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02 de octubre de 2010

Charlamos con Leonardo Cauzillo, delegado general adjunto del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, por la Lista Bermellón de ATE.

Los trabajadores del Instituto de Cine

Hoy 1252 / Por un Incaa de cara a las necesidades populares

El compañero nos cuenta cómo fue el camino que les permitió recuperar la Comisión Interna, y la lucha por un convenio colectivo sectorial de los trabajadores y votado en asamblea:
En junio de 2007 comenzamos a reclamar un aumento salarial de $ 500 para paliar los efectos de la inflación que ya golpeaba nuestros bolsillos. Pero la gestión de Jorge Alvarez desoyó nuestro reclamo y no tuvimos ni $ 500, ni aguinaldo extra, ni nada. Sólo percibimos el miserable 16,5% que el gobierno había pactado con la CGT. Entonces, el 25/1/08, frente al vacío de representación gremial, un grupo de compañeros de ATE junto a otros no afiliados o inclusive afiliados a otros sindicatos, nos autoconvocamos a una asamblea general.

Un camino asambleario
Este fue el puntapié inicial de un camino asambleario que continuó durante todo el año, donde junto a lo salarial fueron apareciendo otras problemáticas que ampliaron el programa de reivindicaciones. Por este camino logramos un aumento de $ 900, el pase a planta de los contratados, el pase al básico de $ 150 de vales alimenticios, mejoras en las condiciones de trabajo, y sobre todo imponer en la agenda de las autoridades la impostergable confección de convenio sectorial votado en asamblea.
La democracia, la pluralidad y el carácter resolutivo con que avanzaban las asambleas, aceleró la salida de Alvarez en marzo del 2008, entre denuncias y expedientes secuestrados por la justicia. Esta crisis institucional –casi un mes de acefalía–, nos encontró unidos en asamblea permanente y comenzando a discutir por primera vez y de conjunto cuál es el rol del Incaa.
De este proceso de luchas y conquistas fue naciendo el grupo de compañeros que hoy formamos la Lista Bermellón. A medida que se fortalecía la asamblea general de trabajadores, fuimos dando la lucha para lograr las elecciones en ATE-Incaa, que llevaban 2 años de demora. Finalmente, el 2/12 logramos que ATE-Capital diera las elecciones.
En una votación histórica, la Lista Bermellón, que fue la única que se presentó, obtuvo el 75% de los votos de los afiliados y unos 80 votos adherentes. A esta altura, en el Incaa nos encontrábamos en el momento más álgido del año: impidiendo la firma del convenio trucho (Sinep) y luchando por un convenio de los trabajadores votado en asamblea.
La primer paritaria
En marzo del 2008, el gobierno nacional nombra a Liliana Mazure como nueva presidenta del Incaa. Su caballito de batalla en los primeros meses fue "vamos a abrir las paritarias por el primer convenio sectorial del Incaa, y será votado por los trabajadores"; pero al mismo tiempo, manifestaba en una entrevista su preocupación por la estabilidad que goza el empleado público.
Sobre este doble discurso desembarcó la nueva gestión; mientras que los trabajadores, a través de una comisión nacida de las asambleas presionábamos con propuestas la apertura de la paritaria. Por fin, y a contramano del pacto que Cristina K firmaba con la CGT para cerrar las paritarias, el 17/10 logramos la apertura de nuestra primera paritaria.
Para nosotros esto es fundamental, no sólo porque tenemos varias modalidades de contrato, y con el convenio se pueden unificar bajo una sola que garantice la estabilidad, sino porque significa la oportunidad histórica de tener un convenio fundacional del Instituto de Cine, que respete y reconozca qué es y qué se hace en el Incaa, la función específica de cada compañero, su antigüedad y su experiencia, y sobre todo nuestro reconocimiento como trabajadores audiovisuales de la cultura nacional.
Pero la paritaria comenzó mal y siguió peor. Trataron de imponernos un convenio trucho de UPCN, rechazado hace más de dos años. Pasados dos meses las negociaciones se encontraban muy lejos del compromiso asumido por Mazure. Nada se había consultado a los trabajadores, ninguno de las propuestas surgidas de las asambleas y presentadas por ATE habían sido tenidas en cuenta, al mismo tiempo que se suspendían las reuniones técnicas que realizábamos con las autoridades en el Instituto. Todo esto bajo el silencio cómplice de UPCN.
Luego las autoridades presentan un nuevo borrador, una copia desmejorada del Sinep (convenio basura que el gobierno nacional firmó con UPCN), que no garantiza la estabilidad, no reconocen los agrupamientos por funciones ni la antigüedad, impide el desarrollo. Lo más insólito: no plantea un aumento real de salario, peor aún, propone un recorte salarial a futuro, para aquellos que entren después del la firma del convenio. Frente a las amenazas de firmarlo, el 19/12, con 100 compañeros, realizamos un acto repudio con corte de calle en las puertas del Incaa, que acto contó con el apoyo de SICA, DOCA, la Lista Violeta de ATE, Grupo Contraimagen, y la Comisión Directiva de ATE-Capital.
La gestión "nacional y popular" respondió con un plan de hostigamientos, marcando compañeros y realizando amenazas. La respuesta no se hizo esperar: a los pocos días vamos a otro acto de repudio en las puertas de la Enerc (escuela de cine del Incaa) donde la presidenta se encontraba encabezando un evento. Esa misma tarde nos comunican que el convenio trucho no se firma.
 
Pusimos al Incaa de pie
Fuimos recibidos por la presidenta del Incaa, quien garantizó la reapertura de las paritarias. Veremos cómo avanza, pero si las autoridades, el gobierno nacional y burocracia sindical insisten en firmar un convenio trucho a espaldas de los trabajadores, nos encontrarán luchando.
Esto es lo más importante a la hora de hacer un balance del 2008: los trabajadores del Incaa después de mucho tiempo dijimos basta y pusimos al Incaa de pie, aprendiendo a través de la experiencia directa que la única forma de alcanzar aquello que nos corresponde, es a través de la organización, la participación y la lucha. Esta es la gran escuela que hicimos este año. Las gestiones pasan, los trabajadores quedan.
Nosotros luchamos por un Incaa y una Enerc de los trabajadores y de cara a las necesidades audiovisuales de todo nuestro país.
Comienza un año muy difícil, y el Incaa no es una isla, la crisis ya está golpeando nuestras puertas. Frente a esto, desde la Bermellón impulsamos la unidad del sector audiovisual de nuestro país en un Frente de Trabajadores Audiovisuales, para enfrentar de conjunto esta crisis capitalista que quieren descargar sobre los trabajadores y comenzar a discutir cuáles son las políticas cinematográficas y audiovisuales que queremos y necesitamos en Argentina.