculcó esto del sindicalismo. Yo quizás levanto un derecho que quizás a mi padre no se lo habían dado y hoy soy lo que soy porque quiero levantar los derechos que no se habían reclamado, eso fue lo que me impulsó.
Después me fui metiendo en la política, soy peronista hasta las manos y me gusta, yo quiero que mis compañeros estén bien. Soñaba con dirigir una fábrica, y hoy con mis compañeros estamos en la Interna, en donde el compañero venga y se vaya contento, que sus hijos cuando lleguen a su casa lo reciban con alegría porque tienen todo lo que necesitan, creo que a eso apuntamos a la familia.
—¿Cómo llegas al peronismo?
—Por mi viejo quizás pero teníamos nuestras diferencias. Él tiene su peronismo y yo tengo el mío. Vos te ponés a escarbar y hay que ver quién es realmente peronista. Hay muchos políticos que dicen ser peronistas y lo que menos tienen es alma de peronista. Más allá que no tenía mucho diálogo con mi viejo creo me inculcó ser lo que soy hoy y también mis compañeros.
—¿Cómo viviste la lucha del 2009 y qué te dejó?
—El 2009 lo viví acompañando a los compañeros. No me parecía justo que se despidan compañeros por portación de cara. No me arrepiento de nada. Si lo tendría que volver a hacer lo haría, pero hoy con más ambición porque la idea es mantener los puestos de trabajo de los compañeros. Nosotros tenemos que ser fieles a ellos. Hoy en día, el tema de la mujer es muy sensible, tenemos compañeras con 30 años con categoría de operaria calificada. La empresa está siendo muy insensible con este reclamo y tenemos que saldar esa deuda que es un reclamo pendiente.
Después acompañé todo corte de ruta, marcha al Ministerio de Trabajo, todo y orgulloso de nuestros compañeros porque estuvieron en la lucha. Fue muy difícil bancar 38 días de lucha pero se bancó, se hizo mucho. Capaz no con las expectativas que teníamos que todos los compañeros estén adentro pero lamentablemente en toda guerra hay soldados caídos y hay que reivindicar todo eso.
Por último quiero decirles a los compañeros de Mondelez-Pacheco que esta Interna está trabajando con mucha responsabilidad para que cada día el compañero esté un poquito más satisfactorio, no de que le agreguen laburo sino que tenga un poquito más y tener una planta donde se sienta tranquilo y venga feliz a laburar.