Elecciones en Mendoza
El pueblo castigó la política del gobierno
Las elecciones en la provincia reflejaron la tendencia nacional: 8 de cada 10 repudiaron la política del matrimonio K. El voto bronca sumó el tercer lugar.
El gobierno de Jaque se transformó en la máxima expresión del gobierno nacional, aplicando a rajatabla su política, votando incondicionalmente las exigencias de los Kirchner; y, por consecuencia, aplicando una política de ajuste y mentira en la provincia que incrementó la crisis, los despidos y tarifazos.
En las elecciones el PJ (junto a cinco listas colectoras entre las que estaba el PC) sufrió la peor derrota de su historia: nunca había perdido por 20 puntos de diferencia. En las elecciones a presidente del 2007, con la candidatura de Cristina habían obtenido 456.830 votos (41% del padrón); y en estas elecciones alcanzaron los 208.053 votos (17.9% del padrón) a senadores nacionales, perdiendo 248 mil votos.
Perdieron en 15 de los 17 departamentos de la provincia (sólo ganaron en Malargüe y San Rafael); y en departamentos históricamente del PJ, como Lavalle, Maipú, Las Heras, donde no perdían desde el regreso a la democracia.
La crisis política por la derrota del gobierno ya comenzó haciendo estallar las contradicciones. Aparecen los que exigen la renuncia del gabinete, los que responsabilizan al sector de los azules ligados al Chueco Mazón que venían dirigiendo el partido; y crecen las fracturas y divisiones.
El agrupamiento de Cobos con la UCR, el ARI y peronistas disidentes, alcanzó los 413 mil votos (35% del padrón). Cobos jugó fuerte en la provincia, apostando su futuro nacional al resultado provincial: habría dicho que se postularía a presidente si los mendocinos le daban el apoyo. Este agrupamiento logró concentrar gran parte del rechazo al gobierno de Jaque. Una parte importante de la masa lo utilizó como una forma de castigar la política del gobernador y de su apoyo incondicional a la presidenta. Este voto no fue un cheque en blanco o un voto esperanzador, sino un voto castigo sin mayores expectativas, porque el pueblo ya sufrió la política del cobismo cuando fue gobierno y apoyaba a Kirchner.
El cachetazo del voto programático
El otro cachetazo fueron las abstenciones (297.238), votos en blanco (23.989) y nulos (14.093), que juntos alcanzaron las 335.320 personas (28,8% del padrón), transformándose en la segunda fuerza en la provincia. Si se descuenta el 15% de abstención estructural, el voto bronca fue de 160.748 constituyéndose en la tercera fuerza. Sólo el voto en blanco y nulo juntos (38.082 votos), representan la cuarta fuerza en la provincia.
En la provincia se constituyó un frente por el voto programático, que se unificó en base a un programa (que la crisis no la paguen los trabajadores y el pueblo, no pago de la deuda, reestatización de las empresas privatizadas, reforma agraria, aumento de salarios igual a la canasta, etc.), en la que participaron varios sectores que integran la Multisectorial. Este agrupamiento realizó una campaña a pulmón en toda mendoza, repartiendo cerca de 300 mil votos programáticos, realizando una conferencia de prensa, medios, colocando una mesa fija en el centro todos los días, y realizando un caravanazo de cierre. Además de esto, el Partido repartió 30 mil volantes propios, hizo pintadas, y pegó miles de afiches.
Si bien el voto bronca fue un poco menor que en las elecciones pasadas (por la polarización que logró imponer la UCR), este voto expresó el rechazo al circo electoral, a la política de gobierno y al oportunismo de Cobos y apostó a la unidad y la lucha marcando el camino para continuar con las protestas contra el tarifazo, por aumento de salarios y contra los despidos y ofreció un programa de avanzada para que la crisis no la paguen los trabajadores y el pueblo. n
El voto bronca primero en Río Negro
Los K: una fuerza en retirada
En Río Negro, el voto bronca fue primera fuerza con 101.581 votos, por encima del PJ que obtuvo 81.563 y 72.197 la Concertación (UCR).
Hay que decir que tanto el PJ y UCR han disminuido en forma importante su caudal de votos. Tomando las elecciones del 2005, ya que las elecciones del 2007 no es fácil distinguir cada fuerza, dado que los radicales se integraron al kirchnerismo, podemos ver que en aquellas elecciones el Frente para la Victoria obtuvo 111.370 votos y la Concertación (UCR) 99.408. El PJ, entonces, perdió 29.807 votos y la UCR perdió 27.211 votos. Es importante registrar que analizamos pérdida de votos sobre el padrón actual, que indudablemente es mayor que aquel del 2005.
Estos votos migraron mitad por mitad hacia el ARI (que aumentó su fuerza a 62.156 votos) y hacia el voto bronca. El voto bronca creció, principalmente por la abstención que aumento un 5% respecto al 2007 y casi un 7% con respecto al 2005. El PJ ganó en el Alto Valle, Valle Medio y San Antonio. La Concertación (UCR) ganó en Viedma, Río Colorado y gran parte de la línea Sur. En Bariloche hubo empate entre ARI, PJ y UCR. El ARI ganó en Conesa, Allen, Sierra Colorada y varios lugares más. Esta elección significa el fin de los radicales K, de Saiz sin duda.
Ahora viene el aguinaldo en cuotas, adelantamiento de vacaciones en escuelas por gripe A, aumento del gas y el agua; despido a contratados en el Estado provincial. Salarios de hambre para los trabajadores rurales y obreros de la fruta; en este camino el legislador Gatti prepara una ley para enchalecar luchas obreras, imponiendo paritarias de setiembre a diciembre en la fruta.
En definitiva, ahora, desde el poder tanto nacional, como provincial trataran de descargar la crisis sobre el pueblo. Antes, dijimos que las elecciones no dividan lo que se unió con la lucha. Hoy decimos que es necesaria las más amplia unidad para impedir que esta crisis la vuelva a pagar el pueblo.
Elecciones en Misiones
Segunda fuerza: el voto bronca
El Frente Renovador, creado como la primera experiencia de la transversalidad del kirchnerismo, ganó las elecciones con el voto del 30% del padrón. Le siguió el voto bronca con el 22% (contando la totalidad de la abstención) y 17% si asignamos a la abstención un valor histórico. Sólo votó un 68% del padrón, y el voto blanco y nulo fue muy importante.
El aparato gubernamental fue volcado durante dos meses a la campaña oficialista y claramente fue tomando un discurso provincialista, tomando distancia del gobierno nacional. Ninguna foto o mención a la presidenta o a Néstor Kirchner. Con el armado de listas colectoras por la ley de lemas y sublemas para concejales, le permitió con el apoyo de los intendentes (bajo presión por la caja) obtener esos resultados.
Ramón Puerta, aprovechando el mismo sistema colector, consiguió –engánchandose en la lista del PRO que cosechó votos en Posadas–, llegar a superar por sólo 500 votos al Partido Justicialista y obtener una diputación nacional con el 10% del padrón. Hasta Macri se hizo un tiempito para venir a hacer campaña por su amigo a Misiones.
Bahía Blanca
Datos que no se pueden perder
La primera fuerza sacó 29.205 votos, 13,56% sobre el total del padrón de 215.295. La segunda fuerza sacó 28.030 votos, el 13,01% sobre el total del padrón. No votaron 64.396 personas (el 29,91% del padrón). El voto bronca, blanco + nulo + no voto (descontando el 15% del total del padrón que no vota históricamente) suma 42.135, el 19,57% sobre el total del padrón.
El pueblo usó el voto como herramienta de castigo con mucha sabiduría:
1. El castigo al gobierno K fue contundente y no deja margen a duda alguna. En segundo lugar, en Bahía Blanca se demostró con claridad el descrédito del conjunto de las fuerzas políticas del sistema. Los que han tenido una "buena elección" emergieron y forman parte de este descrédito.
2. El gobierno lanzó en esta elección fuerzas para dividir los votos de la oposición electoral, los K camuflados, como son las listas de Woscoff y Sabatella, ambos subordinados de Heller (presidente Credicoop y candidato K en Capital Federal), que aunque lo quieran disimular son parte del juego del gobierno.
3. El voto bronca expresó un repudio muy amplio. Nadie logró la suficiente representatividad para tomar medidas antipopulares y por el contrario, el pueblo revalorizó el derecho a rebelarse frente a las injusticias.
4. El inmenso repudio a la política k y el descrédito generalizado a la mayoría de los políticos del sistema, creó mejores condiciones para la lucha por las necesidades populares.