Marcelo Mindlin volvió a ser noticia la semana pasada cuando se supo por el diario norteamericano The New York Times, que había servido de nexo entre el gobierno macrista y el fondo buitre Elliott. “En enero Mindlin viajó al Foro Económico Mundial de Davos y se reunió con el presidente, Mauricio Macri. De acuerdo con The New York Times, los ejecutivos de Elliott también se encontraron con Mindlin durante su viaje a Suiza” (Clarín, 25/4/16). Anteriormente también se supo, con motivo de la visita de Macri a su amigo el magnate inglés Joseph Lewis, que éste es accionista minoritario de la empresa insignia de Mindlin, Pampa Energía (conocida en el Area Metropolitana por su distribuidora Edenor).
La divulgación de estos hechos tal vez tenga que ver con la disputa interimperialista en el sector petrolero, pues desde comienzos de año Marcelo Mindlin viene avanzando en la compra del 63% de Petrobras Argentina (PESA), de propiedad de la petrolera estatal brasileña que preside Luiz Nelson Guedes de Carvalho (el otro 37% cotiza en la bolsa). Esto después de la reunión de Mindlin con Macri en Davos en enero, y tras lograr un paraguas para sus negocios energéticos gracias a los aumentos en las tarifas de luz.
Marcelo Mindlin, ex muchacho de la juventud del PC prorruso (la Fede), fue socio de Eduardo Elsztain y de George Soros en la década de 1990. Tras su separación de ambos, en la “década ganada” Mindlin creció de la mano de Néstor Kirchner, gracias a quien pudo asegurarse que los intereses en Argentina de la francesa EDF pasaran sin sobresaltos a lo que después fue Grupo Pampa. Actualmente Pampa Energía es la mayor empresa integrada de Argentina y produce el 8% de la electricidad, según su sitio web. Controla Transener, que opera la mayor línea de transmisión de energía de alta tensión del país y donde Petrobras tuvo participación. También es accionista de Transportadora de Gas del Sur (TGS), controlada por el grupo brasileño.
El dueño de Pampa Energía ofertó a Petrobras u$s1.200 millones para quedarse con una refinería en Bahía Blanca; más de 100 estaciones de servicio; acciones en Transportadora Gas del Sur (TGS), la central térmica Genelba y la hidroeléctrica Pichi Picún Leifú y varias plantas petroquímicas en Bahía Blanca y Santa Fe. Son casi los últimos activos que Petrobras controla en Argentina pues, en 2011, le había vendido a Cristóbal López la refinería San Lorenzo y 365 estaciones de servicio, por u$s110 millones que, por “razones de imagen empresarial” intentó “ceder”, junto al área de Medios, a su socio minoritario y ex mano derecha Fabián De Sousa (El anuncio se hizo días antes que se revelara la refinanciación de deudas por miles de millones de pesos por parte de la AFIP, por lo que “la separación” está ahora en suspenso). Así, a Petrobras sólo le quedarán algunos pozos petroleros. La semana pasada, el directorio de Petrobras extendió a Mindlin la exclusividad para negociar por otros 30 días.
Mindlin pretende fusionar PESA con su propia compañía, Petrolera Pampa. Su principal interés radica en el negocio del gas, aunque con PESA, Mindlin se convertirá en un importante jugador en el negocio de los hidrocarburos.
Petrolera Pampa, actualmente, produce casi 2,5 millones de metros cúbicos diarios de gas de arenas compactas en el bloque Rincón del Mangrullo. Está ubicada entre las 10 mayores productoras del fluido de la Argentina y busca alcanzar hasta 2,8 MMm3 diarios durante el primer trimestre de este año. La incorporación de PESA tiene que ver también con que el gobierno de Mauricio Macri sigue subsidiando a las operadoras petroleras con el precio del barril muy por encima del internacional, lo cual hace atractivo este negocio.
Actualmente Argentina tiene el barril de petróleo más caro del mundo porque la cotización para los productores sigue regulada por la Secretaría de Energía a un precio entre u$s67 y u$s68. De hecho, Mindlin tiene un plan para expandir sus operaciones con Pampa Energía que prevé inversiones para el 2015-2017 por u$s450 millones distribuidos en sus diferentes áreas de negocios. Incluso en enero informó sobre la emisión de Obligaciones Negociables (ON) por u$s600 millones para financiar las actividades de Petrolera Pampa.