José Guzmán, papá de Lucas
“A tres años nos sigue marcando el operativo que montó la justicia kirchnerista, de jugar con nosotros liberando a Chabán, con la asunción de Aníbal Ibarra. Intentaron dividirnos, quebrarnos, y nada de eso lograron. Estamos fortalecidos, unidos, apoyados por la sociedad para que esto no vuelva a ocurrir. La masacre de Cromañón no va a quedar en la impunidad porque nosotros vamos a luchar hasta lograr cárcel a los responsables políticos y materiales de la masacre, Ibarra, Chabán y todos lo funcionarios con responsabilidad, ese es nuestro objetivo principal. Yo sabía que nuestra lucha iba a ser larga, profunda y dura pero no van a conseguir que bajemos los brazos”.
Miriam, mamá de David
“A tres años de la pérdida de David, estoy más descreída de la justicia, a mí me arrancaron lo mejor que tenía; seguimos padeciendo inconciencia por parte de los jueces y del Estado que no cuida a los jóvenes. Todos los días estamos denunciando las irregularidades, los boliches que funcionan mal. Esta lucha es para que todos tengamos la seguridad de poder mandar a nuestros hijos a divertirse y que no nos lo devuelvan en un cajón como nos pasó hace 3 años.
Vamos a seguir luchando, porque tenemos la verdad y la fuerza que nos dan nuestros hijos, y no vamos a parar hasta ver la justicia a pesar de que sabemos que si nosotros no estamos pendientes y atrás de ella, no se va a lograr. Por eso nos unimos y nos afianzamos entre los padres, nos damos fuerza mutuamente y también nos da fuerza la cantidad de gente que está con esta lucha.
Nilda, mamá de Mariano
Cuesta mucho decir 3 años, yo tengo la cabeza clavada en el 30/12 del 2004, es como un sueño, estamos ahí todavía. Estamos tratando de que no pase nunca más, porque si no pasa nunca más uno va a pensar que no murieron en vano. Si no hay justicia van a ser otras madres las que salgan a luchar como nosotras. Necesitamos justicia para los que están con vida. Nadie puede sacarle un hijo a una madre así… porque nosotras lo llevamos nueve meses adentro, lo vimos crecer lo cuidamos y le dimos todo…
Mariano estaba muy cerca de mí, no sabés la necesidad que tengo de estar con él, su ausencia es algo que me está aniquilando. Hoy siento una tristeza muy profunda pero hay que sobreponerse y seguir, aunque la tristeza te agobie, hay que seguir levantando la cabeza y luchando porque ¡mirá la cantidad de jóvenes que hay acá! Ellos merecen justicia, muchos de ellos estuvieron ahí adentro, y por algo están hoy marchando acá.
Es importante que hoy, un 30 de diciembre más nos encontramos con muchísima gente caminando hasta donde comenzó nuestro dolor, hasta el lugar de donde nunca pudimos salir y de donde partió lo que hacemos hoy: luchar, luchar y luchar para que la impunidad no nos gane.