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11 de febrero de 2015

Desde hace unos meses los trabajadores de la Metalúrgica Acindar (Villa Constitución) vienen recorriendo un camino de intensa participación, debate y organización alrededor de las problemáticas generales como así también de las particularidades que surgen en la empresa.

Los trabajadores ponen un freno a Acindar

Villa Constitución, provincia de Santa Fe

Así lo demuestra la Asamblea general en noviembre del 2014 (hecho que no ocurría hace más de 5 años); la misma marcó las pautas generales sobre: impuesto a las Ganancias, tercerización y manual de recategorización. A esto se le ha sumado una importante e histórica lucha contra la política de la empresa de despedir sin causa a un compañero con enfermedad laboral demostrable, también se han pronunciado y elaborado medidas de lucha en contra de la tercerización de un sector importante de la empresa.
Estos hechos demuestran que los trabajadores están dispuestos a luchar. Sobre la base democrática de las asambleas por sectores, reuniones de delegados y participación se puede poner un freno al atropello de la empresa y también avanzar en las necesidades del movimiento obrero.
 
Un fin de año con lucha
El 29 de diciembre se produce el despido de un compañero quien, tras ausentarse de la empresa por una lesión laboral fue despedido sin causa al reintegrarse. La comisión interna llamó al cese de actividades y denunció que la empresa tomó la política de “desechar” a los trabajadores que se lesionen.
Fabián hace 12 años que trabaja en la planta que la empresa, ahora dependiente de la multinacional siderúrgica Arcelor Mittal, tiene en Villa Constitución provincia de Santa Fe. Tiene tres hijos, y un problema de rodilla provocado por el trabajo, que el obrero hace 5 meses empezó a solucionar con una operación que lo dejó fuera de su puesto durante ese tiempo.
La Comisión Interna y los trabajadores denunciaron que este no es un caso aislado. Si bien los balances del 2013 de la empresa hablan de un 4,39% de ausentismo, según miembros de la CI, este rondaría hoy en un 15% del cual el 10% está relacionado con enfermedades laborales provocadas por las mismas tareas, las condiciones y los ritmos de trabajo como tendinitis, epicondilitis, manguito rotador, etc.
De ahí la preocupación de los trabajadores que ven en este caso y en otros similares una política que tiende a extremar los ritmos de trabajo y, al lesionarse los trabajadores, sacarlos de la fábrica.
A esta altura del año la empresa se encontraba realizando una parada de rutina por mantenimiento y muchos compañeros estaban de vacaciones, la empresa entendió que era el momento de hacer pasar el despido. Sin embargo se encontraron con otra realidad, donde inmediatamente se definió parar la empresa por completo demostrando que la lucha era el camino para frenar el despido y dejando atrás las teorías de que ya no es momento de luchar sino de negociar como sostiene un sector del sindicato. Esta medida consiguió que Acindar suspendiera el despido y le diera vacaciones al compañero por 30 días, este triunfo ayudó a que el debate se extendiera a todos los compañeros y más allá de las versiones y rumores que intentaron deslizar sobre su conducta , se fue entendiendo que este despido no era una situación individual sino que le podía pasar a cualquiera y que se trataba del inicio de una política de la empresa de sacarse de encima a aquellos que por distintas enfermedades profesionales ya no le sirven. No somos material descartable y si el sector del compañero lo banca nosotros también. Esa idea fue la que comenzó a primar y luego de varias asambleas por sector estaba definido parar toda la fábrica si la empresa no retrocedía en su postura
El 5/2/15 sería la próxima instancia en el Ministerio de Trabajo, ya con el compromiso del gremio, la Comisión Interna y el conjunto de los trabajadores dispuestos a ir a la huelga si no había una respuesta favorable. Días previos se presentó un debate, parar antes o después de dicha reunión, se terminó definiendo respetar las instancias legales ya que  la participación del ministerio, del gremio y la interna era un logro y que si bien las presiones sobre el compañero eran reales también lo era el apoyo del conjunto de los compañeros.
 Lamentablemente el desenlace no fue el esperado, el compañero término arreglando su retiro con la empresa por un monto muy superior a lo que le habían ofrecido previamente, esta actitud individual y economicista fue un golpe muy duro y aparentaba poner fin al conflicto. Sin embargo los trabajadores dieron otra muestra de que esto era algo mucho más profundo y que no se trataba de un caso individual y el día siguiente pararon la fábrica.
Así mismo esta situación dejó varios aspectos para analizar: primero, el despido que pasaría sin pena ni gloria no fue tal y el conflicto se extendió más de un mes con debates profundos, asambleas y con un crecimiento en la participación de los compañeros que fue desnudando la política de la empresa; segundo, Acindar tiene plata, ya que tuvo que ofrecer casi 4 veces más de la propuesta inicial; tercero, el movimiento obrero en su conjunto se fortaleció.
 
Tras el acuerdo, igual Acindar parada
Luego de que el compañero aceptara un acuerdo con la empresa y dejara pagando a la lucha que venían emprendiendo sus compañeros, estos demostraron la calidad de la lucha y la justeza del reclamo, entendieron que había que ponerle un freno a la empresa, y como es costumbre sana, con muchos debates que incluso continúan, con asambleas por sector y con una asamblea general se decidió parar por 24 horas. Un paro en contra del cambio de política de la empresa de despedir a quien ya no le sirve, un paro para poner un freno a quienes tienen como variable de ajuste a los trabajadores, que ahora cuando se ven las consecuencias de los ritmas de producción, empiezan a aparecer en los libros contables de la multinacional como perdidas que deben ser desechadas. 
Las ventas netas de Acindar aumentaron en un 24,9% entre aquel 2012 y el 2013, alcanzando los $7.496,4 millones para el ejercicio cerrado al 31 de diciembre de 2013 comparado con $6.202,6 millones para el ejercicio 2012. Los $1.293,8 millones de diferencia se lograron con la misma cantidad de trabajadores, pero aumentando brutalmente los ritmos de producción.
 Un paro en contra del “descarte de obreros rotos” por la patronal, parte del endurecimiento de las patronales que incrementaron el ritmo de producción y si te lastimas te despiden, aunque se trate de enfermedades laborales” o indirectamente intentan deshacerse con retiros voluntarios. Esta actitud demuestra cuál es el verdadero carácter de las empresas que te usan, te exprimen y después te tiran a la calle, pero eso se contrarresta con la lucha.
 Si estamos de acuerdo que las causas son justas, nuestra principal herramienta es la lucha.