Como todos los años la concentración de las delegaciones comenzó el jueves 28 arribando al Seminario metropolitano. Algunas viajaron 24 horas, con lluvias y temperaturas muy bajas, inusuales para esta época. Una elevada conciencia de clase y política desafió las adversidades y volvió a ganar las calles de Asunción. En el lugar de acampe había una enorme carpa destinada a mostrar lo que es el corazón del hogar campesino: la cocina, el fogón, ollas, utensilios, pailas, morteros, bateas de amasar, junto a los alimentos. Allí también se mostró el otro aspecto de este lugar, donde se desenvuelve la mujer y que a la vez es símbolo de su opresión, una parte más de la red que la ata, la oprime y la somete al hombre. Había carteles que grafican, explican y desnudan cada uno de esos conceptos.
Tras el almuerzo de un guiso, un descanso y a partir de las cuatro comenzó un grupo de compañeros a cantar, arengando con consignas y preparando la presentación de números artísticos para las seis de la tarde. Dicho por un dirigente: “El concepto es que para la Marcha nadie nos viene a divertir sino que con nuestra propia cultura, que la llevamos adentro venimos a expresarnos”. Cada grupo de folclore con sus letras denunciaba la realidad campesina. Música, danzas y recitado de poemas. Participan y lo protagonizan niños junto a los adultos. Se destaca siempre de fondo la música de canciones patrióticas (como la Marcha Verde Olivo). No faltó el saludo y las dedicatorias a la delegación argentina.
El arranque
El viernes 29 la actividad para la cocina se inició a las tres de la mañana y se sirvió el desayuno a las seis. Largas colas para el cocido con galleta y un guisito rápido. A las ocho y con un ordenamiento que se informa por parlantes, las distintas zonas van ocupando sus lugares. Esto que aparece desordenado lleva semanas previas de discusión. Funciona acompañando todo este evento una guardería que se ocupa de los niños. La cabecera en esta oportunidad la ocupa la zona de San Pedro, tanto los niños como adultos llevan un garrote como símbolo de la lucha campesina. Había un colectivo para llevar a los chicos menores de seis años, los demás -hasta los doce años- iban marchando agrupados. Los jóvenes de trece a diecinueve años, unos quinientos, formaron una ruidosa columna juvenil que se sumó al recorrido de la Marcha con una bienvenida de la columna principal.
Ya en camino y con una cuidadosa organización, con arengas, agitación y canciones patrióticas se iba explicando el programa a través de consignas. A unas quince cuadras de lugar de partida, sobre un puente, esperaba la Corriente Sindical Clasista, que se pliega a la Marcha y allí truenan las consignas multitudinarias: “¿cuál es la consigna compañeros? la unidad obrero campesina” y se repite: “alerta, alerta que camina el antiimperialismo por América Latina”; “Reforma agraria urgente y necesaria”; “Aquí, allá la lucha triunfará”; “Pueblo que escucha únete a la lucha”; “Viva la ciudadanía asunceña”; “Ocupar, resistir, producir; luchando, forjando poder popular”; “Se vive se siente mujer está presente”; “Luchar vencer o morir”; “Tierra, salud, educación, ocupación la solución”; “Arriba, abajo sojización al carajo”; “Mujer camina la lucha no termina”; “Mujeres en la lucha, mujeres en acción, mujeres con el pueblo por la revolución; “Naranja apepú Lugo yjapú (mentiroso)”.
Tres horas de marcha
El desarrollo de la marcha insumió dos horas tras unas cincuenta cuadras y se hizo el acto frente al Congreso Nacional. En el escenario un cartel de fondo anunciaba la “19º Marcha del campesinado pobre” con tres consignas: Reforma agraria, seguro agrícola, y desarrollo nacional; y se canta el himno nacional. Luego se saludó la presencia del PCR de Argentina con la letra de la canción Amanecer Campesino, y dos niñas bailan una danza. Luego habló Marta Martínez en nombre de la Asamblea de Inmigrantes Paraguayos en Argentina, denuncia la presencia de tres millones de migrantes radicados en nuestro país, “nos dijeron (por Lugo) que podíamos volver, que se iban a crear fuentes de trabajo, que iba a haber reforma agraria, pero nada de eso ocurrió, por eso cada vez más emigran de nuestro país por hambre. No nos vamos a quedar de brazos cruzados en esta lucha agraria que es la única solución de fondo en nuestro país”.
Posteriormente un compañero de la Unión Campesina de Corrientes (Argentina), leyó un saludo y volvieron a oírse las consignas antiimperialistas. Habló Ermo Rodríguez por la OTEP-SN (docentes), y trajo el saludo de la clase obrera y de los trabajadores en general. Refutó el apriete del gobierno reafirmando que “levantamos los garrotes como símbolo de la lucha, de nuestra democracia y de la lucha por la libertad, pero ni el frío ni la lluvia ni los aprietes van a detener esta conciencia, este sufrimiento, esta dignidad, eso somos nosotros. El campesinado es la esperanza que esboza el camino de la lucha por la liberación de un Paraguay mejor. Cada lucha nosotros la vemos como una semilla. Nuestro pueblo deambula en la miseria y las necesidades de todos los días, y ven cómo los políticos se pelean por cargos, prebendas y por las tierras. Así no se saca al pueblo de la miseria. Nosotros tenemos un gran debate, pero nos trae una luz para que los compañeros cambien y transformemos la realidad con la lucha. Vamos a luchar contra el latifundio con los sin tierra. No puede ser que unos cuantos tengan todo y la mayoría nada. Por el seguro agrícola, desarrollo nacional, para exigirle al Estado que tenga una política porque nosotros somos los que producimos para el país”.
“El objetivo que nos mueve es la reforma agraria”
Cerró el acto Teodolina Villalba, secretaria general de la Federación Nacional Campesina elegida en el 7º Congreso. Dio un saludo combativo y especial para las compañeras y compañeros que a pesar de la sequía, de la miseria, el frío y las lluvias, llegaron para la Marcha. Dijo que “estamos claros y conscientes que el objetivo que nos mueve es la reforma agraria, el gobierno habla de seguro agrícola, de desarrollo, asistencia, pero no es para nosotros, no es para los pobres del campo, es para ellos. Con este gobierno no hay industrialización, se han ido casi todas las desmotadoras de algodón, quedan dos o tres. Le decimos al gobierno: no nos den víveres para callarnos, porque el campesino debe producir su propio alimento. A través del debate nosotros vamos entendiendo lo que es el poder. No para todos es lo mismo. Y tenemos un desafío dentro de la Federación Nacional Campesina que es organizarnos más y mejor, junto a otros sectores para que alguna vez logremos la reforma agraria. La FNC es la única organización que tiene propuestas de desarrollo, industrialización, de salud y educación”.
Al finalizar, una niña de seis años recitó el poema de Carmen Soler “Penas Encimadas” que habla sobre la doble opresión de ser pobre y ser mujer.
La prensa de Asunción destacó en todo el recorrido la presencia de la mujer y el lugar que ocupa como secretaria general de la FNC Teodolina Villalba. Por otra parte se destaca y reconoce la diferencia entre el carácter organizado y programático de la Marcha y la diferencia con los denominados “carperos”, organizaciones que dicen representar a campesinos pero que bailan al son de los distintos sectores del gobierno de Lugo.
En esta 19º Marcha se notó el gran paso adelante que dio la FNC en su 7º Congreso, con Tedolina Villagra a la cabeza.
