Noticias

16 de julio de 2014

Luego de la entrevista del embajador argentino con Stalin

Breves de la historia Argentina

 El 7 de febrero de 1953 Stalin recibió al embajador argentino Leopoldo Bravo, cuyo resumen hemos abordado en la nota anterior. La noticia impactó en la prensa de varios lugares del mundo y, también, en la comunidad diplomática de Moscú. 
     En ese momento histórico, de los países latinoamericanos solamente Uruguay, México y Argentina, mantenían relaciones con Moscú.

 El 7 de febrero de 1953 Stalin recibió al embajador argentino Leopoldo Bravo, cuyo resumen hemos abordado en la nota anterior. La noticia impactó en la prensa de varios lugares del mundo y, también, en la comunidad diplomática de Moscú. 
     En ese momento histórico, de los países latinoamericanos solamente Uruguay, México y Argentina, mantenían relaciones con Moscú.
Stalin, a lo largo de años, había recibido solamente al embajador de Francia y al embajador de la India. A este último cuando se despidió del cargo diplomático para asumir como vicepresidente de la India, un país de proclamada neutralidad. Al embajador de Estados Unidos no lo recibió nunca.
Con este panorama nacieron intentos de explicar políticamente la entrevista con el embajador argentino. Esa misma noche, la radio dio la noticia de la entrevista, tanto los periodistas como los diplomáticos comenzaron a llamar a la Embajada. 
La reunión se había convertido en un acontecimiento político, y muchos se formulaban preguntas. Todos partían del concepto de que Stalin no convocaba a un embajador solo para mandar saludos a un presidente.
La revista británica The World Today comentó la entrevista como un acto de independencia del gobierno peronista frente a Estados Unidos, en un artículo titulado “Stalin and Bravo”, del 3 de marzo de l953. El corresponsal de Associated Press, Eddy Gilmore, dejó entrever que una mediación en la guerra de Corea estuvo en la mesa, como posibilidad futura.
Bravo no dio conferencia de prensa, se limitó a dar un comunicado de la embajada donde confirmaba la entrevista y señalaba el deseo de estrechar relaciones en el campo económico, y que las gestiones en ese sentido se habían iniciado en Buenos Aires ante el embajador de la URSS, señalando además el intercambio de saludos.
El embajador dejó pasar varias décadas, hasta que, durante el gobierno de Alfonsín, diera algunos detalles más de lo conversado en la entrevista. Temas todos interesantes para entender el juego del momento, y un acto de relativa independencia del gobierno peronista, pero no podemos saber si se trataron solamente esos temas o existieron otros.
Solamente tomamos nota de que algunos detalles los dio Bravo cuando los otros dos integrantes de la entrevista estaban muertos.
El primer embajador de la URSS en Buenos Aires, Mikhail Sergheev, también relató cómo se vivieron esos tiempos recién en 1985, en un artículo titulado “Memorias del primer embajador soviético en Argentina”.