Centenares de compañeras y compañeros de distintas redacciones, editoriales, radios, canales, agencias y sitios de Internet privados y públicos se movilizaron en la Capital Federal con la consigna “Sin trabajo no hay libertad de expresión, en defensa de los estatutos y convenios que rigen la actividad, por mejores salarios y condiciones de trabajo y en rechazo a la multitarea que impulsan las empresas”. El Sipreba dispuso un cese de tareas entre las 13 y las 17 para facilitar la movilización. Estaban presentes delegaciones de Rosario, Santa Fe, La Pampa y Mendoza.
Por segundo año consecutivo se unieron en las calles trabajadores de distintos medios, con reclamos comunes. La preocupación principal en el sector es el achique y cierre de empresas privadas. El ajuste también se da en medios nacionales, vía retiros voluntarios y despidos directos, como sucede en agencias como Telam y filiales de Radio Nacional.
En la cabecera de la marcha, junto con los dirigentes de los gremios de prensa, estaban presentes Claudia Baigorria por Conadu Histórica, el Colorado De Isasi secretario de ATE provincia de Bs. As., Hugo Godoy, secretario nacional de ATE, y Ricardo Peidro, secretario adjunto de la CTA Autónoma.
Tato Dondero, líder del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), nos decía en el arranque de la marcha “Ayer fue el día del periodista, del trabajador de prensa, y nos encontró como el año pasado, en muy malas condiciones laborales. Por eso esta movilización, para que se visibilicen nuestros problemas. Los ejes de la marcha, que es federal, son la pérdida de puestos de trabajo. Tenemos relevados 2.500 puestos de trabajo menos, 1.400 de ellos en la Ciudad de Buenos Aires. Y vamos al Ministerio de Trabajo porque les gusta ningunear a los trabajadores”. Vinculando el achique con la falta de libertad de expresión de los periodistas, Dondero afirmó que “Es sabido que los dueños de las empresas fijan pautas editoriales que los compañeros tiene que acatar. Esto se agrava hoy con la falta de pluralidad de voces”. Finalmente sobre los acuerdos salariales expresó el secretario del Sipreba: “La paritaria que viene en todas partes es de un 20%. En el caso de la prensa escrita en Buenos Aires, lo que padecemos nosotros, las paritarias no la discutimos nosotros, porque no tenemos personería gremial, sino que lo hace un sindicato fantasma que no tiene representación en las empresas, ni delegados, que firmaron por un 20% en tres cuotas, la tercera cobrar el año que viene. También nos movilizamos contra este techo salarial que nos imponen. A nivel nacional la Fatpren tiene el mismo problema, las patronales del interior fijan el mismo techo. Nosotros nos encontramos inmersos en los problemas de todos los trabajadores del país, tenemos los mismos problemas con la particularidad de las nuevas tecnologías que aplican las grandes patronales como Clarín, La Nación, Perfil, para meternos las multitareas”.
Provocaciones policiales y acto
La marcha se desarrolló en medio de un gran dispositivo de seguridad con el despliegue de la guardia de infantería de la Policía de la Ciudad, con escudos, tonfas y armas de fuego tratando de encasillar la movilización en sólo una parte de la calzada. Así provocaron empujones a los manifestantes, que respondieron e hicieron retroceder al cordón policial hasta la vereda.
La marcha, que fue sumando más trabajadoras y trabajadores de prensa escrita, radial y televisiva, culminó con un acto frente al Ministerio de Trabajo, en el que también se encontraban trabajadores del Sindicato Petroquímicos que están peleando un aumento salarial del 32%.
Desde el palco se leyeron distintas adhesiones, y hablaron Flavio Frangolini, secretario de Organización de Fatpren; Pablo Giménez, secretario general de la Asociación de Prensa de Santa Fe; Edgardo Carmona, secretario general del Sindicato de Prensa de Rosario y Tato Dondero, secretario del Sindicato de Prensa de Buenos Aires.
En las intervenciones se dieron ejemplos concretos de los cierres de empresas y despidos como los ocurridos en el Grupo Crónica el mismo 7 de junio, que cerró la Revista Veintitrés y se llamó a profundizar la unidad, la organización en cada lugar de trabajo, y la lucha “en las empresas y en las calles”.
