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15 de mayo de 2014

Luchas y elecciones

Editorial

Asistimos a un debilitamiento del gobierno de Cristina Kirchner. Las causas son múltiples. Su política entreguista, corrupta y represiva se va desenmascarando, a pesar del disfraz populista y demagógico sostenido hasta las últimas consecuencias.

Asistimos a un debilitamiento del gobierno de Cristina Kirchner. Las causas son múltiples. Su política entreguista, corrupta y represiva se va desenmascarando, a pesar del disfraz populista y demagógico sostenido hasta las últimas consecuencias.
Con esto ha tenido que ver el devenir de la situación económica, que pasó de la bonanza, a sufrir mayores dificultades. Una inflación imparable -como principal problema-, unida a una inseguridad creciente con su ligazón con el narcotráfico, inestabilidad económica que conlleva falta de inversiones han sido las constantes de la última etapa.
Esto es inseparable de la situación internacional. Los sucesos de Ucrania, Venezuela, Siria, evidencian la agudización de las contradicciones interimperialistas, especialmente entre los yanquis y los rusos.
Esta situación ha provocado el aumento del malhumor popular. Innumerables luchas reivindicativas, sobre todo por salarios y por los derechos humanos, han jalonado el último período. Las masas obreras y populares defienden sus condiciones de vida, y luchan por avanzar con medidas nacionales y populares. Las masas defienden las conquistas que arrancaron con su combate y pugnan por avanzar. No quieren retroceder y enfrentan la política K de ajuste.
Tal situación ha generado un deterioro del gobierno en el plano electoral,  donde ha bajado más de la mitad de sus votos. El pueblo ha combinado sus luchas con el castigo electoral. Es decir, lo reivindicativo con lo político. Se ha producido una división en las fuerzas que apoyaban al gobierno. El peronismo se ha escindido, y la división producida por un sector que ha devenido opositor ha ganado las elecciones en la provincia de Buenos Aires.. 
Hay sectores, críticos blandos del gobierno, que no se alegran por ello, argumentando que lo que ganó es peor que lo que estaba.
Ese es un análisis equivocado. Hoy, es precisamente  el gobierno K quien expresa lo hegemónico de las clases dominantes. Por eso su  derrota abre el camino al avance popular.
Los  sectores de las clases dominantes que están en la oposición, tratarán de dirigirla, y arrastrar tras ellos a la centroizquierda –izquierda. 
Pero eso es un segundo round. De no haberse debilitado el gobierno, no hubiera sido posible que las fuerzas populares tuvieran esa nueva oportunidad.
Por eso, la verdadera izquierda debe seguir luchando contra el gobierno desde sus propias posiciones, pues esto ampliará su espacio, deberá criticar a los sectores de clase dominante opositores y no dejarse arrastrar a la cola de la oposición de derecha.
La verdadera izquierda, encabezada por nuestro partido, debe para ello, combinar la lucha social con la lucha política y electoral, atendiendo, asimismo, a cambios bruscos de la situación política que se produzcan.
Es clave, para lograrlo, la personería electoral nacional del PTP.
Sin la personería, las posibilidades de independencia de la izquierda se achicarán y la tarea será mucho más dificultosa. 
Es esencial culminar rápidamente la consecución de este objetivo.
Nuestra política debe tener en cuenta las más amplias alianzas de oposición con un programa nacional y popular. Debemos realizar crítica y debate, respetuoso, con los sectores influenciados por el kirchnerismo, sobre todo en la juventud.  Es necesario ganar a los jóvenes que se van desencantando del kirchnerismo. No se trata de conciliar con ellos, sino de plantear un debate sin chicanas, discutiendo objetivamente la política del gobierno y a quien representa.
Por otra parte, es clave conformar una alianza de izquierda-centro izquierda electoral, nacional y popular, donde nuestro papel crecerá con la personería. Hay sectores que votaron a la oposición trotskista, buscando golpear por izquierda al gobierno. Esta oposición tiene una línea que aisla a la clase obrera, en lugar de trabajar para que la clase obrera unifique y dirija a todas las fuerzas antioligárquicas y antiimperialistas. Por ello no es casual que las clases dominantes y sus grandes medios de difusión muestren una inocultable preferencia por esa izquierda.
En el centro de la alianza que proponemos estarán partidos con los que compartimos posiciones comunes en la lucha sindical y social (CTA y otros): Unidad Popular, Buenos Aires para Todos, grupos autónomos del Frente del Sur, MST y otros.
Es indispensable apurar esa alianza en el terreno electoral para presentar una alternativa nacional de oposición verdaderamente de izquierda.
Otra gran tarea es atraer a nuestro lado a fuerzas peronistas que han roto con el kirchnerismo. En primer lugar fuerzas sindicales que oscilan hacia la oposición de derecha.. 
Es indudable que las condiciones para el crecimiento de las fuerzas populares son excelentes.
Para garantizar esto debemos mantener la independencia política, y desplegar amplias alianzas, verdaderamente populares, que puedan avanzar en todos los terrenos. Para todo ello es clave la personería nacional del PTP.
 
20 de marzo de 2014.