El domingo 12 de febrero, decenas de miles de rumanos volvieron a salir a las calles en la capital Bucarest, y en otras ciudades, con la corrupción gubernamental.
El domingo 12 de febrero, decenas de miles de rumanos volvieron a salir a las calles en la capital Bucarest, y en otras ciudades, con la corrupción gubernamental.
Rechazan las medidas tomadas por el gobierno a mediados de enero, de amnistiar a presos por casos de corrupción, en los casos con libertad condicional o penas menores a cinco años. La respuesta fue inmediata y gigantesca. Durante días hubo marchas y actos de repudio, que consiguieron voltear el decreto y que renuncie el ministro de Justicia, quien lo había emitido.
El 6 de febrero, el número de manifestantes alcanzó a medio millón de personas contra el gobierno de los socialdemócratas que asumió hace apenas dos meses. En las marchas del domingo se volvió a pedir la renuncia del gobierno y nuevas normas administrativas.