Noticias

05 de marzo de 2025

¿Desapareció la lucha de clases?

Más sobre el “tecnofeudalismo”

Los marxistas, que entendemos nuestra doctrina científica como una guía para la acción y no como un dogma, estamos obligados a analizar las nuevas situaciones y los cambios que se presentan en el mundo, sin repetir fórmulas abstractas.

Ahora bien, para analizar los cambios de la realidad concreta, ¿tenemos que tirar a la basura el método marxista, y recurrir a otros análisis? Este es uno de los puntos centrales en discusión con el economista griego Yanis Varoufakis, y lo planteado en su libro “Tecnofeudalismo. El sigiloso sucesor del capitalismo”.

Recordemos que el planteo central de este exministro del gobierno griego de Tsipras, es que “El capitalismo está muerto… Ese papel lo desempeña ahora algo fundamentalmente diferente, que yo llamo ‘tecnofeudalismo’”.

Además de lo analizado en un artículo anterior (ver Apuntes sobre el tecnofeudalismo, hoy n° 2047), nos queremos detener en algunas afirmaciones de Varoufakis, como su planteo de que “Hoy, la lucha de clases ha sido sustituida por la llamada ‘política de la identidad’” (pág.156).

Hace pocos días recordamos un nuevo aniversario de la aparición del Manifiesto Comunista, ese documento fundacional del socialismo científico, escrito en 1848 por Carlos Marx y Federico Engels. ¡Qué antigüedad!, dicen los revisionistas del mundo entero.

Ninguna antigüedad. Todos los días comprobamos la vigencia de “la proposición fundamental” del Manifiesto, como escribió Engels, al decir que “toda la historia (desde la disolución del régimen primitivo de propiedad común de la tierra) ha sido una historia de lucha de clases, de lucha entre clases explotadoras y explotadas, dominantes y dominadas”.

Y lo que más horroriza a todos los que tiraron el marxismo por la ventana, para comprar cuanta teoría nueva desarrollada por variantes socialdemócratas, es la segunda parte de la afirmación de Engels, de que “ahora esta lucha ha llegado a una fase en que la clase explotada y oprimida (el proletariado) no puede ya emanciparse de la clase que la explota y la oprime (la burguesía), sin emancipar, al mismo tiempo y para siempre, a la sociedad entera de la explotación, la opresión y las luchas de clases».

 

¿Se acabó la lucha de clases?

Varoufakis, con un lenguaje atractivo, y sin ninguna base de análisis serio, decreta la desaparición de la lucha de clases, en nombre de una difusa “política de la identidad”, para apenas unos párrafos después decirnos que hay “una nueva clase dominante, los nubelistas” (pág, 156). Habría clases, pero no lucha de clases… en fin, sin comentarios.

Varoufakis, que a lo largo de su libro homenajea a su padre, que lo introdujo a las ideas marxistas, es uno más de esa corriente revisionista que afirma que “Tras la gran derrota del marxismo en 1991, la verdad marxista desapareció, la verdad liberal resurgió y la socialdemocracia murió”. (Pág. 157).

Hace ya muchos años, nuestro querido primer secretario general del PCR, Otto Vargas, desarrolló en su libro ¿Ha muerto el comunismo?, una respuesta a estos planteos, demostrando que la derrota de la clase obrera que significó la restauración del capitalismo en la URSS, y años después en la China de Mao, no era ni el fracaso ni la “desaparición” del marxismo-leninismo-maoísmo, la única doctrina revolucionaria y científica que es un arma del proletariado y de los pueblo oprimidos del mundo.

Decía Vargas en la introducción de ¿Ha muerto el comunismo?, en 1990: “Millones continuamos en esa lucha por el socialismo pese a las últimas derrotas. Somos muchos más que los que comenzaron esto en tiempos de Marx y de Engels. Lo hacemos porque es necesario hacerlo. Porque como dijo San Martín, en un momento muy difícil para nuestra patria, cuando las tinieblas parecían haber aplastado el último rayo de luz en la lucha por los ideales de la revolución burguesa, había que hacer lo que era necesario hacer. Hoy también hay que tomar partido: por o contra el capitalismo”.

 

“El sigiloso sucesor del capitalismo”

Otra cuestión, presente en toda la obra de Varoufakis, es lo que expresa la segunda parte del título de su obra: “El sigiloso sucesor del capitalismo”. Con esa palabrita, “sigiloso”, este autor elimina toda la historia de los cambios sociales, planteando que ha habido una “evolución” de un sistema a otro, sin necesidad de cambios revolucionarios. Sólo basta estudiar el período del paso del feudalismo al capitalismo para desmentir esta tesis. Como escribió nuestro camarada Eugenio Gastiazoro: “En Inglaterra y Francia hubo que derrotar a los feudales, para terminar con la estructura jerárquica de la propiedad territorial y las formas de renta precapitalistas, así como en Estados Unidos hubo que derrotar a los terratenientes esclavistas del Sur para “liberar” las tierras del medio-oeste, por las que se habían alzado los agricultores contra los ganaderos, que querían monopolizarlas a su favor previamente al desarrollo capitalista. (Sobre la renta absoluta).

Con esta afirmación, Varoufakis, además de falsear la historia, asegura que no hay posibilidad de cambios revolucionarios, a lo sumo una resistencia a estos nuevos “señores feudales” dueños de las grandes empresas de informática, que nos han hecho a todos “siervos de la nube”. Es más, augura este economista que “los algoritmos no tardarán en desarrollar capacidades para debilitar a los sindicatos”, e incluso que “Los sindicatos podrían desaparecer, e incluso no llegar a formarse”.

Mal que le pese a Varoufakis, la clase obrera está vivita y protagonizando grandes combates, porque se demuestra una vez más que los gigantescos cambios y avances científicos y tecnológicos en el ámbito de la “nube”, por sí solos no implican una revolucionarización de las relaciones de producción, de propiedad y de distribución, y menos en la superestructura de la sociedad.

Por suerte para nosotros, y por desgracia para Varoufakis, sus compatriotas parece que no están muy de acuerdo con sus pronósticos, a juzgar por la inmensa oleada de lucha obrera y popular desatada en el último período en Grecia, donde se acaba de producir una gigantesca huelga general que pone en jaque al gobierno de derecha.

Escribe Germán Vidal

Foto: Huelga general en Grecia el 28 de febrero

hoy N° 2049 05/03/2025