La Agencia oficial china de noticias Xinhua (07/2/08) destaca que, tras más de una década de reinado del turismo como primera fuente de divisas de Cuba, el níquel –que pasó a ser el primer producto de exportación del país– es la nueva “locomotora de la economía nacional”.
Cuba es uno de los mayores productores de níquel del mundo. También es un importante productor de cobalto. Son minerales estratégicos: el níquel es necesario para la producción de acero inoxidable y otras aleaciones resistentes a la corrosión; el cobalto se utiliza como componente para la fabricación de motores de avión.
Toda la producción minera cubana se concentra en tres empresas: la Pedro Soto Alba es una sociedad mixta entre Cuba y la canadiense Sherrit; las otras dos (la René Ramos Latour y la Ernesto Che Guevara) pertenecen a la estatal Cubaníquel.
Intereses que proteger
Cercada por el bloqueo imperialista yanqui, Cuba ha acudido a la cooperación económica y técnica de China. Pero la “relación estratégica” con Beijing mantiene y de hecho está reforzando el “modelo” de desarrollo de la economía cubana moldeado por su larga dependencia hacia la URSS entre los ’60 y ’80, es decir: especialización en producciones primarias, industrias livianas y servicios basados en la inversión extranjera, y mercado externo concentrado en un “socio” poderoso.
Durante la primera mitad de los ’90 China hizo en Cuba grandes inversiones, entre otras la construcción de una estación ferroviaria para el transporte de níquel y depósitos para el mineral en San Felipe (Camagüey). Además, el Ministerio de Inversión Extranjera y Colaboración de Cuba avaló cerca de 40 proyectos de asociación con China abarcando la producción y técnica del cultivo de arroz, soja, sorgo y maíz y la utilización de metano, energía solar y otros. A fines de 2004, tras la visita del presidente chino Hu Jintao y más de 400 empresarios de ambos países, se firmaron acuerdos a favor de una mayor integración de las industrias básicas de ambos países. La asistencia técnica china también consiste en créditos “blandos” y asistencia en la construcción de fábricas textiles y de una refinería de azúcar.
En el último período se acrecentó el interés chino por participar en la prospección petrolera de la isla. Según el gobierno cubano, Beijing sería de aquí a poco tiempo el principal inversor en la extracción de hidrocarburos y níquel, con una compra estimada de 75.000 toneladas diarias de este mineral.
Para China las relaciones con Cuba trascienden el plano comercial. Su creciente presencia inversora en la isla tiene –como la de Cuba con el socialimperialismo ruso en tiempos de la guerra fría– connotaciones estratégicas. Sumada a la ascendente ola de inversiones chinas en otros países sudamericanos, Beijing tiene ahora importantes intereses que proteger en América Latina y el Caribe.