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22 de diciembre de 2010


Los retratos de San martín

Hoy 1349 / Breves de la historia argentina

Gil de Castro fue un hombre inteligente, pintor, ingeniero, cosmógrafo y topógrafo.
Hijo de una esclava negra y de un militar español, la derrota de Rancagua lo encuentra en Chile, desde donde pasa a Mendoza, junto con un conjunto de militares chilenos que se integraron al Ejército de Los Andes.
San Martín, que apreciaba sus dotes de dibujante y de cosmógrafo, le dio tareas de logística, retirándolo del combate directo.

Gil de Castro fue un hombre inteligente, pintor, ingeniero, cosmógrafo y topógrafo.
Hijo de una esclava negra y de un militar español, la derrota de Rancagua lo encuentra en Chile, desde donde pasa a Mendoza, junto con un conjunto de militares chilenos que se integraron al Ejército de Los Andes.
San Martín, que apreciaba sus dotes de dibujante y de cosmógrafo, le dio tareas de logística, retirándolo del combate directo.
El general y el mulato fueron amigos. Amistad, fortalecida por el gusto de ambos por el ajedrez, juego para el cual el mulato Gil desarrolló una nomenclatura para anotar las partidas. Con el grupo de militares españoles que acompañó a San Martín, vino una costumbre de jugar ajedrez, y entre los oficiales españoles tenía mucho arraigo.
Reproducimos el retrato que el mulato Gil realizó del Libertador, luego de la Batalla de Maipú. Es el retrato para el cual San Martín posó en persona, y autorizó copias, una de las cuales, presidió el acto de la independencia de Chile.
A las clases dominantes argentinas no les gustó mucho el rostro del Libertador, con los rasgos negros y mestizos que el artista reflejó. Prefirieron difundir una imagen obtenida en Bélgica, que fabrica otro San Martín.
Los estandartes simbólicos funcionaron así, para ocultar el papel de las masas originarias, y el de los negros libertos y mulatos, en las guerras de nuestra independencia.