El miércoles 9, en el colegio Alejandro Carbó se cayó el cielorraso de la cantina del colegio, cinco minutos antes del comienzo del recreo. Pudo haber sido un nuevo Cromañón. El techo lastimó a un no docente, a una docente y a dos alumnas. Los tres tienen heridas leves y están fuera de peligro.
Después de ser evacuados, los estudiantes, llenos de bronca, marcharon al día siguiente hacia la Demes (Dir. de Educación Media y Superior), exigiendo que solucionen de una vez por todas las condiciones edilicias de la institución.
Justamente hace un año, se había caído el ventilador de un curso y habían salido a protestar por la misma situación. En aquella oportunidad sólo repararon una mínima parte del colegio. Hoy los alumnos están exigiendo que lo arreglen todo.
El viernes 11, en asamblea, decidieron hacer una clase pública para el lunes a la mañana y una marcha a la tarde invitando a todos los padres, docentes y demás colegios de Córdoba. Entienden que esta situación no sólo la sufre el Carbó, sino muchos colegios más. El problema es grave: esta vez, la falta de presupuesto puso en peligro la vida de cientos de estudiantes secundarios y primarios. El ministro de Educación, Grahovac, dijo que hace 10 días habían hecho una inspección y el techo no era una urgencia. La realidad es que hay dos aulas y el salón de actos con peligro de derrumbe. ¿Qué estaban esperando para actuar?
Por ahora las clases están suspendidas, y los alumnos se niegan a ser reubicados en otras escuelas: “queremos que nos arreglen el colegio y no que nos reubiquen. Lo mismo pasó con el Olmos, fueron reubicando a los alumnos, lo vaciaron y hoy es un shopping”. ¡No queremos más shopping, queremos educación!
02 de octubre de 2010