Desde los duros acontecimientos vividos en Bariloche como fueron los femicidios de Ruth Sagaut, Natalia Báez y Micaela Bravo, en solo 11 días, el conjunto del pueblo conmovido y las mujeres en particular tomamos la iniciativa de la lucha en toda su magnitud, para frenar la violencia contra las mujeres. En esos días realizamos múltiples movilizaciones desde el Alto de la ciudad hasta el Centro Cívico y hacia el edificio del Poder Judicial exigiendo justicia por las jóvenes asesinadas y políticas reales de prevención y erradicación de la violencia, medidas imposibles de implementar desde un Estado colapsado, sostenido en el mejor de los casos gracias al compromiso de sus trabajadoras/es.
Por eso, desde la primera y masiva movilización propusimos a los gobiernos que se hagan cargo, que tomen nota de la gran deuda que tienen con el conjunto de las mujeres y se pongan a la cabeza de los reclamos. Como primera medida solicitamos a los concejales y legisladores presentes se dispongan a declarar la Emergencia en violencia contra las mujeres en todo el territorio rionegrino; solicitud que a su vez está expresada en la Ordenanza 2369-CM 12 que declara la Emergencia en Violencia contra las mujeres desde el año 2012 en S. C. de Bariloche, prorrogada hasta el año 2017 en forma unánime por el Concejo deliberante de nuestra ciudad.
Al calor de la lucha y desde la más amplia unidad sucedieron hechos muy significativos para el movimiento de mujeres:
Constituimos la Mesa de Enlace contra las violencias hacia las mujeres, instancia de coordinación de la lucha, constituyéndose un mecanismo donde la Justicia tuvo que explicar su accionar.
El 3 de mayo, aniversario de la ciudad, nos expresamos en el desfile con una bandera Declaración de Emergencia contra la violencia hacia las mujeres, manifestación emocionantemente aplaudida por todos los vecinos presentes en ese desfile, bandera expuesta al palco de funcionarios: intendente, gobernador, ministros, legisladores, quienes no pudieron eludir ese contundente reclamo.
Ante un nuevo episodio de violencia donde fue quemada por su ex pareja una vecina, nos concentramos en el hospital zonal, donde realizamos una asamblea junto a los familiares de la mujer víctima, trabajadoras del hospital zonal que sufren acoso en sus ámbitos laborales, instancia a la que se sumaron mujeres, madres, hermanas, relatando episodios terribles de violencia, donde predominan el desamparo, la incertidumbre y la desesperación, ante una contención y un accionar por parte del Estado que no llega.
Así el conjunto del movimiento de mujeres junto a sindicatos y funcionarios fue haciendo propio el reclamo por la Emergencia, tanto a nivel provincial como Nacional. Contamos en Río Negro con el firme compromiso de la senadora Magdalena Odarda, quien abrazó nuestra lucha y puso la discusión en las comisiones del Senado para destrabar este reclamo que ya tiene 10 años, y que el gobierno anterior no quiso escuchar.
Tampoco esta pelea es sencilla ahora, pero la media sanción del Proyecto de Declaración de Emergencia, por unanimidad y al calor de la extraordinaria manifestación nacional del 3 de junio, nos coloca a las mujeres en mejores condiciones para seguir peleando por lo que merecemos: una vida sin violencia. ¡Vamos ahora por la aprobación de esta ley en diputados, y por las emergencias en cada provincia y en cada municipio!