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26 de octubre de 2011

El 1 de noviembre se cumple un nuevo aniversario del secuestro y posterior desaparición de Manuel Guerra, nuestro querido Quebracho.

Manuel Guerra “Quebracho”

Hoy 1392 / Vive en cada compañero

Al momento de su secuestro, el 1 de noviembre de 1977, Quebracho era secretario de Organización del Comité Central de la Juventud Comunista Revolucionaria (JCR).
Nacido en Santiago del Estero, fue a estudiar y trabajar en Córdoba, donde adhirió a las ideas del comunismo revolucionario. Fue un activo luchador en el movimiento estudiantil secundario y luego en el Smata Córdoba dirigido por René Salamanca, donde comenzó a organizar la Comisión Juvenil del gremio.

Al momento de su secuestro, el 1 de noviembre de 1977, Quebracho era secretario de Organización del Comité Central de la Juventud Comunista Revolucionaria (JCR).
Nacido en Santiago del Estero, fue a estudiar y trabajar en Córdoba, donde adhirió a las ideas del comunismo revolucionario. Fue un activo luchador en el movimiento estudiantil secundario y luego en el Smata Córdoba dirigido por René Salamanca, donde comenzó a organizar la Comisión Juvenil del gremio.
Revolucionario en las aulas, clasista en la fábrica, estuvo en la primera línea de la lucha contra el golpe de Estado de marzo de 1976. Y después contra la dictadura videlista, la que lo secuestró mientras participaba en la organización del histórico paro de los trabajadores ferroviarios de noviembre de 1977.

 

Para Quebracho era una alegría luchar

En el 2005, durante un homenaje realizado por la JCR a Quebracho, su compañera Teresita Castrillejo contaba que “…Empezamos a leer, se los recomiendo, de Julius Fusick, Reportaje al pie del patíbulo, y nos impresionó el optimismo de un hombre que estaba siendo destruido desde lo físico, pero con optimismo y alegría y él [Quebracho] dijo: es que es una alegría luchar. Nos preguntamos –ahí el Facu era muy chiquito– ¿qué vamos a hacer si nos agarran? y él me dijo “Hay que dar la vida, no hay que hablar nada para defender al Partido”, y yo digo “¿y si nos agarran con Facu?”, “no hay que hablar nada, no hay que hablar nada”. Quebracho no dijo nada, por eso luego que lo agarran se siguen juntando en las mismas casas”.
Esa es quizás la enseñanza mayor, entre muchas, que nos dejó Manuel Guerra, un ejemplo para las nuevas y viejas camadas de revolucionarios, que como todos los años reiteramos nuestro compromiso de llevar adelante las banderas por las que Quebracho dio su vida.