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18 de marzo de 2015

Un Estado sin pesca nada puede sobre el mar. Manuel Belgrano.

¿Mar Argentino o Mar Argenchino?

La entrega de nuestra soberanía

En materia pesquera no hay “compatibilidad recíproca con China”. La potencia asiática es el principal productor pesquero del mundo. Captura cincuenta veces más que nuestro país y cuenta con la mayor flota de buques pesqueros del mundo. Es una flota imperialista que necesita caladeros (zonas de riqueza pesquera) en el mundo. El gobierno abre las puertas de nuestro mar sin ningún tipo de límites y restricciones, utiliza a la pesca como moneda de cambio y oculta su importancia estratégica. La pesca es una industria elaboradora de productos en la que compiten varios mercados del mundo y que desde finales de la década del ochenta equiparó, y hasta sobrepasó, en exportación a las carnes rojas. 
Es una industria clave para la ocupación del territorio y para lograr la soberanía alimentaria. Varios imperialismos disputan el mar argentino y sus riquezas. Los españoles que dominaron la actividad están en retirada y los chinos avanzan con ayuda del kirchnerismo. Es tarea de todo el pueblo argentino defender la soberanía sobre el mar y sus recursos. La consigna “Ni amo nuevo, ni amo viejo” cobra una utilidad política fundamental en esta área. 
 
Quieren convertir a nuestros astilleros en talleres de chapa y pintura 
Como China está lejos, necesita establecer acuerdos para reparar su flota depredadora en puertos cercanos al recurso. En el año 2010 con movilizaciones y apoyo de distintos sectores, logramos frenar los acuerdos de reparaciones que pretendía firmar el gobierno argentino con su par chino. Esto fue muy importante ya que el objetivo era convertir a nuestro país en el taller de pintura de la flota que depreda, ilegalmente, nuestro calamar y otras especies migratorias en la milla 201 y dentro de la Zona Económica Exclusiva Argentina. El subsecretario de Puertos y Vías navegables, también dueño del astillero SPI, Horacio Tetamantti fue uno de los más activos promotores de este acuerdo entreguista. Un acuerdo inédito que en sus fundamentos planteaba, entre otras burlas, que “el acuerdo era reciproco”, es decir, que Argentina también podía reparar su flota en los astilleros chinos. Una verdadera tomada de pelo. 
 
Vienen por el recurso y los puertos
 No contentos con esta derrota, el gobierno y los chinos contraatacaron. Lograron darle a China el negocio del dragado y el refulado (extracción de arena para generar profundidad y canales de navegación) de varios puertos del país. Tarea que, tranquilamente, podría haber hecho el Estado Argentino si se dispusiera a reparar las 5 dragas que tiene inactivas. Los chinos también están detrás de varios proyectos de ampliación y modernización de varios puertos del litoral marítimo. 
En enero del 2010, el entonces ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, firmó la Resolución 5/10 que autorizaba a suscribir un “Acuerdo de Cooperación sobre Pesca” con el Ministerio de Agricultura de China. A pocos meses de esta firma ingresaron 10 buques poteros (buques pesqueros destinados al calamar) chinos. Esta flota se duplicó el año pasado. La única condición que puso el Estado argentino es la misma que para todos los poteros que explotan nuestro mar: producir el 10% de la captura de esta flota en tierra. Es descarada la entrega. Inglaterra se llevaba el ganado en pie, China  se lleva el poroto de soja, el petróleo crudo y el pescado entero. 
Desde el punto de vista comercial, China es uno de los destinos que menor valor le otorga a nuestros productos. En el año 2014 exportamos por un valor de 1.300 dólares la tonelada. A Italia fue de 4.500 dólares solo para tener una comparación. Llevan pescado entero sin procesar, principalmente corvina, pescadilla y calamar. Elaborar estos productos en tierra implicaría generar miles de puestos de trabajo. Por otro lado, los aranceles para nuestros productos pesqueros son altísimos mientras que nosotros no cobramos nada por ingreso de su flota. Es una relación totalmente desigual en esta actividad.
 
Controlan el calamar y vienen por la merluza y el langostino 
Ya controlan el calamar y vienen por la merluza y el langostino. Avanzan en la compra de acciones en empresas y en el desarrollo de las propias: Newsan (una firma con mayoría de capitales y tecnología chinas) tiene cinco plantas con 400 empleados en Comodoro Rivadavia, Trelew y Puerto Madryn. Tiene una flota de quince barcos y exportaciones anuales de alrededor de 1.600 toneladas de camarones congelados y 2.000 toneladas de merluza congelada transformándose el año pasado en el principal exportador. Además de quedarse con Vieyra S.A., la fallida empresa estatizada por el kircherismo en Santa Cruz. Van por todo. Compraron Pereyra (Shanghai Fisheries) y Alpesca (Res Chambers Group) en Chubut y algunos hablan que se quedarían con la planta de Solimeno (Irala) en el puerto de Mar del Plata. Además, tienen el monopolio del calamar en nuestro país y manejan gran parte de la exportación a África del Variado Costero. Avanzan con la compra de empresas en lugares claves de traslado y congelamiento de especies costeras como Lavalle y Santa Teresita.
 
Paga la clase obrera
El acuerdo pesquero con China significa, en términos directos, la pérdida de puestos de trabajo. Profundiza lo peor de la matriz productiva extractivista exportadora impulsada desde la dictadura y consolidada en los gobiernos de Alfonsín, Menem y los Kirchner. Desde el 2012 se han perdido sólo en el Puerto de Mar del Plata alrededor de 3.000 puestos de trabajo. Este año empezó con importantes luchas en todas las ramas de la industria a causa de la falta de producción. 
Los convenios marco firmados con la URSS y Bulgaria durante el gobierno de Alfonsín y los firmados con la UE durante la presidencia de Menem fueron una muestra de las consecuencias nefastas que traen este tipo de acuerdos en materia de preservación del recurso, sostenimiento del empleo, desarrollo industrial y naval de nuestros puertos. El maltrato y las condiciones de semi esclavitud a la que son sometidos los tripulantes de los barcos de empresas chinas como Chiarapesca dan muestra del afán de lucro, la voracidad de esta potencia y el desprecio a los trabajadores. 
 
Un frente y un programa para terminar con esta política pesquera 
Es crucial unir un gran frente que exija: que se declare la emergencia socio ocupacional en el puerto de Mar del Plata en todas las ramas que componen la industria; una ley que establezca la prohibición de la exportación de pescado entero como viene planteando el Frente Popular; la urgente renovación de la flota pesquera con construcciones nacionales que vienen exigiendo los trabajadores navales; la reapertura del Mercado Concentrador pesquero en el puerto de Mar del Plata para todas las especies y no solo para el variado pesquero. Lograr estos puntos sería un gran paso para enfrentar la crisis y acumular fuerzas para imponer un programa que barra definitivamente con esta política pesquera. 
 
El gobierno profundiza la entrega 
El gobierno sigue entregando descaradamente proteínas tan necesarias para alimentar a una población con graves problemas de nutrición. Sigue entregando un recurso clave para resolver el hambre de millones de argentinos. Está entregando la soberanía del territorio más extenso de nuestra patria que es el Mar Argentino, rico en recursos minerales, ictícolas y estratégicos. Está entregando nuestra soberanía sobre un espacio fundamental para recuperar nuestras Islas Malvinas y para defender el territorio antártico. n 
 
Matias Maciel. Secretario del PCR, regional Mar del Plata. 
 
escribe Matias Maciel*