El jueves 5, compañeros de ATE reclamaban por el despido de trabajadores en el Municipio de Quilmes. Mientras cientos de trabajadores permanecían en el edificio, aguardando una respuesta, desde la intendencia –con una orden judicial–, se lanzó una feroz represión con gases, balas de goma, palos, con el resultado de una veintena de compañeros heridos, varios de ellos tuvieron que ser hospitalizados por las serias heridas.
El jueves 5, compañeros de ATE reclamaban por el despido de trabajadores en el Municipio de Quilmes. Mientras cientos de trabajadores permanecían en el edificio, aguardando una respuesta, desde la intendencia –con una orden judicial–, se lanzó una feroz represión con gases, balas de goma, palos, con el resultado de una veintena de compañeros heridos, varios de ellos tuvieron que ser hospitalizados por las serias heridas.
La respuesta a la feroz represión no se hizo esperar. El viernes 6, una multitudinaria movilización con 5.000 trabajadores de ATE, judiciales, docentes, profesionales de la salud de Cicop, ocupados, desocupados, tercerizados, organismos de Derechos Humanos, la CCC, la CTA Nacional que dirige el compañero Pablo Micheli y la CTA provincia de Buenos Aires, le dimos una respuesta contundente en las calles. No sólo marchamos en solidaridad con los atacados, sino que apoyamos las exigencias que originaron el conflicto.
No hay represión que se pueda justificar. No en un estado de libertad y de derecho. Vemos que el gobierno es muy duro con los trabajadores pero muy blando con Chevron, con la Barrick y con Techint. Cuando se trata de hermanos qom, mapuches o trabajadores, no escatiman dureza.
Todo hace prever que van a endurecer la represión a las luchas, por lo tanto nuestra consigna tiene que ser: tocan a uno nos tocan a todos.