Las y los campesinos del hermano país marcharon hasta Asunción con la consigna “Por tierra, producción y contra todas las injusticias”.
La principal organización de campesinos pobres del Paraguay, conscientes de su papel político de vanguardia en la lucha por reforma agraria, organizaron esta marcha, venciendo todas las trabas, desde las económicas por inflación, altos costos, bajos precios de la producción y una prolongada sequía, hasta la criminalización, persecución y desalojos de comunidades en beneficio de los terratenientes y monopolios agroexportadores. Para garantizar la marcha, hubo meses de trabajo para asegurar el autofinanciamiento.
El miércoles 26, desde las 10 hs. fueron llegando las y los marchantes, en camiones y micros, al predio del Seminario Metropolitano, de más de una manzana, donde comenzó una febril organización de actividades: para los niños tres enormes carpas para juegos. Asamblea de debates y exposiciones de mujeres y una sentada de centenares de jóvenes en un cruce de avenida cercano.
Por la tarde, las enormes delegaciones campesinas protagonizaron junto al Partido Paraguay Pyhaura y otros partidos políticos opositores al gobierno de Santiago Peña, una marcha de miles a la plaza de la democracia, con la consigna “Unidos por Paraguay”, en la denuncia de la entrega nacional y por la soberanía, contra la narcopolítica que domina los poderes del Estado y la corrupción judicial.
El jueves 27 a partir de las 8 se organizaron las coloridas y disciplinadas columnas para marchar unas 50 cuadras, con las consignas: «Paraguay no se vende, Paraguay se defiende», y «Reforma agraria urgente y necesaria». Después de dos horas de marcha arribaron a la plaza de armas y de la democracia, donde, bajo el sol abrazador, fueron hablando dirigentes de la FNC, de originarios y de la Juventud. Participó una delegación de nuestro PCR.
Cerró el secretario general de la FNC, Marcial Gómez con un agudo y profundo discurso, y dijo al final: “Paraguay de algo es campeón: es el campeón mundial de la concentración de la tierra y del latifundio”.
Al final, un conjunto de mujeres originarias con su colorida vestimenta entonaron música ancestral. Con la alegría y emoción del deber cumplido después de tanto esfuerzo, se comió bajo los árboles y fueron subiendo a camiones y micros para su regreso a las comunidades y asentamientos.
hoy N° 2054 08/04/2025